Torturas en Gualeguaychú: La Municipalidad expresó su preocupación
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
Desde el área de Derechos Humanos de la Municipalidad, se emitió un comunicado de prensa donde se manifestó la “preocupación ante una denuncia por torturas, que radicó un joven de nuestra ciudad”.
“Según la denuncia, personal policial le habría practicado la técnica conocida como ´submarino seco´, que consiste en someter a la asfixia envolviendo la cabeza con una bolsa de nylon”, tal como lo denunció EL ARGENTINO en su edición del domingo pasado.
Desde el área de Derechos Humanos de la Municipalidad “tomamos tempranamente conocimiento de la denuncia, a partir de lo cual mantuvimos reuniones con funcionarios de Fiscalía, que es la encargada de llevar adelante la investigación, y con defensores públicos. Seguimos el tema de cerca”, se indicó.
“Asimismo, nos preocupa que en el último tiempo hemos tomado conocimiento de otras denuncias sobre tratos autoritarios por parte de las Fuerzas de Seguridad de la ciudad. Prácticas de este tipo entrañan un riesgo enorme para toda la sociedad, y sobre todo para los jóvenes de los sectores populares, que son generalmente el blanco de abusos y uso desmesurado de la fuerza”, se advirtió.
“Para que este tipo de prácticas no se asienten en la cultura de acción de las Fuerzas, es imprescindible la observancia de las distintas instituciones estatales (fiscales, jueces, defensores, funcionarios de las propias Fuerzas de Seguridad y funcionarios responsables, entre otras) y la ciudadanía misma. Sabemos que desde la Justicia se están llevando las investigaciones correspondientes y tenemos expectativas de que cuanto antes se esclarezcan estos hechos”, mejor, resaltó el comunicado del área de Derechos Humanos que conduce Matías Ayastuy.
La lenta investigación
En cuanto a la investigación que lleva adelante la Fiscalía, se sabe que por el momento no ha ordenado a otra Fuerza que investigue a la Policía (lo que sería de manual) y tampoco se informó si se realizó alguna requisa a los dos móviles policiales que fueron parte de la detención del denunciante, quien aseveró que un policía (al que identificó) le practicó “submarino seco” con una bolsa de nylon.
El hecho ocurrió a fines de julio pasado, ya no tendría sentido hacer una requisa a poco más de veinte días de la denuncia. Si había alguna prueba que encontrar, de seguro la borraron y si no había nada, tampoco se puede corroborar. Por eso esta investigación siembra más sospechas que certezas.
Por otro lado, esta grave denuncia fue alentada por el defensor oficial Pablo Ledesma, en el marco del ejercicio de su función pública al defender al denunciante. Ahora fue convocado por la Fiscalía como testigo.
¿Cuántos defensores oficiales son convocados por Fiscalía como testigos en toda la provincia? ¿Curiosamente se lo convoca como testigo al defensor oficial que alentó esta denuncia y de ese modo se aseguran que no pueda brindar información pública sobre este hecho? ¿El titular del Ministerio Público de la Defensa, Maximiliano Francisco Benítez, no tiene nada que decir al respecto? ¿La Policía se investiga así misma sobre una denuncia por torturas contra uno de sus integrantes? ¿Cuál es la garantía de imparcialidad sobre esa investigación? ¿La ministra Rosario Romero no tiene nada que objetar al respecto?
Más allá de cómo se respondan estos interrogantes, está claro que en la jurisdicción el protocolo ante una denuncia por torturas no ha funcionado como corresponde.
En foco
Disparos. Luego de conocida la denuncia por supuestas torturas, se supo que a principio de agosto sucedió otro hecho grave: un oficial le disparó -a dos metros de distancia- dos escopetazos con perdigones en el tobillo de una persona discapacitada. De este hecho no hubo información oficial. ¿Caso aislado o tendencia?