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Diario El Argentinomartes 23 de abril de 2024
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Emociones inesperadas en Ho Chi Minh

Emociones inesperadas en Ho Chi Minh

Por Héctor Martín Davico

(Colaboración)

El caos de autos y sobre todo de motos es de tal magnitud, que cada vez que uno cruza caminando una avenida aparece la sensación de que podría ser la última. Pero finalmente siempre se abren espacios y se llega a la vereda de enfrente. Ciudad Ho Chi Minh, que antes del final de la guerra en 1975 se llamaba Saigón, es la ciudad más poblada de Vietnam y su actual nombre rinde homenaje a quién fue líder y figura clave en la contienda contra los Estados Unidos.

Es mi primera mañana en la ciudad y apenas he podido dormir en el hostal de poca monta en que pasé la noche. La buena noticia es que el país es muy barato y que la mejor opción para recorrerlo es alquilando una moto o comprando una. Aunque ya he sido advertido de que en esta época Vietnam es muy lluvioso, he decidido sacar un visado por 90 días para tratar de atravesarlo de punta a punta desde el Delta del Río Mekong en el sur, hasta Hanoi, su capital, ubicada en el norte.

Apenas termino el desayuno, salgo disparado al Museo de los Vestigios de la Guerra de Vietnam, el más visitado de la ciudad. En la entrada, una mujer en un puestito intenta venderme una botella de agua a un dólar y medio. Le digo que lo deje para otro día, y me detiene para dejarme la bebida a mitad de precio. Un gran cartel en la entrada del museo promociona una exposición temporaria: Dos fotos, una antigua en color sepia de un hombre con una cámara, y otra contemporánea de una mujer sosteniendo otra. La muestra se titula “Historias de una cámara”.

Las exposiciones permanentes en este museo son fundamentalmente un registro fotográfico, además de algunos viejos aviones, tanques y bombas que se encuentran en el patio del predio. Una de las primeras instantáneas que veo son de las distintas manifestaciones que se celebraron en diferentes partes del mundo para repudiar aquella guerra. Entre ellas, una marcha en contra de la invasión norteamericana a Vietnam celebrada en Buenos Aires el 25 de marzo de 1966. Las pancartas en la foto de la concentración dicen: “Ningún soldado a Vietnam” y “Ni un grano de trigo a los invasores yanquis en Vietnam”.

Uno de los sectores más dramáticos del recinto es el que denuncia al Agente Naranja, un producto herbicida que fue utilizado por los americanos mediante fumigaciones masivas, con el objetivo deforestar las junglas donde se escondía el ejército norvietnamita y la guerrilla del Viet Cong. Millones de personas fueron expuestas al químico causando distinto tipo de enfermedades. En la actualidad se siguen registrando anomalías (reflejadas en deformaciones físicas, problemas de crecimiento, enfermedades mortales..) que se han transmitido genéticamente incluso hasta la tercera generación de aquellos que tuvieron contacto con el tóxico. Una carta de una chica de 23 años, actualmente afectada por la exposición al agente que sufrieron sus antepasados, es presentada en un escaparate y está dirigida al ex presidente Obama solicitándole soporte a las víctimas; y una carta del ex mandatario estadounidense dando una respuesta de apoyo y compromiso también es exhibida.

Pero cuando llego a la muestra temporaria, una súbita emoción se apodera de mí. Se trata de un homenaje dedicado al único corresponsal latinoamericano que pereció en Vietnam: Ignacio Ezcurra, que tenía 28 años y era argentino. En una vitrina un recorte del diario La Nación con una crónica escrita por el protagonista lleva como título “Encarnizada lucha se libró ayer en Saigón”. Se presentan fotos que el periodista fue tomando en Vietnam y algunos comentarios que escribía. Cuando se reportó la desaparición de Ezcurra (su cuerpo nunca fue encontrado) sus pertenencias, entre las que estaba su cámara fotográfica, fueron enviadas a sus familiares en Argentina. La exposición tiene una segunda parte que tiene como figura principal a la nieta del fotógrafo, donde se enseñan las fotos que esta sacó en Vietnam con la cámara de su abuelo 50 años después…

En la entrada al salón una placa en inglés dice en textuales palabras: “En ocasión del día de la Independencia de la República Argentina (9 de Julio de 2019) este museo junto a la Embajada de Argentina en Vietnam, están organizando en conjunto una exhibición titulada “Historias de una Cámara”… La exhibición contribuye a promover la paz, amistad e intercambio cultural entre Vietnam y Argentina”.

Encontrarme con esto a 17 mil kilómetros de Argentina, ha sido emocionante y más aún cuando ni siquiera conocía la historia. Mi primera jornada está más que hecha, y todavía, si el destino quiere, quedan tres meses de Vietnam por delante...

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