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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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Habló por primera vez públicamente, con su identidad, y criticó el fallo del Tribunal: “Gustavo Rivas me jodió muchísimo la vida, es un ser carente de alma”, afirmó la víctima Joaquín Otero

Habló por primera vez públicamente, con su identidad, y criticó el fallo del Tribunal:  “Gustavo Rivas me jodió muchísimo la vida, es un  ser carente de alma”, afirmó la víctima Joaquín Otero

Joaquín Otero, una de las víctimas de abusos de Gustavo Rivas habló públicamente por primera vez, con su identidad, y aseguró que el fallo que condenó al abogado a ocho de prisión por un solo caso de promoción a la corrupción y prostitución de un menor, y lo absolvió por prescripción en otras ocho denuncias fue “un cachetazo del Tribunal”. “Fue darme cuenta que caímos de vuelta en lo mismo. Otra vez en un sufrimiento que no merecíamos. Esperaba algo totalmente distinto, y estoy muy triste por lo que está pasando”, definió.

Contó que el pensar en sus hijos y “en tantos chicos que pueden estar pasando por abusos en este momento” fueron los motivos que lo llevaron a denunciar lo vivido; pero también destacó que la investigación de la Revista Análisis “fue el disparador para que muchas víctimas podamos buscar justicia especialmente por nuestra dignidad”.

“Jamás había podido hablar este tema con nadie, ni siquiera con mi pareja, lo hice en ese momento y tardé unos días más hasta que denuncié”, recordó.

Tras cuestionar fuertemente al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú por considerar que dio “un mal ejemplo a la sociedad”, recordó las situaciones vividas cuando tenía 13 años y reveló: “Lo peor que viví fue ver imágenes muy perturbadoras de Rivas con menores de edad, delante nuestro haciendo exhibicionismo, manoseos y otras cosas peores que prefiero no decirlas”.

“Gustavo Rivas me jodió muchísimo la vida”, afirmó. Sobre la figura del abogado, dijo que “vi el mismo Rivas que conocí cuando era adolescente, con el mismo poder, que también es algo que le corresponde al trabajo de este Tribunal. El mismo Rivas dijo: Si intentaban doblegarme, no lo consiguieron y obviamente es difícil doblegar a un monstruo que abusó de miles de chicos, es un ser carente de alma; pero vi al mismo tipo con el mismo poder de hace 20 o 30 años atrás, y en eso bastante tiene que ver la Justicia”.

En declaraciones realizadas al programa “A Quien Corresponda” (Radio De la Plaza), Otero describió que “estaba entrando en la adolescencia cuando tuve la mala suerte de cruzarme en su vida”.

“Rivas no es el único y fueron varias cosas que me motivaron a viajar a Nogoyá a hacer la denuncia, a arriesgarme lo que me arriesgué, a pasar de todo lo que pasé, a revivir todo lo que reviví; haber perdido amigos por este tema, y siempre buscando justicia, tener un poco de paz con lo que me pasó en la adolescencia”. En ese marco, admitió: “Nunca esperé que un Tribunal diera tan mal ejemplo”.

Advirtió que “la sociedad de Gualeguaychú es muy especial, y está esa vergüenza absurda, la cual nos llevó a tener que ir (al juicio) como protegidos, como si yo me tuviera que proteger de algo o tuviera que tener vergüenza, pero si la sociedad y los medios hubieran estado presentes en el juicio oral y hubieran escuchado lo que este monstruo hizo con los chicos, sería diferente”.

“Somos menos del uno por ciento los que estamos representados en el juicio, son miles de criaturas a las cuales Gustavo Rivas les arruinó parte de su vida, les marcó su vida, y que hoy serían personas distintas a lo que son; hubiésemos sido distintos si Gustavo Rivas no se hubiera cruzado en nuestras vidas”, reflexionó.

Recuerdos del dolor

Otero rememoró que la primera vez que fue a la casa de Rivas “tenía entre 13 y 14 años”.

“Estaba en primero o segundo año de la secundaria e íbamos los fines de semana, viernes o sábados antes de salir a bailar, y lo hicimos hasta los 16 años aproximadamente”, recordó.

En ese marco, admitió que pudo tomar “real conciencia” de que lo sucedido eran abusos “pasados los 20, 21 años cuando me fui de Gualeguaychú; cuando empecé a ser un adulto y terminé de darme cuenta de todo lo que había pasado cuando tuve mi primer hijo, que esas imágenes volvían, que volvía lo que había pasado”.

“Hoy mi hijo más grande tiene apenas dos años menos de los que yo tenía en ese momento y para mí sería inimaginable que mi hijo vea y viva lo que yo viví con este tipo”, sentenció.

“No sé si con el nivel de monstruosidad de lo que ha hecho Rivas, pero seguramente hay miles de Rivas dando vueltas, por eso también era importante tener un fallo justo para las víctimas”, advirtió.

En tal sentido, consideró que “el no sentirse víctimas es debido al qué dirán; pero, además, la mayoría lo tomó lamentablemente como que era normal, que estaba bien que un tipo de esa edad abusara de chicos. Lo veían normal, no porque sean malas personas, sino que son formas de ver la vida, piensan como la sociedad de Gualeguaychú”.

Remarcó que “lo de Rivas pasaba a media cuadra de la Jefatura de Policía, con dos policías parados en la puerta, pasaba a una cuadra de Tribunales. Pasaba ahí durante muchísimos años. Cualquier persona mayor de 30 años, sabe quién es Gustavo Rivas, este Tribunal sabe quién es Gustavo Rivas, todos saben quién es Gustavo Rivas”.

Consultado por cuál es el mensaje para otras víctimas, Otero dijo que “siempre hay que buscar la verdad y tener dignidad. Les daría siempre un mensaje esperanzador, de buscar ayuda, de hablar. Pero, el problema es cuando son niños, que no pueden hablar y tardan mucho tiempo en poder hablar sobre un tema así”.

“El tema es la Justicia, es ver qué hace por los chicos que hoy están pasando por esto y lo que ha hecho ha sido un espanto. Dice que si tenés 70 años, podés hacer lo que quieras y el mensaje es horrible. Nos acariciaron el lomo en el comienzo del fallo diciendo que está todo absolutamente probado, para después absolverlo porque en teoría teníamos un tiempo para denunciarlo, y que los tiempos de uno no cuentan. Fue lamentable”, concluyó.

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