En el Día del Padre la gran familia del Hogar de Cristo celebra la vida
El doctor Dardo Caraballo, coordina una gran familia en el Hogar de Cristo quien junto a un equipo de profesionales de la salud y voluntarios, conforman una gran familia para ayudar a los jóvenes padres y madres a salir de las adicciones, recuperar sus vínculos más cercanos y construir un nuevo proyecto de vida.
El Hogar de Cristo, que funciona desde hace cuatro años en el complejo de la Guardería Nazareth, es parte de una red nacional de voluntarios que trabajan desinteresadamente para sacar a los chicos de las drogas.
En la ciudad, el Hogar de día cuenta con un subcentro Nazareth, el Hogar de Corazón de María destinado a mujeres, la sede de Asunción de María, en el barrio Eva Perón y el Hogar Jesús Niño, destinado a los hijos de padres que están saliendo de las adicciones.
Junto a un equipo de profesionales y voluntarios, el coordinador general el doctor Dardo Caraballo, logró darle un proyecto de vida a jóvenes que atravesaron difíciles momentos por haber caído en las adicciones, por lo que su vida se convirtió en un infierno de sufrimiento y soledad. “El Hogar de Cristo trabaja con dos ejes fundamentales, tomar la vida como viene y el cuerpo a cuerpo dialogando para intentar resolver los problemas, y con un fuerte acento en los vínculos en un mundo en donde todo es individualismo.
En el Hogar de Cristo, encontraron un nuevo comienzo, y una familia que siempre estará a su lado para marcarle el camino. Los padres lograron recuperar a sus familias, desintoxicarse y aprender un oficio para comenzar a construir un proyecto de vida.
“Tenemos un vínculo cotidiano, tanto con las personas que forman el equipo como con aquellas que concurren asiduamente y con aquellos que ya realizaron un recorrido y lograron equilibrarse en su plan de vida, en su familia, en sus vínculos laborales, con ellos nos vemos con cierta frecuencia”, explicó.
“Queremos fortalecer y crecer en los vínculos, es por eso que decimos que somos una gran familia, con los demás centros barriales distribuidos en todo el país, tenemos esa dinámica que nos enfoca a todos, de acuerdo a lo que hemos aprendido en nuestras familias, en la Iglesia y en nuestras comunidades de vecinos”, expresó.
Inversión en infraestructura
En los últimos años el Hogar creció en infraestructura para seguir atendiendo la creciente demanda. “Nosotros nacimos sin nada, sin un lugar, sin elementos que pudiera apoyar materialmente al equipo. Nos fuimos organizando de a poco y vimos que era importante tener una casa. Estamos construyendo el Hogar del Padre Misericordioso, que en este momento está alojando a los más chiquititos, es decir a los hijos de las personas que se están recuperando.
así como logramos armar una casa que se llama Jesús Niño, que es un espacio destinado a los niños para realizar actividades de primera infancia y para alcanzar este objetivo trabajamos en contacto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”, explicó Caraballo.
Energía renovable
Este año el Hogar quiere incorporar dos calefones solares para bajar el costo de la energía, que entre electricidad y gas, se gasta 120 mil pesos por año.
“Abordamos este tema de forma integral, porque no solo queremos instalar los calefones, sino que vamos a capacitar a los jóvenes del Hogar para que puedan ser instaladores de este tipo de dispositivo, como paneles solares que hoy pueden ser accesibles para cualquier familia.
Para eso estamos trabajando en conjunto con la Cooperativa de Crédito de Gualeguaychú, el Grupo Bio Gaste, el Hogar de Cristo y el Instituto Agrotécnico que también tiene interés de contar con paneles solares en su predio.
poder colocar dos calefones solares, el Hogar necesita de una inversión de 60 mil pesos, “necesitamos juntar 11,952 pesos por mes, tenemos que pagar seis cuotas y necesitamos la ayuda de la comunidad. Con esto podríamos ahorrarnos un 20 por ciento del costo de la energía y estaríamos desquitando la inversión en tres años. En la misma movida queremos capacitar a los jóvenes para que sean instaladores, generar fuentes de trabajo y un cambio cultural para que la gente aprenda a producir energía en base a fuentes renovables”, expresó.
El abogado Francisco Sobral, quien trabaja en el Centro de Acceso a Justicia que funciona dentro de las instalaciones del Hogar, explicó que: “Nosotros vivimos esto como una familia, entre todos intentamos construir los cimientos y trabajamos la confianza, esa confianza que un padre le da a un hijo para que se desarrolle en la vida”.
tanto, Caraballo remarcó: “Un padre acompaña a su hijo durante toda la vida cuando una persona llega a nuestro Hogar, comenzamos a trabajar con ella desde el vínculo, no a través del reglamento”, concretó.