El Papa convocó a una jornada de oración y ayuno por la paz
Después de rezar el Ángelus del 4 de febrero el Santo Padre invitó a preguntarnos: “¿Qué puedo hacer yo por la paz?”. Y tras recordar al nuevo Beato Teresio Olivelli y la celebración en Italia de la Jornada por la Vida, dirigió su pensamiento a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, sin olvidar las poblaciones afectadas por un ciclón en Madagascar
Ante las trágicas situaciones de conflictos prolongados en diferentes lugares del mundo, el papa Francisco convocó a una jornada especial de oración y ayuno por la paz para el próximo 23 de febrero, viernes de la Primera Semana de Cuaresma.
Lo hizo luego del rezo del Ángelus de este domingo 4 de febrero, en la Plaza San Pedro. El Pontífice explicó que la jornada de oración y ayuno se dedicará de forma especial “por la población de la República Democrática del Congo y de Sudán del Sur”, ambos países africanos duramente golpeados por conflictos civiles.
E invitó también, como en otras ocasiones, a los hermanos y hermanas no católicos y no cristianos, para que se asocien a esta iniciativa según las modalidades que consideren más oportunas.
“Dirijo un cordial llamado para que también nosotros escuchemos este grito y que, cada uno en su propia conciencia, ante Dios, nos preguntemos: ‘¿Qué puedo hacer yo por la paz?’. Seguramente podamos rezar, pero no solo: cada uno puede decir concretamente ‘no’ a la violencia por cuanto de él o de ella dependa”.
El Papa finalizó asegurando que “la victoria obtenida con la violencia son falsas victorias, ¡trabajar por la paz hace bien a todos!”.
Francisco también recordó que el sábado 2 de febrero en la localidad italiana de Vigevano fue proclamado beato el joven Teresio Olivelli, asesinado a causa de su fe en 1945, en el campo de concentración de Hersbruck.
“Él – dijo el Pontífice– testimonió a Cristo en el amor hacia los más débiles y se une a la larga fila de los mártires del siglo pasado”. Y deseó que “su sacrificio heroico sea semilla de esperanza y de fraternidad, sobre todo para los jóvenes”.
Finalmente, Francisco aseguró su cercanía a las poblaciones de Madagascar, que se vieron afectadas recientemente por un ciclón que ha causado víctimas e ingentes daños, con el deseo que de que “el Señor los consuele y sostenga”.
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