Criminalísitica pudo determinar la trayectoria de la bala que Fernando recibió por la espalda

 

Luego que la División de Criminalística de la Jefatura Departamental, llegara a la escena del homicidio en calle General Paz, casi Avellaneda en la mañana del 29 de diciembre, se encontró con el cuerpo de Fernando Pastorizzo tendido en la vereda, y con las piernas apoyada en la calzada.

A primera vista se vieron dos orificios de bala a la altura del pecho, que presumiblemente el autor del hecho habría disparado alrededor de las 5 de la mañana de aquel día.

Los primeros en llegar al lugar del hecho fueron efectivos de la Comisaría Primera, ubicada a unos 700 metros del lugar del homicidio, tras haber dado aviso de la presencia de un joven herido un   remisero que pasó por el lugar y fue la primera persona que vio a Fernando tendido en el piso.

Los efectivos de la Comisaría Primera llegaron cerca de las 5:30, la víctima aún estaba vivo pero se estaba ahogando con la sangre que le brotaba por la boca, y cuando llegó la ambulancia del Hospital el joven ya había fallecido. 

El personal de Criminalística llegó alrededor de las 6 de la mañana al lugar, para comenzar a realizar las primeras actuaciones. Al revisar la vestimenta del joven, se encuentran que Fernando tenía su billetera con dinero, así que a priori se descartó un intento de robo como causal de la muerte.

Jorge Sandoval es un vecino que vive a metros donde cayó Fernando Pastorizzo, en calle General Paz al 300 en el barrio Tomás de Rocamora. La Policía golpeó la puerta de su casa a las 8 de la mañana de ese día para convocarlo como testigo de la pericia, que estaban efectuando efectivos de la División Criminalística de la Jefatura Departamental.

Sandoval narró a EL ARGENTINO el mismo día del homicidio lo que vio al observar el cuerpo de la víctima: “no escuché nada a las 5 de la mañana. Me desperté porque había un policía golpeando mi puerta para solicitarme que colaborara como testigo”.

En ese momento observó que el cuerpo del muchacho estaba tendido boca arriba: “la moto (de 110 cc) estaba parada y había dos cascos en el suelo. Cuando los policías comenzaron a revisarle la ropa encontraron la billetera, en su interior estaban las tarjetas de crédito, había algo de dinero, estaba su DNI, el carné de conducir, una tarjeta Sube y la llave de la moto estaba puesta, así que no creo que le hayan querido robar”, dijo el vecino.

También describió que “el joven recibió dos disparos en el pecho con orificio de salida por la espalda, tenía una herida entre los dedos de la mano derecha, como si hubiera querido taparse el pecho cuando recibió la primera bala”, la pericia determinó luego que uno de los disparos había sido por la espalda.

Al examinar el cuerpo, los efectivos se encontraron con un orificio de entrada por la espalda de una bala pistola 9 mm, con orificio de salida, y otro orificio de entrada a la altura del tórax con orificio de salida por la espalda.

Junto al cuerpo de Fernando se encontró una vaina servida (cartucho). La punta de plomo de una de las balas se encontró enterrada debajo del cuerpo de Fernando a la altura del pecho donde supuestamente la imputada del homicidio Nahir Galarza, remató con un segundo disparo a Fernando.

Sin embargo ese día no se pudo determinar la trayectoria del primer disparo que Fernando recibió por la espalda.   

 Los peritos de Criminalística tras varias horas de trabajo en el lugar, recorrieron todos los frentes de las casas y terrenos baldíos en busca de otros elementos que sirvan para la causa, hasta que finalmente encontraron un orificio en la pared de una vivienda que está sobre calle Avellaneda.

Esto permitió determinar la trayectoria de la bala que Fernando recibió por la espalda, que tuvo una dirección Norte-Sur, es decir que Fernando, que en ese momento se encontraba en General Paz al 300, estaba mirando hacia calle Avellaneda al momento de recibir el impacto, información que ya está en el expediente de la causa, legajo N° 8190/17 “Pastorizzo Fernando Daniel, su muerte (homicidio)”.