La Escuela de Juventud Unida concretó nuevas obras
Se hicieron tres aulas nuevas para el secundario y salas administrativas. La inversión se realizó gracias a los fondos “genuinos del club”, remarcaron. El rol fundamental que tuvo en esta y otras obras la Asociación de Padres de la institución.
Cuando las aulas se cierran y los chicos vacacionan es momento acrecentar la Escuela Nº200, de Juventud Unida, que contiene a más de 500 alumnos y a 68 maestros. Durante las vacaciones de julio se realizó el revoque del frente de la institución, gracias a una inversión de 130 mil pesos, y ahora, con el esfuerzo conjunto de directivos, padres y autoridades del club, está próxima a inaugurarse una nueva etapa de obras, que no hace más que reflejar el constante crecimiento de la escuela.
“Teníamos plazo de entrega para el 15 de febrero, pero hemos avanzado a muy buen ritmo, así que para principio del mes que viene creemos que estaremos terminando la obra”, adelantó Luis Scarione, a cargo de la empresa que lleva adelante los trabajos. Los mismos contemplan para el primer piso: modificación de un aula, secretaría, dirección y sala para las reuniones de padres; y en el segundo piso: tres aulas nuevas de 9 x 5 metros, la baranda de contención del pasillo, el piso y el techo.
La totalidad de los trabajos –en los que se invirtieron cerca de $480 mil– se financiaron con aportes genuinos del club: aportó la escuela, la Asociación de Padres y la comisión directiva.
“La Escuela no es una isla, es la escuela del Club Deportivo Juventud Unida”, remarcó, sin disimular su orgullo, la apoderada legal de la institución, Griselda Rébora.
“Primero y segundo piso quedan exclusivamente para el secundario. Ambos ciclos están, a partir de ahora, totalmente independizados”, destacó.
Desde la Asociación de Padres, que ya tiene tres años de vida, la contadora Daniela Daloglio puso énfasis en el trabajo llevado a cabo: “cuando nos convocaron para trabajar con la rifa anual –el primer premio es un auto–, las autoridades nos trasmitieron la necesidad de contar con la asociación para que, entre otras cosas, administre el dinero recaudado por el bono para que no se mezcle con otros gastos de la escuela. Esos fondos siempre se utilizaron para hacer cosas para la escuela”.
“Primeramente, se hicieron los baños para la secundaria, que funcionan en el primer piso, y después se empezó con las aulas, que ya son suficientes para todos los alumnos de cada nivel”, agregó la tesorera de la asociación, que coincidió con Rébora en destacar que “todo se pudo hacer con mucho esfuerzo, el trabajo mancomunado y sin la necesidad de crédito o subsidio alguno”.
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