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Diario El Argentinojueves 25 de abril de 2024
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Invitación

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Estimado lector, hoy quiero invitarlo a cenar en la casa de Publio Vedio Polión. Una velada prometedora porque estará presente el emperador Augusto y su esposa, maquillada con caca de paloma que tapa imperfecciones, sombra de malaquita molida y polvos de almidón y óxido de estaño. Será en la Villa Posillipo, en la bellísima bahía de Nápoles. Estamos entrando en la decadencia del imperio y las clases ascendentes, llenas de dinero, acceden a los productos más sofisticados y exóticos imaginables, vino de Grecia, trigo de África, carne de animales salvajes y raros frutos tropicales de alto precio. Le aconsejo que aproveche, como hacía yo en mi juventud, concurriendo a las fiestas de las embajadas, en la época en que se comía y se bebía rico. La de Francia y la de Italia eran campeonas sirviendo morfi del bueno. Hoy, hay que llevarse la vianda o comer en casa antes. ¡Jajaja!...

Recorreremos el menú porque es especial y variado. En una mesa romana del año 18 AC, tiene que haber de todo y más si viene el emperador. El vino se servirá en vasos de vidrio, desconocidos hasta entonces, incluso por el mismo Augusto. Valen una fortuna. Un vaso cuesta como un esclavo.

La comida empezará a las tres de la tarde y solo los dioses saben cuándo terminará. Es obligatorio que los comensales tengan los pies perfumados y coronas de flores en la cabeza, que evitan la ebriedad.

Vamos al menú: caracoles fritos, que fueron engordados con carne cruda; lirones rellenos con nueces y carne de cerdo, ostras frescas, lenguas de flamenco, tortilla de leche de oveja y huevos de pavo real. Un detalle refinado, un cerdo asado, relleno con aves vivas que murieron cocinadas con plumas y todo. ¡Ah…! Me olvidaba de las crestas de gallo. También habrá una enorme fuente decorada con los signos del zodíaco y otra con el mapa del imperio.

La oferta de carne será variadísima: cisne, paloma, gorrión, loro, cerdo, buey, conejo, anguilas, cebras y pescados varios.

Un jabalí asado relleno de chorizos y salchichas servido en enorme fuente de plata. Para simular las brasas, toda la fuente está cubierta de semillas de granada y ciruelas de Damasco, de un rojo subido.

No faltará en el centro de la mesa un cuenco con la célebre “garum”, una salsa confeccionada con vísceras de pescado secadas al sol, mezcladas con salmuera y especias. No se la aconsejo. Es tal vez, la más repugnante de las comidas romanas. Los cocineros antropólogos que la han preparado en la actualidad siguiendo la receta tal cual la cuentan los escritores de la época, reconocen que era en realidad una pasta de pescado podrido, con un gusto muy fuerte y un olor nauseabundo.

Las bebidas alcohólicas de alta calidad reinarán especialmente en la sobremesa, donde es casi obligación emborracharse, ya que el estado de ebriedad, permite a los comensales intimar. Habrá vino blanco, vino añejo de cien años y un vino muy del gusto de todos, aderezado con miel y pimienta. Publio Vedio Polión es un liberto enriquecido; su máximo sueño es embriagarse con Augusto y tiene también la esperanza de que su más bella y joven esclava atraiga al emperador para que él pueda regalársela, como era costumbre.

Volvamos a la cena. Cada comensal recibirá un regalo importante, así que prepárese estimado lector porque puede regresar a casa con una joya o una rica caja de ébano y marfil.

En el centro del salón comedor hay una enorme piscina llena de anguilas asesinas (lampreas), cebadas con sangre humana, capaces de devorar a un hombre. Si Ud. va calculando que la cosa viene densa y decide no concurrir me parece bien, porque la cena va a ponerse complicada, como verá enseguida, estimado lector. El emperador en el centro, casi acostado, el anfitrión a la derecha y un pasillo frente a la mesa redonda que permite a los esclavos traer alimentos diferentes a cada instante. Augusto come poco y bebe menos; es frugal y cuidadoso de las formas. Los otros invitados, incluyendo al dueño de casa, comen a lo bestia y a veces se retiran a vomitar, para luego regresar listos para seguir con el próximo manjar.

Ya entrada la noche, en el momento de las bebidas, en un funesto descuido, el esclavo Catón deja caer un vaso de vidrio que se hace añicos en el suelo. Polión enfurece y condena al esclavo a ser arrojado a las anguilas, cosa que hacía con frecuencia. Un vaso roto importa más que un ser humano. El desgraciado corre y se postra a los pies del emperador pidiendo clemencia. Sabe que sólo Augusto puede quebrar una orden de su amo.

Augusto aprovecha el momento para dar una lección a los comensales que son todos nuevos ricos engreídos y fatuos: ordena vaciar el estanque de las anguilas y arrojar todos los vasos de vidrio en él. Se lleva al esclavo para su servicio, evitándole la venganza del amo.

El emperador desea que regrese la Roma dorada, moral, ordenada, espiritual, cívica. Viniendo de una familia de la aristocracia antigua, desprecia las costumbres licenciosas y crueles de los advenedizos de la fortuna. Le costará mucho trabajo cristalizar su sueño. Las clases altas están corrompidas en todos los sentidos, las leyes se olvidan o se postergan fácilmente. Ovidio ha escrito El arte de amar, una pieza literario-erótica que desencadena una transformación total en las costumbres, especialmente en las morales. El texto incluye poses amatorias detalladas, recetas de afrodisíacos y otras disquisiciones que enfurecen al emperador. Ovidio es desterrado al Mar Negro y muere de tristeza.

Cuando todos se retiran, a altas horas de la madrugada, quedan en la cocina muchas piezas de carne que sobraron, enormes cántaros de barro llenos de mariscos, fuentes repletas de frutos secos, junto a otros manjares que se pudrirán sin que los esclavos los prueben. Ellos sólo pueden comer cereales cocinados con agua y aceite, algo parecido a una polenta, beber agua con gotas de vinagre y hueso quemado molido. Tal vez alguna fruta silvestre y muy raramente un trozo de pan. Los que no tenían la suerte de ostentar privilegios y fortuna, eran mantenidos

por el Estado romano con un sistema de “planes”, que apenas les permitían sobrevivir. ¿Le suena a algo?..

.Pipo Fischer

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