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Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
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El Papa en la Tierra de Don Tonino

El Papa en la Tierra  de Don Tonino

DE LA REDACCIÓN

EL ARGENTINO/Vaticano

 

El papa Francisco inició ayer su visita pastoral a las ciudades de Alessano, perteneciente a la diócesis católica de Ugento-Santa María de Leuca, y Molfetta (Bari) en la Diócesis de Molfetta-Ruvo-Giovinazzo-Terlizzi, siguiendo las huellas de monseñor Tonino Bello, pastor amado por su pueblo, cuando se cumple el 25° aniversario de su muerte.

La primera parada de este viaje de tan sólo media jornada, fue Alessano, ciudad natal de Don Tonino, en la que el Sucesor de Pedro rezó ante su tumba depositando junto a ella un ramo de flores blancas y amarillas, en memoria de este sacerdote que entregó toda su vida al servicio de los más pobres y olvidados de la sociedad.

En ese maco, el Obispo de Roma subrayó que una Iglesia que tiene en el corazón a los pobres, “permanece siempre en sintonía con el canal de Dios, no pierde jamás la frecuencia del Evangelio y siente el deseo de regresar a lo esencial para profesar con coherencia que el Señor es el único bien”.

Y en este punto, señaló Francisco: “Don Tonino sentía la necesidad de imitar a Jesús hasta el final, involucrándose en primera persona con los más desfavorecidos, hasta despojarse totalmente de sí mismo”, ya que defendía sin descanso la dignidad de los trabajadores, y la paz; una paz que, decía, “comienza a construirse en el hogar de cada uno, sin olvidar que el mejor modo para evitar la violencia y la guerra “es cuidar de los más indefensos y promover la justicia”.

Por último, el Santo Padre concluyó su discurso invitando al pueblo a preguntarse qué podría decir hoy Don Tonino Bello a su amada tierra; una tierra a la que entregó su vocación, sus fuerzas y su amor, con el pleno convencimiento de que su misión se extendía “más allá del amor que sentía por Cristo” y a la que enseñó que un verdadero cristiano, “no puede separar la oración de la acción”.

“No nos contentemos con acumular buenos recuerdos, no nos dejemos atrapar por la nostalgia del pasado o incluso por las charlas ociosas del presente o los temores por el futuro. Imitemos a Don Tonino, dejémonos llevar por su joven ardor cristiano, sintamos su urgente invitación a vivir el Evangelio sin condiciones. Es una fuerte invitación para cada uno de nosotros y para todos como Iglesia. Nos ayudará a difundir hoy la alegría del Evangelio”.


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