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Diario El Argentinojueves 18 de abril de 2024
Policiales

Causa Rivas: se realizó la novena audiencia y el juicio ingresa a una etapa definitoria

Causa Rivas: se realizó la novena audiencia y el juicio ingresa a una etapa definitoria

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO

Se desarrolló ayer la novena audiencia en el juicio oral (no público) en el que está imputado el abogado Gustavo Rivas por graves delitos según la carátula de la causa N° J/454 “Rivas Gustavo/ promoción a la corrupción de un menor, promoción a la prostitución de un menor de 18 años de edad reiterada”, de acuerdo a los Artículos 125° y 125° bis del Código Penal.

El Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú e Islas del Ibicuy está integrado por los jueces Alicia Vivian (quien lleva adelante la dirección del debate), y los vocales Arturo Exequiel Dumón y Mauricio Derudi; mientras que el Ministerio Público Fiscal estará representado por los fiscales Lisandro Béhéran (en su carácter de coordinador general) y Martina Cedrés (quien llevó adelante la Investigación Penal Preparatoria); mientras que la querella es ejercida por los abogados Alfredo Vitale y Estela Esnaola (una víctima cada uno); en tanto que la defensa de Rivas la ejerce el abogado Raúl Eduardo Jurado.

La investigación del Ministerio Público Fiscal da cuenta que las víctimas de Rivas tenían al momento de los hechos denunciados entre 14 y 15 años; aunque también hay otros casos de edades similares.

La otra coincidencia entre ellos es que todos manifestaron haber ido –en distintas oportunidades e incluso en años diversos- a los domicilios de Rivas (su actual residencia de calle Mitre; la casona familiar de calle Urquiza y su casa de descanso en 30 de Marzo y Larroque de Pueblo General Belgrano siempre en grupo, nunca de manera individual; además de otros encuentros realizados en una embarcación del imputado de nombre “Frenesí” y que en el mundo de los adolescentes era conocido como “El Crucero del Amor”.

Para la parte acusadora, Rivas, adulto, ejerciendo plenamente la abogacía y en otros momentos incluso la docencia, desplegaba con su conducta una aptitud clara para desviar el libre crecimiento y desarrollo sexual de sus víctimas, todos menores de edad. Para ello invitaba en “la previa” con alcohol a los menores como una forma de desinhibir e intensificar de esa manera la vulnerabilidad de las víctimas.

Béhéran explicó antes del inicio del juicio oral que se está frente “a un delito de peligro porque más allá del acto en sí, el riesgo que implica para la personalidad del menor no requiere el resultado, no requiere que el menor luego se dedique a ejercer la prostitución. Con que la conducta sea idónea para que el menor luego lo haga asiduamente ya configura el hecho delictivo. Por eso es promoción: es promocionar o facilitar la prostitución de menores”.

En ese marco, reveló que “las víctimas en su momento eran menores de edad en distintas épocas de tiempo y que de acuerdo a sus declaraciones podrían haber visto menoscabada su integridad sexual. Y luego aparecen testigos que aportan distintos datos a la investigación corroborando –en mayor o menor grado- los hechos cometidos en perjuicio de las víctimas”, tal como lo reveló la investigación de la Revista Análisis del 27 de julio de 2017 y que permitió a la Fiscalía iniciar de oficio esta causa y así terminar con casi cuarenta años de impunidad.

Hasta el momento se han desarrollado nueve audiencias de doce previstas y ayer el Tribunal ordenó un cuarto intermedio hasta el próximo lunes, fecha que la Fiscalía estima que finalizará con la ronda de sus testigos; para luego quedar otras dos audiencias más (martes 23 y miércoles 24) para los propuestos por la defensa; aunque está previsto que, si la dinámica del juicio lo exige, se podrían extenderse un par de días más.

En la audiencia de ayer declaró un damnificado; y dos adultos que tenían conocimiento de los hechos; además del psiquiatra Esteban Romani, quien realizó las pericias a todos los denunciantes.

Para el lunes se completarán los informes periciales con el aporte de la psicóloga actuante para el caso de los denunciantes, totalizando cuatro peritos oficiales vinculados con la salud mental teniendo en cuenta que ya declararon el martes el doctor Simón Ghiglione (médico psiquiatra) y la licenciada en Psicología, Andrea Ezcurra.

Primera semana

El 1° de abril se realizó la primera audiencia en este juicio. En esa jornada, el Tribunal hizo lugar a la solicitud de la defensa del imputado, de prescripción de dos hechos ocurridos en 1975 y 1977, haciendo propio los fundamentos e interpretación del Superior Tribunal de Justicia en la causa “Ríos, Carlos Antonio- Abuso sexual gravemente ultrajante agravado en concurso real S/ impugnación extraordinaria”. Y el Ministerio Público Fiscal hizo reserva para recurrir la medida ante una instancia superior.

Rivas prestó declaración e hizo reserva de volver a declarar durante el desarrollo del juicio, aunque se negó a responder preguntas y hasta ayer no volvió a declarar.

También, realizó su aporte Daniel Enz, director de la Revista Análisis y autor de la investigación periodística que terminó con cuarenta años de impunidad, a partir de la cual el Ministerio Público Fiscal inició de oficio esta causa el 27 de julio de 2017.

En esta jornada también se le tomó testimonio a Lucas Pascual –hoy fiscal-, pero en su calidad de delegado judicial que tenía en 2017 y por intervenir en ese rol durante el proceso de la investigación penal.

El 3 de abril fue la oportunidad para que el Ministerio Público Fiscal incorporara las pruebas consideradas importantes como las más de 200 fotografías, diapositivas y filmaciones y otros soportes informáticos que le fueron secuestrados al imputado en el allanamiento y requisa domiciliaria el 27 de julio de 2017.

La primera testigo en declarar fue la oficial de Policía, Cinthia Susco, quien participó del allanamiento en la casa de calle Mitre de Rivas, y dio cuenta de manera minuciosa de cómo se realizó dicho procedimiento, además de reconocer todos los elementos secuestrados, muchos de ellos luego peritados.

El segundo funcionario policial en declarar como testigo fue el comisario Gabriel Ferro, que es el jefe de la División Técnica Especial y Desarrollo Informático -dependiente de la Dirección de Inteligencia Criminal- quien realizó las pericias al material fílmico y otros soportes informáticos secuestrados en la causa.

Luego declararon dos testigos civiles, que por el carácter de juicio no público no trascendió su contenido.

Tercera semana

En las siguientes audiencias declararon varias víctimas denunciantes y testigos, todos de identidad reservada, quienes aportaron cada uno desde sus vivencias lo que ha sido esta experiencia lacerante para algunos y “un secreto a voces” para todos.

Hubo jornadas en las que se recepcionó el testimonio de doce personas, algunas de ellas por haber ejercido cargos públicos en su momento; otras vinculadas con instituciones educativas y la mayoría por haber sido citados como testigos de los hechos.

Y se fue confirmando –tal como lo ha sostenido la Fiscalía-, que a Rivas se le imputó “haber determinado a sus víctimas a un estado sexual corrupto mediante actos prematuros y de actividad sexual exacerbada”; que “fueron perversos, prematuros y excesivos”.

En la sexta audiencia (la última de la segunda semana) declararon seis personas, de las cuales cuatro lo hicieron en su carácter de víctimas denunciantes.

Tercera semana

Esta semana se realizaron tres audiencias con la de ayer.

En la del lunes 15 declararon cuatro personas, una de ellas Martín Daneri, un testigo que, por decisión propia desde el inicio de la investigación, afrontó –de manera pedagógica- una actitud pública admirable.

Y su recuerdo de los hechos fue demoledor para el imputado. Si bien no trascendió lo que declaró dentro de la sala, se supo que ratificó lo declarado en su momento ante la Fiscalía; esto es: el reconocimiento en los videos y fotografías que le fueron secuestrados a Rivas y cuyas imágenes reflejan extremos actos sexuales.

Daneri ha declarado en varias oportunidades en diversos medios periodísticos, detalles escalofriantes de las situaciones por las que atravesó cuando era un adolescente de 15 años.

En ese marco, Daneri definió a Rivas como “un perverso y un enfermo”, y que jugaba “con la necesidad de los chicos”.

“Es un enfermo, pero también es imputable porque sabía lo que hacía, podía dirigir sus acciones y comprendía la criminalidad del acto. Por eso su modus operandi era ese: atacaba generalmente a una edad en la que uno no es iniciado sexualmente y para un chico todo es novedad. Es una persona muy inteligente con lo cual no deja de ser un tipo enfermo”, afirmó en su momento en el programa Fuera de Juego.

También contó que “la relación comenzó en 1977 cuando Gustavo Rivas era presidente del Club (1976-1982)”. El abogado en ese momento tenía 32 años. “Yo tenía 15 años y pertenecía a un grupo de amigos del Club Neptunia –la mayoría perteneciente al Instituto Pío XII y otros del Colegio Nacional- que formábamos un equipo de vóley. Él se acercaba como lo hacía con muchos grupos de chicos y primero nos invitaba al auto a escuchar música y la primera vez un fin de semana nos llevó a un grupo de siete u ocho chicos a una especie de bulín donde tenía todo acondicionado, con luces de colores y un espejo al costado de una cama grande”, recordó en los inicios de la causa en el mismo programa de televisión.

Mencionó lo que significa contar estas situaciones ya que Rivas era presidente del Club Neptunia y su padre, Pablo Daneri conocido como “Pebete”, fue uno de los fundadores de esa entidad. “Mi exposición pública no es gratis, soy de una familia conocida y tengo una actividad conocida en Gualeguaychú, como es el ajedrez además de ser abogado”, afirmó. Vale recordar que Daneri es un reconocido jugador de ajedrez, campeón entrerriano en varias ocasiones y competidor de prestigiosos torneos internacionales.

“Nunca lo hablé con mi padre, se hubiese puesto muy mal. Realmente él no sabía y lamento hoy no haberlo hablado con mi hermano mayor que era médico, que tenía la misma edad de Rivas y que lógicamente debió haber sabido. Uno siente una cierta vergüenza y un silencio. Sí lo hablé con los amigos con los que compartí esas experiencias”, afirmó.

“Hubo otros grupos de chicos que sabíamos que estaban filmados. Pasó casi toda la sociedad media que frecuentaba los clubes, y después se sabe que amplió el espectro buscando chicos en otros lados, de clases sociales más bajas y a los que intentaba ayudar económicamente. Nosotros teníamos estudios y no teníamos demasiados problemas, y más allá de alguna ocasión no nos tentó con dinero porque no era algo que tuviéramos como una necesidad. Él captaba las necesidades de cada uno. Y una vez que tenía el paneo del grupo elegía a uno como favorito”, describió.

En la octava audiencia lo central fue el aporte realizado por los peritos de salud mental del Poder Judicial: el doctor Simón Ghiglione (médico psiquiatra) y la licenciada en Psicología, Andrea Ezcurra; quienes ratificaron sus informes vinculados con el imputado.

Y en la audiencia de ayer, el psiquiatra Esteban Romani, aportó sus pericias psiquiátricas vinculadas con todos los denunciantes. Y el lunes hará lo propio la psicóloga actuante también perito del Poder Judicial.

Con el correr de estas nueve audiencias, se estima que se ha ido conformando un registro indubitable de que las víctimas al momento de los hechos eran menores de edad; que su vulnerabilidad era potenciada por Rivas cuando les ofrecía alcohol a esos menores de 14-15 años; que los hechos quedaron probados por los distintos relatos (que se prueban entre sí) además de las imágenes fotográficas e incluso fílmicas que se aportaron como pruebas materiales; y que los actos fueron de suficiente entidad corruptora; por “haber determinado a sus víctimas a un estado sexual corrupto mediante actos prematuros y de actividad sexual exacerbada”; que “fueron perversos, prematuros y excesivos”; tal como lo sostiene el Ministerio Público Fiscal.

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