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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Opinión

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Pandemia-Cornoavirus-ecosistema-causa y efecto

Pandemia-Cornoavirus-ecosistema-causa y efecto

Es el sistema capitalista tecnocrático financiero, el que debe cambiar o ser superado.


 

Por Eduardo García Jurado (*)

(Colaboración)

 

Están reproduciéndose en poco lapso,  enfermedades de trasmisión viral  y ahora en máxima expresión, el COVID  19, con efectos inconmensurables, en salud, economía y en todas las instituciones .Estaría fuera de discusión  que este virus no es un producto de laboratorio. Razón por la cual descartamos las teorías conspirativas- acusación cruzada entre las  EE.UU.  y  China--

Los teóricos y relatores mediáticos del  mundo globalizado, del sistema capitalista tecnocrático-financiero, en su versiones más serias  con “su mundo”, como causas, sólo hacen referencia a deficiencias superables, del sistema mundial vigente, con cierta analogía a lo que ya plantearon ante la crisis  económica-financiera del 2008.

 EEUU particularmente, provocó en ese momento , el salvataje de bancos y empresa  privadas, por parte del Estado, en otra intervención keynesiana. Oportunidad perdida para cambiar el modelo de desarrollo global (Laudato Si).

 Aquel descontrol económico-financiero, según la postura hegemónica, se debió a un sistema de producción-acumulación-financiero, que internacionalmente no supo imponer normas keynesianas para la situación de globalización . (Dani Rodrik-Capitalismo versión 3.0).

En la crisis de 1930, el capitalismo, encontró en las ideas de Keynes (economista ingles) , la forma en que los conflictos recurrente del  libre mercado, debía ser superada con la intervención activa  del Estado,  a quien solamente se le asignaba -en épocas normales-  una función de hacer cumplir la libre actuación del  mercado, de la propiedad privada, de la oferta y demanda de bienes y servicios. Ya que el “Dios” mercado sabía actuar, investigar, innovar, producir y asignar recursos y salarios.

Esa  intervención estatal anticrisis,  dio lugar al Estado de Bienestar, un estado presente, asegurando la salud, la educación de todos sin distinción, vigente desde la posguerra  hasta fines de la década del 70. Tiempo donde aflora el llamado neoliberalismo, que impone un estado mínimo, pero garantizador  de la nueva etapa capitalista , en un mundo globalizado, teniendo como eje  la tecnocracia financiera, ya sin fronteras ni límites.

Los servicios de salud, educación pública,  fueron reducidos a mínimas expresiones,  y laboralmente asomó el concepto de  precarización laboral. Situaciones  que se dieron en todo lugar, en diferentes grados  ( la era de “las privatizaciones”) .

El origen contemporáneo de nuestra crisis económica argentina (como parte de la globalización) que hoy seguimos padeciendo , se dio bajo dichos principios neoliberales,  se afirmaba entonces que-“achicar el estado es agrandar la Nación”, y ante la crisis propia originada  se paso “para superar la crisis” a   la estatización de las  deudas de empresas privadas,  para “salvaguardar” el aparato productivo generador de riquezas y de empleo , para luego, en la década del 90 terminar privatizando  hasta joya de la abuela ( YPF).  

Ahora, quienes se aferran al sistema económico vigente globalizado, ante el rey desnudo (EE:UU) cuyo sistema sanitario altamente privatizado no puede afrontar la pandemia, reflotan a otrora buena consecuencia de la crisis del 30, la economía mixta.

Todos coinciden en ese “error” de no asignar a la salud pública, una base de sustentación del propio sistema. La pandemia, mata sin distinción, y a su vez descontrolada, causa el colapso económico sin precedentes. Desde Macron  (Francia)  hasta los representantes demócratas y republicanos de EE.UU, en su gran mayoría- con un Trump que va y vuelve en su calesita- anuncia que el mundo que viene tendrá en la salud publica un valor central e indelegable de todo Estado, cualquiera  fuese su nivel de capitalismo (economía sanitaria global). El Estado garantizando la  salud pública, que   ya reconocen como derecho  humano imprescindible para vivir en sociedad sustentable, que  habilite la continuidad del sistema de producción, asegurando una población sana, puesto que sin consumidores se  rompe el círculo económico-financiero.

Esas son las “soluciones” del actual sistema , para la continuidad del mismo. Lo que en  política se denomino “gatopardismo”, cambiar algo, para asegurar la continuidad del paradigma económico tecnocrático financiero globalizado.

Dicha postura, nada dice de las auténticas causas de la pandemia que padecemos. Centraliza solo en los efectos, simplemente derivados del abandono del perfil “humano” del capitalismo de Estado de Bienestar descripto.

Los etiquetados “fundamentalista ambientales”,  ahora merecen atención, no descalificación. Desde la ciencia, independiente del coro consecuente con los intereses del establishment, hasta la  contundente encíclica del Papa Francisco - Laudato Si (2015), se analizo y se adelanto que el sistema de producción-financiero global, basado en  el consumo ilimitado es inviable, ya que nos llevaba a la destrucción de la madre tierra y naturalmente, de los seres vivientes. (James Lovelock-hipótesis Gaia “nuestra intervención depredadora altera los equilibrios auto reguladores”).

Nadie niega las ventajas que nos trajo la revolución tecnológica que hoy está en crisis, también es verdad que se ha podido alimentar a  millones de personas…, pero dicho sistema de producción industrial- con en energías no renovables- y agropecuaria –agrotóxicos-, se ha basado en un desquicio sobre los inmensos daños ambientales, al planeta todo y quienes lo conforman.

El cambio climático, las recurrentes inundaciones  y sequias, ya no pueden adjudicarse a procesos naturales, explosiones solares etc.  Es la actividad del hombre, del sistema aludido que instalo la sociedad del riesgo, en donde la actividad antrópica produce estas consecuencias.

Y no es casual, que la irrupción del Capitalismo de Estado, de China, unida al proceso capitalista liberal y globalizado,  nos lleva aceleradamente a la autodestrucción. Más de 1400 millones  de habitante de la China capitalista, India con 1300 millones - estos  integrándose pausadamente- conforman un mundo de 7700 millones de habitantes, que no puede continuar en este proceso de producción financiera global ilimitado, contra la naturaleza y su capacidad de tolerancia, además de ser cada vez mas inequitativo.

Como se dice, y últimamente actualizo el Papa Francisco, “Dios perdona siempre, el hombre a veces, pero la naturaleza no perdona nuca”.

Personalmente, en Beijing, hace cinco años no pude ver el Sol. La contaminación del sistema capitalista de estado, en  su máxima expresión, producía a “todo vapor”,  a todo carbón, una de las fundamentales fuentes de energía de China,  y solo  me permitió  observar una tenue luz solar. No es casual, que las últimas enfermedades de trasmisión  viral, provengan de Asia. Y este coronavirus, de la provincia de Wuhan, en donde ya existe el sistema de comunicación 5 G – ondas de radio, campos electromagnéticos… (Thomas Cowan).

No vamos a caer en la simpleza de reducir el círculo de  responsabilidad a un solo país. La misma China, ante la producción ilimitada sin reparar en el daño ambiental,  por propia autodefensa, ya está concentrando esfuerzos en “reparar”, mitigar el daño ambiental.

Es el sistema capitalista tecnocrático financiero, el que debe cambiar o ser superado, más aún si en los orígenes y desarrollo del sistema (Inglaterra- EEUU), como una muestra más de su agotamiento, hoy se encuentra gobernados por dirigentes que cambian de opinión, como de traje, según como venga el viento del interés electoral.

 No olvidemos, que Trump, no suscribió el acuerdo de Paris (China si firmó) argumentando que el cambio climático , de existir, no era causado por la actividad antrópica.  Hoy está a la vista, que ante el parate del sistema productivo global, la naturaleza recupera su natural belleza (montaña, mares y especies). Ahora Trump, luego de afirmar que el Coronavirus no era un grave problema para EE.UU, tuvo que cambia, para terminar acusando a la O.M. de la Salud de haber sido la responsable de no prevenir la  crisis, quitándole el apoyo presupuestario, más importante que la sustenta.

Crisis de salud, crisis económica y crisis de dirigentes, del mundo que nos toco vivir  y donde no queremos morir. No engañarse con la solidaridad del interés en conservar el status quo, ya que sólo es para cada vez más pocos, y además nos llevará a la destrucción ante una madre tierra que no perdona.            

El sistema que cuestionamos, es producto del hombre;  solo la solidaridad del corazón, la esperanza, nos permitirá ver la luz y producir el cambio-(Laudato Si).

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(*) El autor de este artículo es  profesor de Política Ambiental de la UADER  (Gestión Ambiental)  y de la cátedra de Criminología (U.N.L.de Zamora).

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