"Esta generación tiene mucha predisposición a crear", resaltó  Emiliano Báez

 

 

¿Cómo descubrieron el mundo de las historietas?

Sebastián: Nosotros arrancamos cuando teníamos ocho años. Encontramos debajo de la cama unas revistas que tenían historietas de la década de los ’70, mi tío compraba mucho de eso y las coleccionaba, y cuando las vimos nos iluminamos. Se nos despertó la curiosidad y dijimos: 'queremos hacer eso'. Pensábamos la historieta como una película o un dibujo animado en el que uno tenía la posibilidad de contar su propia historia, y no se necesitaba más que lápiz y papel.

 

¿Cómo se formó este equipo?

Emiliano: Sebastián se enfocó en la ilustración, y yo me dediqué a escribir porque nunca fui bueno dibujando, quien hace historietas por lo general lo que más quiere es dibujar. Por eso se dice que los guionistas son dibujantes frustrados. Pero la historia es tan importante como el dibujo. Cuando se es chico lo que más llama la atención es la imagen, pero a medida que vas creciendo te das cuenta de que si no hay un buen guionista detrás no funciona.

 

¿Cómo fueron introduciéndose de lleno en el mundo de la historieta? ¿Hubo incentivos, personas que los aconsejaron?

Sebastián: Nos fuimos formando de manera autodidacta porque acá se enseña muy poco sobre esta área. Dibujábamos en una cartelera en la escuela primaria. Empezamos a leer muchas historietas y a entrar en el mundo de las mismas, nos informamos sobre editoriales, sobre otras formas de realizar estos tipos de textos, por ejemplo.

Además, en los últimos años de la secundaria sacamos una revistita con un personaje que estaba inspirado en un alumno de la escuela. Armábamos la historia y lo hacíamos interactuar con todos. Los chicos nos pedían más y eso nos incentivó. En la fotocopiadora de la escuela hacíamos copias y las distribuíamos dentro del curso.

Emiliano: Nos contactamos con un autor muy importante que falleció que se llamaba Carlos Trillo. Él me dio muchos consejos, me orientó por donde manejarme. La verdad que la generosidad de ese hombre se valora mucho, se tomó el trabajo de escribirme.

Nos dio muy buenos consejos, nos dijo 'lean mucho y de todo, no se queden solo con la lectura de historietas'. A partir de ese momento empezamos a invertir mucho en lectura, eso te abre la cabeza y te permite poder escribir sobre otros temas. El autor de historietas tiene una mochila con ideas y va seleccionando y decodificando para adaptarla a lo que se quiere trasmitir al lector.

Sebastián y Emiliano fueron los ganadores del primer concurso de historietas de Gualeguaychú en 2002, organizado por Rodolfo Guttipatti, quién se convertiría en su primer editor con la publicación de su antología "Necrópolis Local".

Más adelante, en 2015, participarían de Comicópolis, un evento para autores de historietas argentinos con temática de los desaparecidos, realizado en Tecnópolis, donde expusieron sus trabajos nada más y nada menos que al lado de Quino, el autor de "Mafalda". Varios de sus trabajos están archivados en la Biblioteca Nacional.

También han hecho muchos trabajos a nivel internacional, como La Virgen de la Basura para California, Estados Unidos.

 

¿Cuál es la diferencia entre publicar en el país y publicar en Europa?

Sebastián: En Europa funciona como para publicar un libro, te piden una sinopsis de lo que haces y si les gusta te mandan el contrato. En cambio en Argentina es distinto, por lo general se abren editoriales independientes, hoy en día los jóvenes son autores y editores de sus propios trabajos y usan las redes sociales para difundir.

A nivel internacional haciendo este trabajo estás al nivel de un director de cine, lo malo es que no es tu país, y uno quiere sentirse reconocido por su país, triunfar en su país.

 

¿Cómo ven a las nuevas generaciones en materia de producción de contenido artístico?

Emiliano: Yo creo que esta generación tiene mucha predisposición a producir, a crear, porque hay mucha gente que dice que no se lee, pero yo veo que los jóvenes se entusiasman. Hoy en día, los chicos se ponen las pilas, crean,  producen y editan. Hoy se lee más que antes. Hay muchos chicos que son autores y se han convertido en editores y que ayudan a otras personas ya conociendo cómo es trabajar de autor, y que saben ver qué es lo que tiene potencial.

¿En qué posición están hoy en día?

Sebastián: Ahora nos estamos dedicando más de lleno a esto. Por lo general el artista siempre tiene dos trabajos, y entonces es muy satisfactoria la situación en la que estamos porque quizás, hacer una página muchas veces te lleva seis horas, y está bueno tener el tiempo para poder producir.