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Diario El Argentinojueves 18 de abril de 2024
Policiales

Solo de cocaína en Gualeguaychú se comercializa como mínimo treinta kilogramos por semana

Solo de cocaína en Gualeguaychú se comercializa  como mínimo treinta kilogramos por semana

El gendarme Leandro Luis Tajes, quien dirigió una investigación contra cuatro personas de Gualeguaychú por venta de droga, declaró el año pasado frente al Tribunal Oral Federal de Paraná (integrado por los jueces Noemí Berros, Roberto López Arango y Lilia Carnero), que “en Gualeguaychú debe haber unas 20 mil personas que consumen cocaína” y aclaró que ese número era de 2016, porque ya no trabajaba


 

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO

 

Gualeguaychú es una localidad que tiene (redondeando para arriba) cien mil habitantes.

Se invita al lector a imaginar un número sensiblemente menor al que el gendarme Tajes calculó. En vez de 20 mil adictos, se calculará por menos de la mitad: seis mil adictos y para calcular su dosis mensual, cada uno de ellos se lo encuadrará en un adicto incipiente o primerizo a moderado: esto es, cinco gramos de cocaína por semana.

Cinco gramos multiplicado por seis mil adictos, es igual a 30 mil gramos, es decir, 30 kilos por semana.

El gramo de cocaína cuesta en la actualidad (se calculó un precio muy conservador) 400 pesos.

Hay que seguir el razonamiento básico: 400 pesos por 30 mil gramos por semana es igual a 12 millones de pesos.

Es decir, solo Gualeguaychú (suponiendo que Tajes haya exagerado) mueve por semana un mercado de 12 millones de pesos de venta de cocaína, para abastecer con sus 30 kilos únicamente a seis mil adictos que están en su etapa inicial o son primerizos. Y hay que tener en cuenta que este cálculo es solo y exclusivamente para cocaína, sin sumar otros estupefacientes como marihuana o droga sintética, por ejemplo.

Hay que volver a leer: por semana ingresan como mínimo 30 kilos de cocaína, cuyo valor de mercado es de aproximadamente 12 millones de pesos y abastece el consumo de seis mil adictos. Y esta aproximación es solo de cocaína, no contempla otras sustancias ilícitas como marihuana, cuyo consumo en la ciudad se calcula es mucho, pero mucho más elevado.

¿Cuántos golpes al narcotráfico se han dado en los últimos cinco años en la ciudad que permita hablar de un daño económico significativo para estas bandas narco criminales? En términos significativos uno o dos, pero no mucho más. Hay que tener presente que son como mínimo 30 kilos de cocaína que ingresan por semana, en cada una de las 52 semanas del año, sin cesar.

Antecedentes

En el libro “Los hijos del narco” de Daniel Enz (publicado en 2015), en el Capítulo II titulado “El hombre que concentraba el negocio” (página 29), se indica que “la década del ´90 marcó el inicio del ingreso comercial de la droga a Entre Ríos, más allá de que los primeros movimientos arrancaron entre 1984 y 1985”.

Y agrega esa investigación periodística: “Avanzó en Paraná y Concordia; posteriormente se fueron sumando Gualeguaychú, Concepción del Uruguay y La Paz, en especial por la relación con la zona isleña de la provincia de Santa Fe”.

“A mediados de esa década –se indicó en “Los hijos del narco”-, a Paraná ya ingresan cerca de 15 kilogramos de marihuana por semana y una cifra algo menor de cocaína, según los registros oficiales que existen en la Policía de Entre Ríos”.

“Eso quiere decir que hay una cifra igual o superior que también entra, que no se la ve o no se la quiere ver”, explicó un ex comisario conocedor del tema en el libro “Los Hijos del narco” escrito por Daniel Enz.

En Gualeguaychú, casi tres décadas después, el cálculo mínimo y conservador, sólo para cocaína, indica que por semana ingresan 30 kilos a un valor de mercado de 12 millones de pesos. Es decir, 120 kilos por mes que genera un movimiento de 48 millones de pesos. ¿Quién o quiénes están en condiciones de mover ilegalmente casi 50 millones de pesos mensuales? En Gualeguaychú, a lo sumo dos o tres, no muchos más.

El ingreso

En “Los hijos del narco” se explica que en la provincia hay por lo menos cuatro vías de ingreso de la droga (página 32): por el túnel subfluvial, desde Rosario; a través del Complejo Zárate-Brazo Largo; y por el Norte siguiendo la vía del Mercosur que delinea la ex Ruta Nacional 14 hoy denominada Autovía Gervasio Artigas.

Pero, también hay ingresos por vía fluvial y según un relevamiento que efectuó la DEA en 1989 (dice el libro ya citado), “en Entre Ríos ya existían 500 pistas clandestinas de aterrizaje, que significan otras puertas de ingreso”.

Si a principio de los años ´90 se sabía que había por lo menos 500 pistas clandestinas de aterrizajes (en campos o estancias, claro está), ¿hoy habrá igual número, menos o más? No se conoce información oficial de que se haya detectado o clausurado una pista clandestina o no vinculada con el narcotráfico en la provincia. Es decir, todo sigue como entonces, incluso creciendo sin ningún límite.

El río Uruguay, especialmente desde Concepción del Uruguay hasta el Río de la Plata es casi tierra de nadie. Prefectura Naval Argentina en todo ese tramo no tiene medios ni tampoco infraestructura suficiente para controlar la costa y las zonas de islas. Esa es la realidad. No es una complicidad de esa Fuerza federal, en absoluto. Es una imposibilidad.

El contrabando –ya en cualquier rubro- es dueño y señor de ese territorio que no tiene controles eficientes. El río Uruguay es un colador a cielo abierto, una extensa frontera sin control.

Hay que repetir para no olvidar la lectura: en 1989 la DEA había detectado más de 500 pistas clandestinas solo en campos de Entre Ríos. No se ha informado del cierre o clausura o el desmantelamiento de pistas en las últimas décadas. Todo sigue igual, lo que sería muy preocupante; o su número se incrementó, lo que sería casi una obviedad.

Y se utilizan pistas de aterrizaje en Entre Ríos, porque es la forma más rápida de acercar el producto hacia otros grandes centros urbanos de consumo como la Capital Federal, el Gran Buenos Aires o Rosario, sin correr los riesgos si se utilizaran solamente las vías terrestres.

En toda la provincia de Entre Ríos hay aproximadamente 120 pistas de aterrizaje o lugares aptos que han sido declarados por sus propietarios (la mayoría son establecimientos rurales), y se utilizan para el movimiento de sus aviones privados y para las fumigaciones.

De esas pistas declaradas, 42 se sitúan en los Departamentos Gualeguaychú, Gualeguay, Uruguay e Islas del Ibicuy y en promedio tienen una longitud que va de los 250 a los 1.200 metros.

Pero, entre lo declarado (120 pistas en toda la provincia) y lo clandestino (500 en 1989), hay una diferencia por demás preocupante y que explica en parte por qué hoy solo en Gualeguaychú y solo para cocaína, ingresan 30 kilos por semana, es decir, 120 kilos al mes. Mientras tanto, los decomisos mensuales –que se tienen noticias- casi nunca superan los 10 gramos. Es decir, de 120 mil gramos que circulan mensuales por las calles de Gualeguaychú, sólo se secuestran –con suerte y viento a favor- diez gramos.

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