Opinión
Comienzan a darnos la razón
A las denuncias hechas por los ambientalistas uruguayos, que fueron desacreditas sistemáticamente como las que se vierten de este lado del Río Uruguay, ahora les están siguiendo las hechas por legisladores comunales y de medios periodísticos que comienzan a despertar del gran sueño papelero.
De esta manera, en forma de mínimas pastillas, comienzan a darle la verdad al pueblo uruguayo acerca del modelo celulósico, hasta ayer intocable.
El reconocimiento público del concejal Lanusse (Río Negro- Frente Amplio) de su arrepentimiento por el apoyo que dio la instalación de la pastera Botnia (UPM) levantó polvareda en su ciudad.
A esto le siguió la imagen “viralizada” -como se dice cuando algo se multiplica hasta casi el infinito a través de las redes sociales- de un funcionario de la aduana uruguaya trabajando con barbijo para hacer mínimanente soportable el olor del humo de la poderosa chimenea.
Y en forma simultánea, el ex intendente Lafluf pareció padecer un brote de sinceramiento y negó todas las bondades con las que antes justificó la instalación y puesta en marcha de la mega planta.
En Gualeguaychú siempre se dijo lo mismo: se comprobó que se trata de una empresa altamente contaminante, se lo dijo antes de que se erigiera la mole que hoy vemos junto al puente internacional y se lo sostiene hoy, cuando además se intenta facilitar la llegada de rollizos al otro lado del río mediante la derogación de la Ley de la madera.
Quizá estas salidas públicas de los referentes uruguayos sirvan para hacer reaccionar a sus conciudadanos y en lo que a nosotros respecta, a los legisladores entrerrianos, que deben decidir si votarán a favor o no de alimentar con madera entrerriana a la insaciable celulósica finlandesa.
Este contenido no está abierto a comentarios