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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Policiales

Se reconstruyó como fue la agresión que lesionó de gravedad a Bruno Oroño

Se reconstruyó como fue la agresión que  lesionó de gravedad a Bruno Oroño

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO

La reconstrucción de un hecho delictivo en la jurisdicción no es un acto habitual, aunque a veces –como en este caso- constituye una diligencia excepcional para la Investigación Penal Preparatoria (IPP).

Ayer por la mañana, el juez de Garantías N° 2, Ignacio Telenta, autorizó esta medida en el marco de la dilucidación de la agresión que sufrió Bruno Oroño el 11 de diciembre aproximadamente a las 15, cuando al transitar por calle España al Sur, en pleno corazón del barrio Zabalet, recibió un piedrazo en la cabeza que lo dejó internado en el hospital Centenario en grave estado hasta la actualidad.

Se trató de la reconstrucción de este hecho, y consistió en escenificar, partiendo de los datos obtenidos de las declaraciones de testigos, especialmente del acompañante de la moto que conducía la víctima, con el objetivo de darle forma a la mecánica de cómo sucedieron los hechos.

De esta reconstrucción –que comenzó aproximadamente a las 9:30 y finalizó dos horas más tarde- participó el propio juez de Garantías, Ignacio Telenta; la fiscal Martina Cedrés; el abogado querellante Ernesto Figún, que representa a los padres de la víctima; el defensor oficial del agresor, doctor Pablo Ronconi; y personal policial convocado para esta diligencia.

Tanto la fiscal Cedrés como el abogado Figún, fueron coincidentes en señalar a EL ARGENTINO, que si bien no hay dudas de cómo sucedieron los hechos y quién lo protagonizó, la reconstrucción permitirá tener una perspectiva de contexto que robustece lo actuado en el legajo hasta el momento.

Cinco testigos explicaron ayer por separado en el lugar de la agresión, cómo fue la mecánica del piedrazo y sus consecuencias inmediatas. Se trata del acompañante de la moto que conducía Bruno Oroño, quien fue el primero en relatar lo vivido en esa tarde lluviosa del 11 de diciembre; tres vecinos que auxiliaron a la víctima y un quinto testigo que estaba jugando en la cancha del barrio Zabalet junto al agresor.

“Cada uno explicó en relación al hecho desde la posición en que estaba y las circunstancias posteriores. Se hizo este relato de manera individual y cada uno se posicionó en el lugar exacto en el que estaba ubicado al momento del piedrazo”, explicó a EL ARGENTINO el abogado Figún.

“La medida si bien es excepcional, permitió despejar dudas, al tiempo que corroboró la coherencia de los relatos de los testigos sobre sus apreciaciones. Y permitió evaluar en el mismo lugar del hecho, la veracidad del relato de cada uno de ellos”, resaltó Figún, quien destacó la importancia de dilucidar y dar por sentado la realidad de los acontecimientos, tal cómo sucedieron.

Quienes conocen el legajo de esta causa, coinciden en señalar que la Investigación Penal Preparatoria en principio está casi agotada, aunque las circunstancias que actualmente atraviesa la víctima en su delicado y grave estado de salud, imposibilitan por el momento establecer con precisión la exactitud de la imputación. La evolución de la salud de Bruno será determinante en este caso.

Al momento del hecho, el agresor tenía 17 años; por eso el juicio lo realizará el juez de Menores, independientemente de que en 2019 alcance la mayoría de edad. “Por otro lado, tenemos a un único responsable y eso también es esencial para que intervenga un juez de Menores”, aclaró Figún. La otra cuestión que ayer se corroboró es que el agresor utilizó una piedra de importantes dimensiones, del tipo de material de concreto similar a trozos de construcción por la rugosidad de su textura y que quedó evidenciada en los rasgos de la propia herida de la víctima.

Una de los testigos que participó ayer de la reconstrucción y que estaba al lado del agresor, manifestó que el piedrazo en principio iba dirigido al acompañante de la moto que conducía Bruno Oroño; pero esa aclaración no disminuye en absoluto la responsabilidad en la gravedad de la conducta desplegada en ese 11 de diciembre y que a la fecha tiene a la víctima entre la vida y la muerte.

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