Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
Opinión

Lo único que falta es que le pidan perdón

Lo único que falta es que le pidan perdón

Por Fundavida


 

Fue hace pocos días, las autoridades  uruguayas aplicaron una levísima multa a la empresa UPM por contaminación provocada por su planta de Fray Bentos. Pero prontas a una nueva demostración pública de patética subordinación se ocuparon de difundir, en boca de la ministra de Medio Ambiente, Eneida De León, que la sanción es por un fenómeno que ocurre a veces y que provoca que se pase ligeramente los niveles de contaminación permitidos (SIC), justificando por enésima vez a los agresores nórdicos en una clara manifestación del Síndrome de Estocolmo que afecta a las autoridades del país vecino con la empresa neocolonial que está saqueando sus recursos y provocando una afectación severa e irreversible sobre la naturaleza y la vida regional.  Lo único que falta es que De León le pida perdón por haberla multado.

Lejanos están los tiempos en que prometían que gracias a la aplicación de la mejor tecnología existente que emplearían, nos liberarían de toda contaminación.

El cinismo con que nos mentían entonces sólo es comparable con la patética sumisión que el gobierno frenteamplista que hoy preside Tabaré Vázquez ha demostrado a lo largo de estos años con esta nefasta empresa.

Pero ya ni necesitan engañarnos; ahora no tienen reparos en admitir que contaminan sino además, que lo hacen habitualmente, y como si esto fuera poco quienes deberían controlarlos se desesperan en decirnos que sólo contaminan un poquitito, casi tan poquitito como las ridículas multas que les aplican a  los infractores, cifras que no dudamos despiertan carcajadas cuando son consideradas por los directivos de la empresa finlandesa en sus periódicas reuniones de directorio en Helsinki.

Sin temor al ridículo, De León amenazó que si insisten con la contaminación habrá nuevas multas y que incluso que se puede llegar al cierre de la planta (SIC),  como si alguien pudiese creer que las autoridades charrúas se podrían plantear siquiera esa posibilidad.

 En un ciclo reciente de conferencias organizado por el Movimiento por un Uruguay Sustentable, con la participación de los más destacados constitucionalistas de ese país, éstos fueron unánimes en la opinión que la tercera planta con la que se ilusiona Vázquez jamás se concretará, al menos sobre el Río Negro, porque los prerrequisitos exigidos por la empresa escandinava son directamente incumplibles.

El curso de agua que recibiría el detritus de una eventual tercera planta es de una magnitud insignificante al lado del Río Uruguay; no hay que ser un erudito en química para darse cuenta que si el magnífico y caudaloso Uruguay acusa el brutal impacto de los vertidos de UPM-BOTNIA, el cauce mucho menor del Río Negro, que ya está colapsado por los contaminantes agrícolas, sería una enorme cloaca a cielo abierto recibiendo el aporte de una planta de dos veces el tamaño de la de Fray Bentos. El Dr. Daniel Panario, probablemente el científico más respetado de la Facultad de Ciencias de UdelaR (ROU) ha sido categórico con este tema: el Río Negro está podrido, ha afirmado, y esto sin la tercera planta de celulosa.

Sin embargo, la falta de oportunidades laborales en Tacuarembó ha despertado en sus vecinos una cantinela que ya escuchamos en Fray Bentos acerca que prefieren morirse contaminados y no de hambre.

Finlandia mientras tanto, se regodea ante un escenario que le  es tan favorable, una mezcla perversa de políticos mendaces y cómplices con pueblos que agonizan por la falta de políticas que garanticen un crecimiento económico soberano con equidad.


Este contenido no está abierto a comentarios