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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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El déficit comercial

El déficit  comercial

En el estudio del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda, se establece que "de mantenerse el desbalance externo actual, el déficit comercial será casi el triple de la meta oficial pautada por el presupuesto 2018, en u$s 5.600 millones; considerando que el acumulado actual se ubica en los u$s 4.691 millones y el proyectado a fin de año es de u$s 11.258 millones".

Si en el actual contexto el Gobierno Nacional, aplicara las retenciones al campo, el desequilibrio de la balanza comercial inevitablemente se va a profundizar, porque el efecto será elevar el costo impositivo que de por sí ya muy elevado y hacerle perder competitividad al campo y con ella la mayor ventaja comparativa que tenemos para salir a competir en el mundo. 

Nuestro país sigue siendo una de las economías más cerradas del planeta, y con el argumento de preservar el empleo y la industria nacional de sustitución de importaciones, nuestro costo de vida se terminó encareciendo al comprar productos de mala calidad y caros.

Si durante 70 años probamos la misma receta y estas políticas solo terminaron provocando que cada generación sea más pobre, crisis recurrentes e incremento de la pobreza, entonces por qué no adoptamos otra metodología, abriéndose al mundo con tratados de libre comercio de forma gradual.     

Somos un actor mundial en la producción de alimentos. Entonces ya no importa lo que nosotros hagamos internamente sino lo que manda es lo que hacen nuestros competidores a nivel mundial.

Otros países que adoptaron este camino, por ejemplo Estados Unidos y Australia en 2005, decidieron a partir de ese momento que determinados bienes se van a intercambiar con tasa cero y los sectores más sensibles, tuvieron tres o cuatro años para poder modernizarse y salir a competir, ante una economía que se fue abriendo gradualmente atendiendo a los sectores más vulnerables, bajando impuestos y adoptando créditos a baja tasa para preservar a la industria menos competitivas y con ello el empleo.

Nuestro país tiene que adoptar la fórmula de integración inteligente, de vender y comprar, comenzando con un cupo chico, y de acuerdo a la evolución del comercio se va aumentando el volumen de intercambio paulatinamente sin descuidar la generación de empleo.

Estas fueron las políticas que aplicó la generación del 80 a principio del siglo XX, alzando las banderas de uno de los más grandes pensadores libertarios de América Latina, Juan Bautista Alberdi, que hicieron que nuestro país fuera quinta potencia mundial y haber sido una de las primeras naciones en derrotar el analfabetismo en el mundo.

Hasta que empresarios, sindicatos y políticos no entiendan que una economía cerrada solo privilegia a un grupo de empresarios prebendarios y a políticos que cada vez cobran más impuestos para sostener los empleos clientelares del Estado,  nuestro país estará condenado al subdesarrollo, el constante endeudamiento y a crisis recurrentes.   

 


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