Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Ciudad

La historia de Lulo Benítez y Milo Romani, un acto de amor y un gol del corazón

La historia de Lulo Benítez  y Milo Romani, un acto de  amor y un gol del corazón

Hace pocos días, Alejandro “Lulo” Benítez, conocido futbolista de Central Larroque, fue protagonista de un acto de amor sin precedentes. Donó parte de su hígado a su sobrino Milo Romani, de apenas nueve meses, quien padecía una severa complicación biliar. La intervención fue un éxito, Alejandro se recupera en su ciudad natal y Milo muestra signos de evolución notables.


El larroquense Alejandro Benítez es conocido por todos dentro del ámbito del fútbol como Lulo. Grandote, bonachón, se destaca hace años como goleador en la primera de Central Larroque, con quien ha dado varias vueltas olímpicas y se ha convertido en uno de sus jugadores referentes dentro de la entidad “roja”.

Pero la vida puso a Lulo ante la posibilidad de convertir quizá su mejor gol. Hace poco más de una semana, el goleador donó parte de su hígado a su sobrino Milo, de apenas nueve meses, hijo de su hermana Natalia y de Wilfredo Romani.

Milo padecía una arteria biliar desde su mismo nacimiento, una malformación que generó una obstrucción en los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula y había generado complicaciones que pusieron en riesgo su vida.´

Pese a que se le realizaron diferentes estudios e inclusive una intervención aplicando la técnica de Kasai, buscando solucionar su problema, la necesidad del trasplante fue imperiosa y ahí apareció en escena el Tío Lulo, que no dudó un instante. Sabiendo su compatibilidad para poder ser donante, dijo “yo soy” y el 6 de julio en el Hospital Austral de Pilar, el tío donó parte de su riñón para que la vida de Milo cambie para siempre.

Lulo dialogó telefónicamente con EL ARGENTINO, ya cuando el post operatorio había pasado y las primeras noticias alegraban a todos. “Son sensaciones incomparables, nunca dudé en donarle parte de mi hígado a Milo, no me importó nada. Sabía que era compatible y no lo dudé”, dijo Alejandro.

Durante la charla, se escucha de fondo a Milo, que el miércoles fue derivado a terapia intermedia y en el momento de la comunicación estaba siendo visitado por su “Tío Lulo”. “Hubo una complicación porque cuando los médicos me intervinieron, encontraron con que había dos arterias en el hígado, algo inusual, pero que afortunadamente no fue impedimento para que se pudiera realizar el trasplante. La operación fue un poco más larga de lo que habían previsto inicialmente, pero todo salió bien. La operación mía duró casi siete horas y la de Milo duró casi doce horas”, indicó.

Sobre su evolución, Alejandro sostuvo: “todavía estoy un poco dolorido, los primeros días estuve entubado y con sueros, pero cuando me los fueron sacando y empecé a alimentarme por boca la cosa fue cambiando. Igualmente como que la ficha me cayó después de la operación, tuve un ataque de nervios, quería ver a Milo, pero todavía lo estaban operando. Recién cuando lo pude ver conseguí tranquilizarme, no se bien lo que me pasó, pero la sensación que sentí cuando pude ver a Milo después de su operación fue algo increíble”.

Natalia, hermana melliza de Alejandro y mamá de Milo, también tuvo la oportunidad de contarle lo que significó como vieron estos meses de incertidumbre. “Fueron meses en donde estuvimos de un lado al otro, sabiendo que el trasplante era la única salida posible”, expresó.

“Yo era compatible pero cuando era chica fui operada del corazón, por eso no podía ser donante, ya que era sumamente riesgoso someterme a otra cirugía de estas características. Cuando Alejandro dijo que iba a ser el donante los tiempos se aceleraron, porque en una semana pudimos conseguir la derivación, luego de haber pasado por todos los trámites burocráticos de la obra social que demoraron las cosas”, indicó Natalia.

Afortunadamente la historia tuvo un final feliz. Milo está evolucionando en forma muy favorable, Ya fue derivado a terapia intermedia y, si todo continúa como hasta ahora, pronto podrá volver a Larroque para realizar una vida normal. Sus hermanos Teo de 6 años y Luca de 4 lo esperan ansiosos para poder jugar.

Natalia, y “Willy”, los padres de Milo, agradecieron “la energía positiva, las cadenas de oración y toda la gente que estuvo pendiente de la operación de Milo. Lo de mi hermano no tiene palabras, yo sabía que es un gigante, pero este gesto lo pinta de cuerpo entero”, dijo.

Lulo ya tiene el alta médica. El viernes llegó a Larroque y fue recibido como un héroe. Hubo abrazos, carteles de agradecimiento y mucha emoción por parte de amigos y familiares. La vida le tiene preparada otra alegría, porque será padre en algunos meses. Quizá como un regalo inesperado.

El fútbol seguirá siendo parte de su vida, pero no dentro de una cancha. “Ahora será tiempo de alentar desde el otro lado del alambre, con el mate”, dijo Lulo, agregando “la mejor sensación será cuando pueda ir a la cancha con Milo”.

Lo que Lulo no sabe, es que con su enorme gesto de amor, hizo el mejor gol de su vida. Un golazo con el corazón.

 


Este contenido no está abierto a comentarios