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Las voces femeninas del Carnaval del País

Las voces femeninas del Carnaval del País

Convocadas por la música y la pasión por el Carnaval, Analía Pereyra, Camila Gutiérrez Bouvier, Ornela Taffarel y Belén Grecco recuerdan su llegada al espectáculo, la adrenalina de cada noche, los prejuicios propios y ajenos, y la profesionalización de un rubro que ha evolucionado enormemente en los últimos años pero donde aún las mujeres son minoría.


POR CANDELA GIACOPUZZI

EL ARGENTINO

Cuatro mujeres a las que el Carnaval les corre por sus venas y lo demuestran cada noche poniéndoles su voz a las historias que esta fiesta tiene para contar año tras año en un escenario único para los artistas.

El Carnaval de Gualeguaychú no siempre ha tenido voces femeninas en sus bandas, incluso por muchos años fue sólo una banda la única que la tuvo, mientras que en las demás comparsas participantes cantaban únicamente hombres.

Estas mujeres, cantantes, han sido partícipes de esa (r)evolución en la música, de sumar voces femeninas, coros, mujeres en las batucadas, y generar desde esos lugares más posibilidades para lo que vendrá.

Cuatro historias hiladas por la magia de esta fiesta y los designios de Momo. Cuatro vidas interpeladas y agradecidas de pertenecer. Cuatro identidades que se unen bajo el mismo sentir y bajo el mismo objetivo de ver crecer a este gigante llamado Carnaval.

El privilegio de cantar

en el Carnaval

Ornela Taffarel y Belén Grecco son las voces femeninas de la banda Alma Carnavalera que este año musicaliza a la comparsa del Tiro Federal, Ará Yeví. Sus comienzos fueron muy distintos, pero sus historias se entrelazaron hace más de nueve años para cantarle cada sábado al Carnaval.

Belén, lleva más de 20 años poniéndole su voz a la fiesta, incluso desde pequeña recuerda que levantaba lentejuelas y plumas de los trajes de las bailarinas que desfilaban por calle Urquiza donde tenían vista privilegiada porque su abuelo tenía un comercio allí.

"El Carnaval es parte de mí, vengo de una familia carnavalera, mi papá vivió siempre a media cuadra del Club Central Entrerriano, es sin dudas parte de mi identidad", comentó.

En 1999 la banda liderada por Titi Pauletti buscaba una voz femenina, y en el camino, se cruzaron con el profesor de guitarra de Belén que sin dudarlo, la recomendó. "La banda tenía una fecha próxima a tocar, y estaban sin voz femenina. Me llamaron, canté para esa fecha y después me siguieron invitando a los ensayos, pero en el Carnaval no iba a hacerlo, además yo tenía 16 años e iba a un colegio católico y era todo un tema".

"Conforme fue pasando el tiempo, en los ensayos comenzaba a sonar la canción para el próximo carnaval, y quise estar, por lo que tuve que hacer las tratativas en el colegio, pero siempre con la idea de que iba a hacer un año nada más, como una cosa de adolescentes", explicó llevando ya algunos años más en el espectáculo.

A Ornela Taffarel, es oriunda de Larroque y en 2009 Titi Pauletti la convocó para salir cantando en Papelitos ya que Belén no iba a poder hacerlo. "Titi se comunica con mi marido, pidiéndole permiso para salir en el carnaval y él le contesta que sí porque sabía que yo en algún momento quería hacerlo", cuenta risueña.

"Me pasó algo muy particular con el Carnaval, porque desde el año 2001 que vine a vivir a Gualeguaychú nunca fui a verlo teniendo las posibilidades y viviendo en la ciudad. Pero además yo me decía –yo si algún día voy a estar en el carnaval tengo que estar cantando- pero solo lo pensaba, no iba a verlo y no tenía contactos".

También le sucedió que en los colegios católicos en los que trabajaba debió avisar su participación en la fiesta, y resaltar que era un trabajo más. "Yo tuve que explicar que era cantante y profesora de música, y que esto era otro trabajo más. Porque además es una fiesta del pueblo más allá de una cuestión histórica".

En 2010, Ornela y Belén comienzan a cantar juntas en Alma Carnavalera, tras el campeonato de Papelitos en el 2009. "Fue una experiencia muy buena, la cuestión de la comunicación de ambas voces femeninas, comenzamos a fusionar distinto y la sonoridad empezó a ir por otro lado también".

"La música del carnaval cambió muchísimo, nosotros particularmente comenzamos a darle más atención a las voces, los arreglos vocales, cosa que antes éramos menos músicos, las canciones no eran tan sofisticadas, y hoy además con el coro, hay muchas voces, muchas armonías y eso enriquece un montón. Además de que hoy se cuenta con más tecnología y hay mucho más cuidado porque se ha profesionalizado enormemente el rubro", comentaron.

Las anécdotas y los recuerdos sobran en las palabras de Ornela y Belén, el agradecimiento por los amigos cultivados en carnaval, por el acompañamiento y entendimiento de las familias de cada una, las juntadas, los ensayos, la apertura social y el mismo sentimiento las complementan.

Hablar del Carnaval es hablar de sus vidas, de algo inseparable e intangible en cada una de ellas, pero sus palabras son más poderosas."El Carnaval ha sido crecimiento, no sólo en lo personal sino en lo profesional y social. Y me parece enorme el trabajo, y siempre lo reivindico de lo difícil que es mantener un grupo humano en el tiempo como se ha hecho", comentó Ornela.

"Hay un crecimiento artístico importantísimo, porque uno tiene que estar preparado para estar arriba de esa carroza, no sólo técnicamente en lo vocal, sino desde lo físico, desde el compromiso con el otro y la responsabilidad", agregó.

"El carnaval me ayudó mucho. Y también nuestros hijos, están, cantan las canciones, mi familia, todos han ido viendo eso y de alguna manera conocieron este ambiente que nadie conocía, entienden apoyan y lo celebran".

"No tengo más que agradecer y celebrar, tengo un ritual cada noche, estoy por pisar el Corsódromo, mirar al cielo y agradecer, lo hice la primera noche desde el 2009 hasta este último sábado, porque a nosotros como artistas, como cantantes, el Carnaval es un lugar único que nos pone en una situación totalmente distinta a cualquier otra situación artística".

Y Belén agregó, "el Carnaval tiene que ver sin lugar a dudas con mi vida, con mi identidad. Tengo con esta fiesta una gran gratitud, ni que hablar del nivel personal también. Con mi marido no conocimos ahí, mis hijos nacieron en este proceso, me he recibido del secundario, de la facultad, en todo este derrotero".

"Fue un desafío enorme, me permitió aprender algo que me costaba mucho que era competir, me daba vértigo la competencia, exponerme desde ese lugar. Y aprender de a poco a disfrutar, e ir superándome cada año ha sido un desafío me ha dado de la posibilidad de disfrutar este grupo de amigos que tenemos".

"Es una fuente inagotable de emociones, pero si me tengo que quedar con algo me quedo con los amigos, con toda la gente que he podido conocer, con el talento del que he sido testigo de muchas personas, y con el combate de muchos prejuicios propios y ajenos".

"Desde este lugar uno siente un privilegio inmenso, sé que hay un montón de gente que le gustaría estar en el lugar que estamos, entonces tenemos que ser agradecidos, consecuentes y profesionales a la hora de llevar adelante nuestro trabajo", concluyó Balén.

Heredera de una pasión

Analía Pereyra, es la voz de Boa Samba, la banda de la comparsa Kamarr del Centro Cultural Sirio Libanés. Como banda este 2019 son debutantes en el Carnaval, si bien durante dos años abrieron el espectáculo cantando y siendo creadores del Himno Oficial que hoy tiene la máxima fiesta a cielo abierto del país.

Su familia es carnaval y es música, hija y sobrina de los reconocidos cantantes de la ciudad "Los hermanos Pereyra", ha ido gestando en sus adentros estas dos pasiones. "Empecé a cantar desde los 17 años, por casualidad porque era muy tímida, en mi familia no conocían mi voz, pero tras una enfermedad de mi padre en sus cuerdas vocales, quiso seguir cantando y yo me ofrecí a acompañarlo en sus shows.

"Su primera reacción fue reírse, porque no sabía que cantaba, pero al tiempo comenzamos, aprendí todo de él, hasta que comencé a tomar clases, porque ya no era sólo diversión sino que se había convertido en un trabajo", agregó.

En el año 2005 comenzó a cantar en el Carnaval, convocada por Juan Leuze que era compositor y director de la banda. Papelitos, Ará Yeví y Kamarr fueron testigos de su voz, "en todas Juan era compositor y director, y los destaco como cosas separadas porque una es quien compone, y otra quien reúne más de 30 personas, los dirige, y se lleva consigo esos más de 30 problemas".

"Dos años seguidos, también salí con mi tío, Ricardo Pereyra, la pasé hermoso y aprendí muchísimo, hasta que luego de unos años me convocan para armar Boa Samba, con la idea de hacer canciones de bandas brasileras y versionar temas nuestros al samba".

Boa Samba, participa de la convocatoria de la Comisión del Carnaval para armar un tema para la apertura de la fiesta y salen electos.

Frente a la responsabilidad que les toca hoy, como banda representante de una comparsa y que compite en el rubro música, Analía manifestó que sus años anteriores los disfrutó muchísimo pero hoy estar al frente de un compromiso tan importante, expresó " siento que llevo una carga desde el primer minuto hasta el último, sentís que estas en el ojo de la tormenta, sentís que te están evaluando permanentemente, y que de repente lo que hagás te podría llegar a proyectar un año más de trabajo o no".

"Le pusimos todo, y no dejamos trabajar inclusive hasta hoy, seguimos pensando en qué mejorar, es constante el trabajo, dimos todo lo que se podía dar este año, estamos conformes de que se trabajó mucho, en el tiempo que pudimos, y en nuestras capacidad, hicimos nuestros mayor esfuerzo".

"Al carnaval le tengo mucho respeto, mi familia es del carnaval, es un espectáculo que amo, y no queremos defraudarlo. Es muchísimo, es ver una foto que tengo de chica con mi papá cantando en calle Rocamora en Kamarr y yo sentada en el remolque, que iban en ese momento, acompañándolo y mirándolo atentamente". "No sé si alguna vez habré pensado para mi interior que quería estar ahí pero seguramente que si, a mi papá siempre lo admiré y no me parece que sea casualidad que estemos en Kamarr", agregó.

Además manifestó que, "es muy lindo además el cariño de la gente, el reconocimiento, el acompañamiento cada noche y en todo momento". "El Carnaval es todo, fue ver en un escenario gigante a mis referentes de vida, que los admiro muchísimo que son mi papá y mi tío y la emoción de haber pisado por primera vez el Corsódromo con Boa Samba en la edición que llevó el nombre de Ricardo Pereyra, fuerte y movilizante pero agradecida a la vida por eso y por lo que nos está sucediendo hoy.

Enamorada del Carnaval

Camila Gutiérrez Bouvier, es oriunda de Capital Federal, y gualeguaychuense por elección hace nueve años. Es la voz femenina de la banda Toque de Samba de Marí Marí, la comparsa del Club Central Entrerriano.

Comenzó con el Carnaval como espectadora, viniendo a verlo todos los veranos con sus padres. A los 15 años tuvo la posibilidad de salir bailando, en Ará Yeví y le empezó a agarrar el gustito según cuenta.

En 2010, comenzó a cantar en el Carnaval, "Toque de Samba empieza a reorganizar la banda y a probar voces y por una persona en común que teníamos con Martín Irigoyen, me convocó, y nos conectamos desde el primer momento", explicó.

"Fue un viaje de ida, fueron nueve años seguidos, pasé por Ará Yeví, Kamarr y Marí Marí, pero está última siento que es como mi casa. El carnaval es una forma de vivir y no hay una manera de ingresar y salir airosamente de él. Te atraviesa y hay que hacerse cargo de eso".

Además expresó que "me enamoré de Gualeguaychú, del Carnaval, e hice amigos, hermanos, cuando nombran a la ciudad o al carnaval y yo estoy en Buenos Aires me doy vuelta seguro porque hablan de mí, es una identidad muy fuerte y si tuviese que hacer una biografía diría mi nombre, mi edad y agregaría –del carnaval-. Forma parte de mi biografía seguro".

"Es una locura, es un espectáculo muy diferente a otros, hay una dinámica poco común, son cinco cuadras de magia, adrenalina y miedo, pero me siento muy feliz, muy plena y además de sentirme cómoda, somos una familia con la banda".

"La primera vez que canté en el Carnaval me maravillé, me volví loca, porque es muy poderoso, por eso es diferente a los demás, es un escenario móvil donde uno está contando una historia, con la gente que te está mirando, y es increíble", aseguró.

Camila, como tantos otros, es gualeguaychuense por adopción, porque así lo siente y porque esta ciudad la cautivó. "Estoy muy orgullosa de Gualeguaychú con respecto al rubro música, ojalá que otros carnavales pudieran hacer lo mismo, que es crear una música particular con una temática para cada año".

"Gualeguaychú cuenta su historia, cada comparsa lo hace y la música toma un rol preponderante en eso, y cada banda además tiene su identidad. Hemos crecido muchísimo, tenemos mucho más para crecer". "Tenemos además mucho como Carnaval para crecer en cuanto a las mujeres, y su rol desde lo artístico, y ojalá seamos cada vez más, hay una revolución que va a exceder al espectáculo y vamos a ver mujeres en lugares donde antes ni siquiera se vislumbraban, y la música es un ejemplo de eso".

La música en este espectáculo no sólo cumple un rol particular, sino que quienes están hoy han sido partícipes y testigos de su evolución, de su profesionalización y de su crecimiento. "es muy difícil mantenerse, es una estructura muy grande, hay que mantener esa calidad artística noche a noche, y Martín y Titi han sido pregoneros de mantener esa estructura".

"Uno tiene que saber dónde está y el rol que cumple, estoy acá siendo la cantante de la banda, tengo que tener esa responsabilidad, con firmeza, con actitud y con criterio, valoro muchísimo el lugar donde estoy, lo cuido, cuido la banda, y trato de cuidar a mis compañeros como ellos a mí. Me abrazó la banda, Gualeguaychú y el Carnaval".

El Carnaval del País, para las cuatro, tiene que ver sin dudas con sus vidas, con su identidad y con la identidad de la ciudad. Una ciudad que debería estar ampliamente orgullosa de su fiesta, de su magnitud, de ser fuente de trabajo y usina de arte, de integración y de pertenencia. Y un grupo de mujeres, que representan, que motivan, y que denotan que poco a poco, el Carnaval, comenzó a ser de ellas.

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