Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Información General

.

Papa: la tierra más hermosa para conquistar es el corazón del hermano

Papa: la tierra más hermosa para conquistar es el corazón del hermano

.


Francisco continuó sus catequesis sobre las Bienaventuranzas. Reflexionando sobre la tercera: “Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra”, subrayó que la mansedumbre, conquista tantas cosas: la más importante es la salvación del hermano y la paz recuperada con él.

 

El manso es el “discípulo de Cristo” que "hereda" el más sublime de los territorios y lo defiende: defiende su paz, defiende su relación con Dios y sus dones, custodiando la misericordia, la fraternidad, la confianza, la esperanza.

Fue la reflexión del Papa en la audiencia del tercer miércoles de febrero en el Aula Pablo VI, continuando con su ciclo de catequesis sobre las bienaventuranzas.

El Papa se detiene en la tercera Bienaventuranza del Evangelio de Mateo: «Felices los mansos, porque ellos heredarán la tierra» y reflexiona sobre lo que significa ser “manso” y sobre la tierra que “heredan” que es el “cielo”, es decir, la tierra hacia la cual caminamos.

 

Jesús, modelo de mansedumbre

 

Francisco comienza explicando a los fieles presentes en el Aula Nervi qué caracteriza a una persona mansa y cómo se manifiesta su docilidad:

Cuando decimos que una persona es “mansa” nos referimos a que es dócil, suave, afable, a que no es violenta ni colérica.

La mansedumbre se manifiesta sobre todo en los momentos de conflicto, cuando estamos “bajo presión”, cuando somos atacados, ofendidos, agredidos. Nuestro modelo es Jesús, que vivió cada momento, especialmente su Pasión, con docilidad y mansedumbre.

 

La “herencia” de la tierra

 

El Pontífice señala además que en las Escrituras la palabra “manso” significa también “aquel que no posee tierras”. Y la tercera bienaventuranza dice precisamente que los mansos “heredarán la tierra”.

Esa tierra – afirma Francisco - es un signo de algo mucho más grande y más profundo de un simple territorio:

Esta tierra es una promesa y un don para el Pueblo de Dios. Esta “tierra” es el Cielo, hacia donde caminamos como discípulos de Cristo, promoviendo la paz, la fraternidad, la confianza y la esperanza.

 

El pecado de la ira destruye, la mansedumbre conquista

 

Pero existe la otra cara de la moneda y es el pecado de la ira,  “un movimiento violento cuyo impulso todos conocemos”, dice el Papa, y advierte de lo que este pecado puede causar y sobre todo, de cuántas cosas se pueden perder:

En un momento de cólera se puede destruir todo lo que se ha construido; cuando se pierde el control, se olvida lo realmente importante, y esto puede arruinar la relación con un hermano, muchas veces sin remedio.

 

    ComentariosDebés iniciar sesión para poder comentar