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Un fardo de pasto para un burro

Un fardo de pasto para un burro

Recientemente un maestro de Chubut - provincia virtualmente en quiebra - y que es dirigente gremial docente consideró que el hecho de que “los alumnos aprendan a luchar es más importante que saber la raíz cuadrada". Increíbles afirmaciones de un dirigente y menos si se dice ser o representar a los maestros.

Por Jorge Pedro Jurado

(Colaboración)

Aún no hemos escuchado ninguna palabra aunque sea de alguno de los maestros que él dice representar criticando dicha burrada, por lo que si aplicamos la máxima que “el que calla otorga” la verdad es que la educación en esa provincia está en manos de quienes no debería estar.

Ante tan insólitas palabras, debemos recordar a este señor que no habría civilización ni avances de la humanidad sin el conocimiento milenario que el hombre ha acumulado sobre la raíz cuadrada. No existirían el álgebra, la geometría, la arquitectura, la astronomía, la informática o la economía. No entenderíamos ni siquiera lo que es un triángulo o un rectángulo.

Es insólito que un maestro sugiera una forma de volver al pasado en temas del conocimiento humano que hoy no aceptan discusión. Sería como negar la redondez de la tierra o la segura mortalidad de los seres humanos.

La inteligencia se basa en la capacidad de pensar y pensar y de revertir el pensamiento. La matemática ayuda a revertir circunstancias conceptuales y en consecuencia la raíz cuadrada, por ejemplo, es el reverso de la potencia.

La raíz cuadrada es la operación inversa -y por lo tanto complementaria- a la de la multiplicación de un número por sí mismo. Es imposible comprender el teorema de Pitágoras si se ignora el concepto de raíz cuadrada y por eso creemos necesario estimados lectores que es necesario recordárselo a este dirigente docente:

“El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los catetos”.

Pero lo peor, lo más deleznable, el símbolo más grande de la ignorancia es que este señor prefirió con sus dichos postergar la educación por razones ideológicas y proponer el camino de la ignorancia lo que de seguro nos llevará a colisionar, a un verdadero desastre.

Ahora bien, esto no pasa solamente en Chubut. Pasó hace poco con el paro nacional docente por el accidente sufrido por dos maestros que venían de una reunión partidaria de protesta.

Otros sectores apelan a la lucha armada para dirimir conflictos de intereses tal lo hecho por la UOCRA en la provincia de Buenos Aires cuyo secretario general Medina está preso por delincuente o las barras bravas de los clubes de futbol que se matan entre sí para obtener porciones de negocios colaterales millonarios que deja el deporte.

Y la frutilla del postre la puso una fiscal perteneciente al denominado grupo Justicia Legítima que propuso reformar la Constitución, entre otras cosas, para controlar a los periodistas o el Juez Federal de Dolores Ramos Padilla quien en el proceso que se le sigue al periodista Daniel Santoro sugirió que un grupo de iluminados censure previamente sus artículos periodísticos.

Resulta sumamente preocupante para la democracia que ciertos sectores afines al kichnerismo expresen, actúen o comiencen a manifestarse por la justificación de reformas a la Constitución que no son necesarias ni urgentes. La irrupción de la violencia, y la disposición a restringir las libertades de los periodistas son también manifestaciones de políticas autoritarias que podrían devenir si triunfa un gobierno de corte populista.

Pero no todo está perdido y podemos tomar algunos recaudos frente a estas amenazas. En primer lugar recordarle a los maestros de Chubut que vuelvan a estudiar el teorema de Pitágoras, al gremialista Santiago Goodman que practique en sus ratos libres raíces cuadradas, y a los ilegales recordarles que la Constitución no es una herramienta para oportunistas, inútiles y autoritarios, sino una garantía de libertad y de racionalidad de nosotros, los ciudadanos.

Para eso debemos recordarles a los funcionarios del Ejecutivo de todos los niveles que apliquen las normas vigentes sin temor a ser criticados ya que para eso se postularon, para gestionar, para administrar, para hacer cumplir la ley y estamos hablando también de las fuerzas de seguridad. También necesitamos de un Poder Judicial con cojones bien puestos, que no sean tiempistas, que ejerzan su magistratura cumpliendo el juramento que hicieron cuando asumieron tan honorable tarea.

Si no lo hacemos así, nosotros los ciudadanos, y los periodistas que actuamos con independencia y todos los argentinos que cumplimos los postulados de la Constitución Nacional a rajatabla estamos habilitados a exigir que se protejan nuestros derechos. Si no fuera así estaremos irremediablemente perdidos como pueblo y como Nación.

(*) El autor de este artículo es abogado, periodista, escritor de varios libros: “Poesías desde el alma”, “Don Pedro”, “Mi río, mis poesías, mis recuerdos”. También conductor del programa de radio “Tres por Semana “en la FM 91.3 de la Ciudad de Buenos Aires, columnista en LT 41 y director de El Censor Online, periódico que se publica todos los domingos en el grupo de Facebook denominado “ El Censor Online”.

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