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Ana Inés Boladeres: Mujeres que hacen cosas... Apuesta al bienestar partiendo de lo natural

Ana Inés Boladeres: Mujeres que hacen cosas... Apuesta al bienestar partiendo de lo natural

Ana Inés tiene 26 años, es instructora de yoga y  desde hace un tiempo integra la Unión de Trabajadores de la Tierra con su emprendimiento “Clavel del Aire”, dedicado a la elaboración de productos agroecológicos de higiene personal, como  desodorante corporal, jabones de glicerina vegana, shampú  y acondicionador sólidos, así como una mousse corporal nutritiva.


Silvina Esnaola

 

También prepara un repelente de insectos formulado con citronella y el agregado de agua destilada o alcohol de cereal tridestilado.

“Ahora estoy por sumar la pasta dental. Soy bastante exigente, y hasta que no me fascina mi producto no lo ofrezco. Me pasaba que no lograba ninguna pasta artesanal que me gustara y tampoco encontraba el punto que buscaba con las que hacía. Quería que fuera fresca, que hiciera espuma, que tuviera el ph. adecuado... ¡y lo logré! Así que ahora puedo ofrecerla también”, contó satisfecha.

 

- ¿Qué estudiaste para saber de proporciones y para que sean confiables tus productos?

“Mi primer curso de cosmética natural lo hice para consumo personal viviendo en Buenos Aires, donde estudié el instructorado de yoga. Allí conocí a un médico de Ayurveda (la medicina tradicional india; ayurveda significa “ciencia de la vida” en sánscrito)  y empecé a trabajar con él en el laboratorio”.

“Con él aprendí muchísimo de las propiedades de las plantas, de las medidas de higiene, además era hermoso estar ahí porque no era un laboratorio convencional: entrabas y veías 95 frascos con plantas...

Estuve más de un año trabajando allí, donde también hacíamos tinturas madre”.

 

-Trabajar con un médico ayurvédico  te abrió un campo de conocimiento enorme sobre las plantas y sus beneficios. ¿Cómo seguiste?

“Después viajé. Estuve un tiempo en México donde encontré un desodorante natural que era ideal. Cuando me vine  y se me acabó, compré los ingredientes que tenía detallados el envase y empecé a hacer uno para mí. A mí me funcionaba, pero a mi compañero no. Empecé a probar con las proporciones y dio resultado. Empecé a ofrecerlo a mis amigas y ellas me alentaron a seguir haciéndolo y ofrecerlo. Entonces viajé a Córdoba a estudiar Cosmética natural para la higiene personal, Cosmética para el verano y  Cosmética sólida”, contó, aludiendo a la presentación de varios de sus productos que tienen el formato de una pastilla de jabón. 

 

-¿El desodorante que elaborás,  es para varones y mujeres por igual?

“Sí”, dijo segura, y aquí nos acordamos que otra de las características es que no tiene perfume...

 

-¿Por qué muchos desodorantes manchan la ropa?

“Porque tienen ingredientes sintéticos. No tenemos idea de las consecuencias de usarlos, porque al ser antitranspirantes tapan los poros, las toxinas no salen y se acumulan”, alertó.

Y tras aclarar que su producto es desodorante y por lo tanto no tiene esos efectos, agregó que el producto comercial tiene parabenos para fijar la sustancia en la piel y   tiende a irritar  mientras el suyo hidrata la zona porque tiene manteca de karité y aceite de coco.

Pero hay más, porque Ana Inés explicó “el aluminio que se utiliza en desodorantes y antitranspirantes convencionales es a partir de sales sintéticas con capacidad de taponar las glándulas sudoríparas, provocando la acumulación de desechos. Tiene efectos como disruptor endócrino. Otro ingrediente que no usamos en cosmética natural es el lauril sulfato de sodio, usado comúnmente en shampúes, jabones y  pastas dentales como base detergente”.

“Evito derivados del petróleo como parafinas líquidas, vaselinas, glicerina común, carbopol, que suelen usarse en cremas hidratantes y no son recomendables para la piel porque taponan los poros y además son contaminantes ambientales difíciles de degradar y depurar”.

“También se usa mucho disulfuro de selenio en los shampúes y acondicionadores anticaspa,  y está clasificado como posible cancerígeno. De igual manera se relaciona  con algunos tipos de cáncer al triclosan, antibacteriano usado mucho en pastas dentales, desodorantes y otros productos...”.

 

Todavía con la sorpresa por lo que explicó, le consultamos cómo se usa  el shampú sólido que prepara.

“El formato es similar al de un jabón. Te humedecés el pelo, te pasás el shampú y lavás como siempre. El acondicionador se pasa sólo en el largo, para hidratar y desenredar. Como es a base de manteca y aceites vegetales, no se aplica en el casco”.

“También me gusta eso de entrar al baño y que no haya envases, que se terminan tirando. Me parece muy interesante esta parte de la cosmética sólida,  dejar de usar plástico innecesariamente”.

“Otra cosa a tener en cuenta es que hay productos veganos aptos para la cosmética natural, que tienen en cuenta la salud de la persona pero no así lo que sucede cuando se van por la rejilla. Muchos terminan contaminando el agua.  He prestado mucha atención a esto, es decir, que mis productos sean sanos para las personas y también para el medio ambiente”.

En esta sintonía, Ana Inés también ofrece a sus clientes la posibilidad de reutilizar los frascos de sus productos, recargándolos y obteniendo  un descuento.

 

Y es llamativo el hecho de que los considere alimentarios, “porque es algo que ingerimos, que nuestro cuerpo absorbe”, como dijo.

“Y de hecho -contó- “Clavel del aire”  empezó siendo un emprendimiento de alimentos. Elaboraba productos evitando el trigo, haciéndolos con harinas de algarroba, centeno, arroz, y los vendía a dietéticas en Buenos Aires”.

 

 -Entonces “Clavel del Aire” tiene su tiempo. ¿Por qué elegiste este nombre?

“Ya tenía el emprendimiento y no se me ocurría  el nombre. Barajaba varios hasta que un día, estando de paseo en el Palacio San José, entre tantas flores la elegí. La gente me decía “el clavel del aire es un parásito” y esto me llevó a investigar: es una planta nativa que embellece pero no daña. Se posa en los árboles y toma del aire todo lo que necesita. También esto me parece muy significativo...”.

 

-¿Cuántas horas trabajás en tu laboratorio?

“Mucho tiempo, porque además de ocuparme de la preparación y la comercialización,  investigo, como ahora, con la pasta dental”.

Aquí contó que su laboratorio invadió buena parte de su casa. Y también, que “el momento en que produzco es muy lindo. Como las clases de yoga. Me pasa con todo lo que hago para dar. Necesito estar muy tranquila, entonces escucho música. La paso bien produciendo. Me gusta lo que hago, lo disfruto y eso llega a la gente”.

Esto vale también para sus clases de yoga, a las que agrega, un fin de semana por mes, ser ayudante en un instructorado en Buenos Aires.

 

Con esta apuesta a lo natural, Ana Inés está convencida.

“Creo que terminamos ganando todos”, afirmó.

“Mis compañeros de la UTT, la tierra, quien produce, quien consume,  en un círculo virtuoso. Y me parece muy bueno generar redes locales donde poder encontrar la mayor cantidad de cosas que consumimos, y fortalecer lo local, para no depender de multinacionales o que tengan que viajar miles de kilómetros las cosas. Creo que esto es un gran avance y además, el precio es más justo al haber menos intermediarios”.

 

 

Al despedirse, prometió dos cosas: el repelente natural para chicos y el protector solar que comenzará a producir en poco tiempo.

También adelantó que estará  en el próximo Paseo Alem y mientras tanto, también en la feria de los viernes en la Plaza Belgrano.   

 

No es casual que una la práctica de yoga con la elaboración de productos naturales.

Ambas apuestan al bienestar. Y ella lo sabe.

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