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Opinión

El Censor: la grata compañía de la tarde

El Censor: la grata compañía de la tarde

Estimadores lectores de “EL ARGENTINO”: Luego de tantos años transcurridos en que por razones económicas arriara su bandera uno de los señeros diarios de Gualeguaychú, he decidido volver a publicarlo esta vez semanalmente en forma online en el Grupo de Facebook denominado El Censor Online, al que cordialmente invito a unirse.

El Censor fue para muchos la grata compañía de la tarde, uno de los importantes periódicos de Gualeguaychú, de noticias, de opiniones, de actualidad, de la cotidiana vida de un pueblo y de la Nación que se debatía en un progreso que quería ser fructífero, y de una Argentina que avanzaba.

El Censor, fue fundado en 1901 por mi bisabuelo Ramón Jurado y continuado por su hijo Pedro Jurado hasta 1946 en que debió cerrar sus linotipos.

Así arrió sus banderas pero no para siempre ya que en 2018 quien esto escribe decidió intentar la aventura de volver a lanzarlo vía online, sin talleres, sin linotipos, sin canillitas, sin publicidad , solo apelando a la buena voluntad de amigos y conocidos quienes nos leen y son también nuestros redactores, nuestros columnistas, nuestros corresponsales,  dando a conocer historias de tiempos idos, de personalidades de nuestro pueblo y también porque no notas de opinión haciendo de “El Censor” que nuevamente sea una tribuna de poder, el poder que reside en ustedes, nuestros lectores, solo en ustedes.

Como relatara en mi libro “Don Pedro” (Editorial Dunken 2010) la vida de Pedro Jurado, es parte de la historia de un pueblo del interior, de mi pueblo y es la vida de un hombre probo, un político con mayúsculas y un periodista que solo supo decir verdades.

Hace años, de sus hijas María Angélica y Elena Margarita Jurado Bugnone recibí en legado numerosa documentación de gran parte de la vida de mi abuelo Pedro Jurado. Su genealogía, sus pasos en la política, su pasión por el periodismo y su afán por la cultura y toda su gestión al frente de la comuna de Gualeguaychú. Decía que ello me llevó a investigar y rastrear información en la colección del diario “El Censor“ y en los archivos que fueron donados recientemente al Instituto Magnasco que los recibió con mucho cariño. Recordemos que toda la colección del diario se encuentra en ese renombrado centro de cultura de nuestro pueblo.

El editorial del último número de “El Censor “allá por 1946 expresó: “No hubiéramos podido hacer una síntesis mejor de nuestra labor cumplida. Cada párrafo después de 45 años tiene el valor de una sentencia. Estamos orgullosos de nuestra obra. Solo lamentamos desaparecer en momentos difíciles para nuestra patria en los cuales más que nunca es necesario “un órgano de publicidad capaz de afrontar con entereza y decisión los peligros, sinsabores, amarguras y hasta sacrificios que la solución de los problemas sociales impone“. Nuestro público es nuestro juez. Arriamos la bandera, pero pura e inmaculada, tal cual la enarbolamos.

En el primer número de El Censor online, volvimos a izar la bandera nacional, pura, inmaculada, con ímpetu, con ganas y deseos que nuestra Patria salga de este atolladero en que se encuentra y halle por fin su rumbo hacia el destino que se merece.

La realidad de esta afirmación y otras que vierto a lo largo de este trabajo no se vinculan ni están mínimamente condicionadas con el cercano parentesco que me une a Pedro Jurado y las revelaciones que formulo en la historia verídica que pretendo volcar, se basan en documentos originales, en archivos de la época, en testimonios escritos de contemporáneos que avalan lo que se dice en cada página de la obra. También el aporte surge de los archivos de publicaciones de medios gráficos de la ciudad que lo vio nacer y de otras ciudades vecinas y que describen vívidamente los años dedicados por Pedro Jurado a la política enarbolando las banderas del conservadorismo entrerriano, su pasión por el periodismo materializado en la dirección editorial del prestigioso vespertino que fuera el diario “El Censor “. Sencilla y concretamente es una vida apasionante.

Pedro Jurado (1880–1951) fue el primogénito de los once hijos del matrimonio del escribano don Ramón Jurado y Migues y de doña Peregrina Venturino y Ferro, celebrado en Gualeguaychú, el 5 de Noviembre de 1879.

Su padre, Ramón Jurado y Migues, había llegado muy joven, a la corta edad de dieciséis años a la Argentina (arribó en 1874), procedente de Vigo, España, abandonando a su familia luego de la muerte de su madre y sin mayores razones ni posibilidad de explicar se radicó en Gualeguaychú.

Contaban mis mayores que la razón que motivó al adolescente Ramón para haber tomado tamaña decisión y a tan corta edad, se debió seguramente al malestar furibundo, que le causó a este joven que su padre - el Coronel del Ejército del Reino de España, Don Pedro Jurado - se volviera a casar luego de haber enviudado de su madre, doña Casilda Migues.

Ramón Jurado y Migues, ya afincado en Gualeguaychú, se nacionalizó argentino según documentación emitida en 1911 y  Pedro Jurado Venturino nació en Gualeguaychú, el 17 de Agosto de 1880. En nuestras próximas entregas semanales continuaremos relatando la vida y obra de don Pedro, su carrera política y su actividad frente al recordado vespertino.

(Continuará en una semana ..)

     

Por Jorge Pedro Jurado (*)      

(Colaboración)       

(*) El autor de este artículo es, abogado, periodista, escritor de varios libros: “Poesías desde el alma”, “Don Pedro”, “Mi río, mis poesías, mis recuerdos”. También conductor del programa de radio “Tres por Semana “ en la FM 91.3 de la Ciudad de Buenos Aires y actual columnista del programa “ La radio está en el aire “ que se emite por LT41 de Gualeguaychú y  Director de El Censor Online, periódico  que se publica todos los domingos Facebook denominado “ El Censor Online”.

    


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