“Por este rumbo con la misma convicción”

 

Pero en dos años y medio de convicción gradualista no se logró generar un crecimiento de la economía, y las constantes intervenciones de la política sobre la independencia del Banco Central, pusieron nervioso a los inversores, y fue una de las causas por la que se produjeron las primeras corridas a principio de abril.  El dólar cerró esta semana en 25 pesos, y mantenerlo en esos niveles en el transcurso del mes de mayo nos costó tener que llevar la tasa de interés al 40 por ciento, la moneda se devaluó un 50 por ciento, la inflación se aceleró acumulando 10 puntos en lo que va del año y se perdieron 10 mil millones de dólares de reservas en el BCRA. Todo esto indica que hemos vivido un sacudón muy fuerte mientras el gobierno ve cómo apuntala las expectativas de la gente y los inversores. El problema será que si no lo logra, el crédito de 30 mil millones de dólares que está solicitando al FMI, si no es empleado para modernizar la estructura del Estado o invertirlo en infraestructura, será utilizado para seguir frenando la corrida cambiaria.  Si el Gobierno no comienza a dar señales serías de austeridad, como achicar la estructura de 23 ministerios, reducir un porcentaje del sueldo de los funcionarios políticos y legisladores, cómo vamos a seguir creyendo en este gobierno que nos prometió reducir la pobreza, luchar contra las mafias y el narcotráfico y la posibilidad de unir a los argentinos. El ajuste ya lo hicieron los 8 millones de personas que trabajan en el sector privado para financiar cerca de 20 millones de “cheques” de personas que dependen del Estado para subsistir, lo que terminó convirtiendo a la Argentina en un país inviable.