Enseña a sembrar, cuidar y cosechar

 

Esta semana hablamos de ella, porque ofreció en el Centro Nazaret un curso en el que enseñó a mantener lejos las  plagas de la huerta,  sin usar químicos.

Y como contó, “la gente se va cada vez con más ganas de seguir aprendiendo para mejorar. Me preguntan cuándo será el próximo encuentro (son cinco los de este curso) o vienen a la oficina a sacarse alguna duda”.

¿Sólo quienes tienen tierra  pueden hacer su huerta?, quisimos saber, en ayuda de quienes cuentan sólo con un balcón o una terraza.

“El INTA promueve la huerta en contenedores”, aclaró Mariana, para seguir “recipientes que puedan contener una planta con tierra, para que produzca. Pueden ser macetas o los cajones de madera que se descartan, a los que se forra con polietileno negro mantener la oscuridad que necesitan los nutrientes de la tierra para trabajar.  Al mismo tiempo, se evita que la tierra se salga y se protege la madera. Le hacemos perforaciones n el fondo para que escurra el agua y llenamos de tierra”, enseñó, agregando que la profundidad óptima es de 20 a 25 centímetros y que los contenedores permiten colocarlos en distintos lugares, siempre, claro, siguiendo sus instrucciones según se trate de especies de otoño-invierno o primavera-verano.

Como a esta altura muchos querrán saber cuándo será el próximo curso, se lo preguntamos y Mariana adelantó que apenas termine la Expo, donde estarán, ofrecerá un curso para principiantes, para huerta en tierra y en contenedores. Y por tratarse del programa del INTA, libre y gratuito.

 Cursos en los que, Mariana contó, también se intercambian experiencias, “como la siembra de la papa del aire llamada así porque crece con una enredadera, también conocida como Chayote. No es la tradicional, pero mucha gente la siembra y consume. Como casi no tiene almidón,  es apta para quienes deben mantener una dieta”.

“La gente se entusiasma con estas novedades. Y da mucha satisfacción cuando pregunta para saber más, para sembrar mejor. O para prevenir las plagas o combatirlas.”

¿Cómo se las evita?, preguntamos, para escuchar “podemos prevenirlas   plantando aromáticas y flores como copete, caléndula, taco de reina, papelillo, plantas que hacen de barrera”.   

“Una vez que la plaga está, usamos remedios naturales, que llamamos purines, ceniza que esparcimos  para combatir babosas y caracoles, para los que es muy efectiva también la colocación de bandejitas con cerveza, porque el olor del fermento de la cebada los atrae”.

“Son todas opciones (hay más, por supuesto) para no usar productos comerciales que son tóxicos”.

Mariana dijo algo que hay que  anotar para no olvidar: “cuando tenemos una huerta hay que mirar todos los días, porque es la manera de saber si los pájaros picotearon y se llevaron las semillas o si alguna plaga está haciendo de las suyas. También hay que mantener lejos a perros y gatos, por las enfermedades que con sus deposiciones  pueden transmitir.

Y para quien quiera saber más, vale decir que junto al equipo del INTA estará en el stand en la Expo, donde presentarán una huerta vertical.

“La idea es mostrar a la gente cómo hacerla y qué se puede plantar, porque en un metro por uno  podés tener hasta treinta plantas”, entusiasmó.

 A esta altura, las ganas de hacer un curso de estos, de cinco encuentros para aprender cómo hacer una huerta en casa, según las posibilidades que tengamos, crecieron lo suficiente como para comenzar a mirar dónde la tendremos. 

No sólo para comer sano, sin químicos, pudiendo probar  el sabor de las verduras recién cortadas, o para abaratar la economía familiar,   sino también como una vuelta a los tiempos de la naturaleza, y para experimentar lo que se siente cuando comemos algo sembrado por nosotros.

 Que es mucho más que llevar un alimento a la mesa.

Silvina Esnaola
EL ARGENTINO