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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
Opinión

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Un desafío: coordinar Defensa y Exterior

Un desafío: coordinar Defensa y Exterior

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En el mundo moderno, la coordinación entre las relaciones exteriores y lo estratégico-militar, resulta clave.

Lo hemos visto a comienzos de diciembre en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN realizada en Londres, como también en la Cumbre del Grupo de Shangai,- que reúne a las potencias del Asia.,- que tuvo lugar en Kirguistán a fines de noviembre.

De acuerdo a trascendidos, en ambas áreas, la nueva administración se propone modificar el enfoque de Cambiemos que daba prioridad a las relaciones con los grandes países de occidente.

Ahora, la región de América del Sur adquirirá mayor prioridad, como sucediera en los gobiernos de Cristina Kirchner, cuando la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), fue el eje de la política regional y la prioridad del enfoque internacional.

Esta prioridad fue coincidente para la Cancillería como para el Ministerio de Defensa.

Pero el problema central que surge, es que reeditar dicha política y centrarla en América del Sur, encuentra ahora una región muy diferente desde la perspectiva política.

Durante el kirchnerismo, casi toda la región se alineaba en una corriente “progresista”: Lula y Dilma en Brasil, Morales en Bolivia, Lugo en Paraguay, Correa en Ecuador, Maduro en Venezuela y el Frente Amplio en Uruguay.

El problema es que ahora se da una situación inversa. Sobre diez países iberoamericanos de América del Sur, ocho gobiernos, tienen una posición contraria al “progresismo”. Es el caso de Brasil, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia (con el gobierno provisional) y Uruguay (con el recientemente electo). Solo Argentina y Venezuela (con sus claras diferencias) quedan en otra línea, como lo ha evidenciado la reciente crisis de Bolivia.

La cuestión es, en consecuencia,  tomar distancia de los países centrales de occidente comenzando con EE.UU. y buscar como alternativa la región, cuando esta vez en ella predominan gobiernos de otra orientación.

La posición Argentina en el Mercosur no será fácil al coincidir Brasil, Uruguay Paraguay con una visión distinta en relaciones internacionales a la del nuevo gobierno argentino. Recrear el Unasur hoy no parece posible, dado el cambio geopolítico que ha tenido lugar en América del Sur. Avanzar en la integración entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, requerirá un esfuerzos importante, cuando los enfoques internacionales son diferentes entre México y Argentina por un lado y los otros seis países (Colombia, Chile, Perú, Brasil, Paraguay y Argentina) por el otro.

Hay decisiones que el Gobierno de Alberto Fernández deberá adoptar rápidamente. Una será la actitud a tomar frente al inminente proceso electoral en Bolivia. Otra, será la que asumirá frente a la crisis de Venezuela. Como se reencausa la relación con Brasil será prioritario.

Pero también habrá que tomar decisiones en temas menos visibles, pero importantes en la interacción entre política exterior y defensa: la participación en el Operativo Unitas que todos los años se hace en América Latina, liderado desde hace décadas por los EE.UU.; el rol que tendrá en el ejercicio Panamex, que se realiza bianualmente con la participación de países occidentales y latinoamericanos, en torno a la defensa del Canal de Panamá y la posición que tomará Argentina, al asumir en 2020 la secretaría pro-tempore de la Conferencia de Ejércitos americanos que tiene lugar anualmente.

La política está para resolver dilemas y la coordinación entre las políticas de exterior y defensa será uno para el nuevo gobierno, que debe contemplar que las Fuerzas Armadas pueden ser un instrumento en las relaciones internacionales.

 

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