Ajedrez educativo, una herramienta para aprender
Se conoció la Resolución 1062 del Consejo General de Educación de la provincia, con el que se reconoce la asignación de horas cátedra para enseñar ajedrez en varias escuelas públicas de la provincia, en la idea de llevar a cabo el “Programa provincial de ajedrez educativo” creado por la provincia.
Este programa, que parte de considerar al ajedrez una actividad que mejora las competencias cognitivas, habilidades y destrezas del pensamiento de niños y jóvenes, se aplica en la Escuela Nº 3 Tomás de Rocamora, la Nº 20 Domingo F. Sarmiento, la Nº 93 Faustino Suárez y la Nº 105 Islas Malvinas.
Desde la Dirección departamental de educación su titular, Héctor de la Fuente indicó que las actividades se llevan a cabo en estos establecimientos con la modalidad taller para aquellos niveles para los que se hayan presentado proyectos, según cada establecimiento.
Con el programa Ajedrez Educativo -presentado el año pasado- la provincia, a través del Consejo General de Educación apunta a fomentar la práctica del Ajedrez como una herramienta pedagógica que incluye las distintas facetas de esta disciplina universal: el arte, el juego y la ciencia.
Un juego de lógica
Hubaldo Ledesma, docente y ajedrecista, se refirió a los beneficios que este juego tiene en quienes lo practican.
Ledesma tuvo a su cargo la enseñanza en una escuela privada, la primera que lo implementó en Gualeguaychú.
“En ese momento eran poco conocidos sus beneficios. Y durante estos años se ha ido demostrando su validez como herramienta pedagógica”, expresó.
“Al ser un juego de mucha carga lógica, más allá de la interacción de las piezas y el objetivo, que es el jaque mate al rey contrario, cuando se va aprendiendo, se comienza a incorporar el movimiento de piezas y a tener en cuenta las estrategias propias y las del rival”.
“Esto genera un aumento de concentración, al tiempo que se estimulan y desarrollan los diferentes tipos de memoria”, agregó.
“Un aspecto a tener en cuenta es la toma de decisiones”, señaló, el dilema de haber hecho bien o no y qué consecuencias tendrá. La práctica los va puliendo en esto de enfrentarse a tomar decisiones”.
Otro elemento que Ledesma trajo a colación es el efecto que la práctica continua del ajedrez tiene para lograr pulir el carácter.
“Cuando uno gana se siente que es le mejor del mundo y cuando pierde, se desmorona. Esto también se trabaja y con el paso del tempo, quien gana se acostumbra a no agrandarse y cuando pierde, a saber que tendrá otras oportunidades”.
Está claro que es un juego formador en varios sentidos.
Y además, mucho más enriquecedor que los que inducen a los chicos a la pasividad.
Para decirlo en pocas palabras, vale más un tablero con sus piezas que una tablet con sus estridencias.
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