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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
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Cambios de temperatura ¿cómo afectan a la salud?

Cambios de temperatura  ¿cómo afectan a la salud?

Las alteraciones bruscas en el clima pueden provocar diversas enfermedades. Un buen funcionamiento del sistema inmunológico es el mejor aliado para prevenirlas.

En plena época estival solemos encontrarnos a diario con temperaturas muy altas en exteriores y bajas en interiores, debido a la utilización de aires acondicionados. Existen además variaciones propias del clima, que pueden alcanzar amplitudes térmicas bruscas de la noche a la mañana. Estas variaciones y los cambios repentinos -naturales o artificiales- en la temperatura y la humedad ambiental, generan un impacto sobre el organismo.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, las temperaturas extremas del aire contribuyen directamente a las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo entre las personas de edad avanzada. Por otra parte, en el caso del calor extremo, los niveles de polen y otros alérgenos son mayores, por lo que estas alteraciones del entorno vuelven vulnerable al cuerpo, que se ve forzado a adaptarse constantemente y queda expuesto a diversas enfermedades.

En este ajuste el sistema inmunológico cumplirá un rol fundamental, debido a que es el encargado de defender al organismo ante infecciones como las bacterias y los virus. A través de una reacción organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden.

Un sistema inmune débil o menos activo de lo normal nos convertirá en un blanco fácil para contraer infecciones bacterianas o virales a repetición, e incluso enfermedades más severas. Reforzar y estimular el sistema inmunológico ayudará a prevenir una gran cantidad de patologías.

# Consejos para tener un sistema inmune saludable

- Mantenerse hidratado: consumir 2 litros de agua por día.

- Llevar una alimentación balanceada: realizar una dieta con un alto consumo de frutas y verduras.

- Consumir más Vitamina C (cítricos, melón, kiwi, morrón y tomate), Vitamina A (hígado, huevos y lácteos), Vitamina E (aceite de germen de trigo, de soja, cereales, arroz, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos), Hierro (hígado, carne, pescado y huevos), Zinc y Selenio (presentes en casi todos los alimentos).

- Evitar situaciones de estrés: el ritmo de vida actual y las situaciones de enojo o nerviosismo generan severas alteraciones de las defensas. Realizar actividades al aire libre, o relacionadas con lo lúdico y el arte.

- Asegurarse un buen descanso: el sueño debe ser reparador, realizarse de corrido y debe constar de unas 7 a 8 horas.

- Realizar actividad física: el ejercicio es una pieza clave porque fortalece el estado cardiovascular, mejora el ánimo, colabora al control del peso, favorece un buen descanso y aumenta las defensas.

- Evitar: químicos, conservantes, colorantes, edulcorantes artificiales, tabaco, alcohol, comidas enlatadas y pre-elaboradas.

- Tener en cuenta la vestimenta: con los cambios de clima, tanto ambientales como los producidos al ingresar a un establecimiento con aire acondicionado, es recomendable llevar un abrigo liviano.

- Estar atentos a la higiene: lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón. Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo. Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos. Ventilar los ambientes. No compartir cubiertos ni vasos. Mantener limpios picaportes y objetos de uso común.

Asesoraron: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del "Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti" y Dr. Horacio Varela Jiménez (MN: 69458).

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