El brazo derecho de San Martín, vecino de Gualeguaychú

Por Pedro Luis Barcia

EL AREGNTINO

 

No me refiero al brazo estatuario que, alzado y con el índice recto, señala los Andes (“No son los godos sino los Andes los que me quitan el sueño”, decía el Libertador), y, con ello, es un símbolo de todo proyecto humano: hacia adelante y hacia arriba. No, me refiero al oficial que cabalgaba junto a San Martín pronto a cumplir sus mandatos: Manuel de Olazábal (1799-1872), granadero a caballo, incorporado al regimiento a los 13 años, que fue jefe de la escolta del Gran Capitán, quien siempre lo distinguió con afecto paternal, claramente, en gestos como  el de regalarle el rosario de madera del Huerto de los Olivos  que le obsequiara en Mendoza,  hasta el envío de un retrato en miniatura desde Boulogne-sur-Mer. A su vez, Miguel  mantuvo un culto reverencial por su jefe.

La vida militar de Olazábal fue muy trajinada, pero siempre se lo señaló por su valentía y honestidad. Lo traigo a cuento porque este oficial sanmartiniano residió ocho años en nuestra ciudad, como vecino, y colaboró en la prensa local e imprimió en nuestra ciudad un par de obras.

En efecto, en 1858, en Gualeguaychú dio a conocer Refutación sobre ciertas apreciaciones a la obra publicada en Chile por el señor Mackenna: el ostracismo de los Carrera. Lo editó Imprenta del Comercio. Manuel luchó contra los hermanos chilenos detractores de San Martín, y, muertos ambos, siguió velando por el honor de su jefe afectado por historiadores de allende los Andes.

La segunda obra publicada en Gualeguaychú, en 1863, fue la titulada: Historia argentina. Episodios de la guerra de la Independencia. Esta obrita está compuesta con los artículos que Olazábal fue publicando en entregas sucesivas en  el periódico La Democracia, de nuestra ciudad  con sus recuerdos militares de tres décadas de su vida de acción. Es una publicación de 146 páginas, editada por las mismas prensas del periódico. En las páginas del periódico convivieron los artículos de Olazábal con colaboraciones de Laurindo Lafuente, Bernardo Goyri y poesías de Gervasio Méndez.

La obrita es muy  grata de leer, contiene testimonios personales de las modalidades y preferencias de su jefe, anécdotas y situaciones que siempre atestigua desde la primera fila de la acción. Recuerdo haber compulsado un ejemplar en el Instituto Magnasco.

Ambas obras de edición gualeguaychuense fueron reeditadas por el Instituto Nacional Sanmartiniano en 1942.

Una tercera obra quedó inédita: Reminiscencias de algunas generalidades características del Gran Capitán.

Si el lector quiere saber más sobre este personaje puede compulsar el libro de su tataranieto, Gonzalo Pereyra de Olazábal: Manuel de Olazábal. Del Ejército de los Andes a las guerras civiles, presentado en nuestra ciudad el año pasado. Puede verse la crónica del acto en EL ARGENTINO (19 de noviembre de 2017).

Yapa digital. En mi libro Ideario de San Martín hago espacio a algunos pasajes de los escritos de Olazábal. Puede verse, en el sitio electrónico de la Academia Nacional de Educación: www.acaedu.edu.ar Busque Publicaciones y allí está la versión PDF del libro. Esta obra, que está fuera del circuito comercial, estudia los géneros de todos los escritos del Libertador, ordena temáticamente sus bibliotecas, hace una selección de sus pensamientos y colecta una caudal de tradiciones sanmartinianas, a la manera de Ricardo Palma.

Es un hecho subrayable que un guerrero de la Independencia, dilecto de San Martín haya sido vecino radicado entre nosotros y autor de dos obras que imprimieron las prensas gualeguaychuenses.

 

* Pedro Luis Barcia es expresidente de las Academia Nacional de Educación y Argentina de Letras.