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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
Policiales

Corrupción de menores: se suman más víctimas y la estrategia de Rivas es la de minimizar la gravedad de los hechos

Corrupción de menores: se suman más  víctimas y la estrategia de Rivas es la  de minimizar la gravedad de los hechos

Acorralado y sin argumentos, él que todo lo explicaba. Abrumado por las denuncias. Sin los aires victoriosos de antaño, ahora apenas camina con la cabeza gacha y evade las explicaciones que toda una comunidad está esperando.


Así concurrió a Tribunales el abogado Gustavo Rivas, quien ayer por tercera vez se notificó de la ampliación de la imputación en su contra vinculada con la promoción o facilitación de la corrupción de menores de dieciocho años y con la promoción o facilitación de la prostitución, de acuerdo a los Artículos 125° y 125° bis del Código Penal, respectivamente.

Rivas ingresó minutos antes de las 8 y casi de inmediato lo hizo su abogado defensor, Raúl Jurado, que al igual que su defendido, tampoco exhibió ese aire de autosuficiencia que lo caracterizaba.

Ambos se encontraron con la fiscal Martina Cedrés (quien lleva adelante la investigación penal preparatoria), quien le imputó a Rivas las dos nuevas denuncias (que ya suman un total de ocho víctimas) en su contra y en este caso por promoción de la prostitución, de acuerdo al Artículo 125° bis.

Este acto procesal duró aproximadamente treinta minutos y Rivas se retiró de Tribunales sin realizar declaraciones a la prensa.

Quien sí dialogó con la prensa fue el abogado Jurado, quien reiteró que en la audiencia con la fiscalía sucedió lo mismo que en las anteriores dos ocasiones. En ese contexto, explicó que su cliente se negó a declarar porque las víctimas aparecen con identidad reservada por el fiscal. Criticó a la fiscalía por esa medida, porque a su entender la identidad reservada es para los testigos y no para las víctimas, aunque no fue más allá de esa observación.

Al igual que en las dos anteriores ocasiones, Jurado intentó minimizar las denuncias y la gravedad de la imputación, expresando “que es más de lo mismo”. Es que en rigor se trata de ocho víctimas que son coincidentes con la imputación que lleva adelante la fiscalía.

También Jurado informó que solicitaron a la fiscal la devolución de una notebook que es un instrumento de trabajo de Rivas, pero le respondieron que todavía está siendo peritada en Paraná.

Jurado insistió que “ninguna de esas denuncias es grave, tampoco son probables y, en algunos casos son hasta irrisorias”. Una estrategia de manual para quien tiene que desacreditar a las víctimas y que seguramente le seguirá la de “bastardear al mensajero” para desvirtuar la investigación periodística que terminó con cuarenta años de un secreto a voces que alimentó la impunidad.

El abogado también se jactó que la fiscalía tomó declaración a un sacerdote que había sido rector de un instituto de educación donde su cliente había dictado clases “y habló maravillas de Rivas”.

También reconoció que su cliente “ya ha realizado la primera de las tres sesiones de la pericia psicológica y psiquiátrica y estamos aguardando que nos notifiquen las pericias” que le realizarán a los denunciantes.

Enigmático, Jurado explicó que una de las dos nuevas denuncias relata hechos que involucran a otras tres personas a las que no identificó y deslizó que se estaría frente a nuevos delitos ajenos a los vinculados con su cliente.

Esta vez no hubo mensajes irónicos por parte de Jurado como cuando sostuvo que para el amor no hay edad; ni tampoco hubo actitud displicente por parte de Rivas como cuando hizo un espectáculo al declarar con sonidos guturales (la primera vez y ante medios nacionales) ni tampoco reconocimiento (como la segunda vez que fue imputado) cuando sostuvo que él no consideraba que las personas con las que tuvo relaciones sexuales hayan sido víctimas e indicó que no sabía que eran menores o en todo habría que revisar las fechas.

Esta vez la actitud que prevaleció fue la del silencio grave, marcando la preocupación por una causa que avanza y que a medida que pasa el tiempo va sumando nuevas víctimas.

Por eso Jurado sostuvo que “a Rivas la Justicia lo va a condenar por la presión de los medios periodísticos”, como otra forma de victimizar al victimario.

Así la estrategia de Jurado-Rivas queda cada vez más clara: desvirtuar a las víctimas, minimizar la gravedad de las denuncias y bastardear el trabajo de la Justicia y del periodismo.


Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO


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