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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
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Opinión

En la misma deuda todos manoseados

En la misma deuda todos manoseados

Un sistema defendido por la ignorancia inducida, el de la creación de dinero como deuda bancaria, tiene atado al mundo.

La deuda del gobierno es el componente principal de la deuda total y para pagarla el gobierno carga a los ciudadanos con impuestos hasta lo intolerable.

Una reciente encuesta en el Canadá reveló que ni la gente común ni los economistas conocen de manera precisa cómo se crea el dinero: el funcionamiento del sistema financiero está convenientemente silenciado en el sistema educativo y en los medios de información, donde hay tanto ruido que se oye poco.

Si la sociedad sigue sometida a la creación de dinero a partir de la deuda, la democracia seguirá siendo una forma de dictadura económica, una ficción conveniente defendida a veces con pasión por los que no saben qué hay bajo el suelo que pisan. Los banqueros seguirán decidiendo quién tiene el dinero y quién no.

El economista norteamericano John Kenneth Gailbraith, muerto en 2006, consideró “tan simple que repugna a la mente” la creación de dinero por los bancos; pero advirtió al tratar de vencer la repugnancia que en esta materia, muy delicada, la tendencia de los estudiosos es más bien a disfrazar la verdad para evadirla que a revelarla.

En una de sus frecuentes humoradas aludió a la política de su tiempo, en algunos puntos mejor que la nuestra: bajo la dictadura del dinero, “en el capitalismo el hombre explota al hombre, y bajo el comunismo es justo al contrario”.

Es que en este punto el Estado, esa fantástica creación política para dominar la sociedad, se alía con el capital parasitario con la finalidad de mantener vivo el sistema.

En la economía moderna miles de millones de dólares ingresan a la bolsa sin sustento de productividad ni ningún otro.

En el mundo actual el dinero bancario supera unas 20 veces al emitido por el Estado. Es un resultado de la banca, que realiza cada segundo un milagro maligno de multiplicación; y de la creación en 1913 de la reserva federal, que puso en manos de privados la emisión de dólares y la capacidad de cobrarle al gobierno de los Estados Unidos intereses por préstamos en su propia moneda. El resultado es que hoy el gobierno norteamericano es el más endeudado del planeta. Es algo difícil de entender para las mentalidades hechas al mundo de antaño; pero decisivo en las guerras financieras.

El dinero que prestan los bancos no es el que depositan los clientes. Los bancos crean dinero a partir de la promesa de los prestatarios de devolverlo, no de sus ganancias ni de los depósitos. El dinero bancario nace de la deuda y se multiplica con ella. El banco inventa dinero que no posee y lo inscribe en la cuenta del que recibe un préstamo. Es humo que se expande girando en el aire a cambio de nada pero envenenando todo, aunque parezca imposible; es un proceso “tan simple que repugna a la mente”.

En los burgos europeos de fines de la Edad Media, los orfebres hicieron del oro y la plata que trabajaban otra cosa que una materia prima: un instrumento de especulación. Conservaban los metales para producir joyas en cajas fuertes.

Para guardar metales preciosos, los vecinos les pedían en alquiler un lugar en sus cajas fuertes. Así el oro estuvo en manos de los orfebres. Observaron que los depositantes no venían con frecuencia a recuperar sus depósitos, y nunca todos a la vez. Fuente (AIM).

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