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Enova… 110 años de historia aguardando el regreso de su comunidad
Por Ana María Hernández (vicerrectora Nivel Secundario), Martín De La Torre (rector) y con la colaboración del Equipo Directivo de la ENOVA
La emblemática Escuela Normal Superior “Olegario Víctor Andrade” conocida cariñosamente como ENOVA llega a sus 110 años de labor en este 2020. Institución formadora de formadores de ciudadanos responsables, creativos y solidarios, la escuela que ha sembrado la formación republicana y democrática desde sus comienzos y hoy con la misión de formar ciudadanos y ciudadanas de bien capaces de construir sus proyectos de vida personales, capaces de saber, saber hacer, saber ser y saber ser con otros…
Ingresan niños de cuatro años para comenzar su escolaridad en el nivel inicial y continuar sus estudios en la primaria y secundaria dejando, como así también una vez terminada la secundaria, muchos deciden seguir formándose en la institución como futuros maestros.
Durante años ha albergado en sus aulas a quienes egresan llevando por siempre latente en ellos el ser ENOVA, sentimiento que enorgullece a quienes han sido fruto de su siembra.
En el Nivel Superior formadora de maestros de escuela primaria, quienes con su título de Profesores de Educación Primaria son luego educadores en las aulas en las que eligen llevar adelante su labor docente.
En esta oportunidad la propuesta es poner la mirada especialmente en los jóvenes del nivel secundario, jóvenes alegres, comprometidos, inquietos, curiosos, amigables, respetuosos dentro de las muchas cualidades que los hacen únicos, jóvenes a los que hoy el colectivo docente ofrece su enseñanza a la distancia con el compromiso de siempre.
La actual situación sanitaria global y local y el necesario aislamiento social obligatorio han dejado de un día para el otro sus pasillos vacíos y silenciosos, han movilizado a la comunidad educativa toda buscando diferentes formas de llegar a los estudiantes poniendo a prueba todo el compromiso y vocación por la educación, tarea elegida para expresarse en esta vida.
La profesión docente preparó una gran proeza, la de planificar clases a la distancia, de transformar carpetas en aulas o plataformas virtuales, la de amigarnos con la tecnología con fines educativos, la de pasar del frente de un aula a las cámaras preparando videos para llegar a los jóvenes convirtiendo rincones de sus casas en un aula y en familia preparar sus presentaciones.
Estas acciones nos invitan a reflexionar en torno a tres cuestiones centrales para pensar las condiciones actuales del trabajo docente: el nuevo entorno socio-técnico y la transformación de lo doméstico en espacio de trabajo, la reorientación de los contenidos de la enseñanza y los vínculos pedagógicos en línea, “el domestizar el aula” en palabras extraídas del conversatorio virtual “La clase en pantuflas” a cargo de la reconocida pedagoga argentina Inés Dussel.
La primer consigna a cumplir en este gran desafío fue la de arbitrar los medios necesarios para que los alumnos estudien “Contenidos en casa” debiendo atender al amplio sentido de la palabra, luego “Seguimos Educando”, a la distancia y con pasión… fue así que la necesidad de “humanizar la continuidad pedagógica en cuarentena” se hizo evidente. Pero, ¿qué sería esto? Humanizar sería empezar a pensar qué es lo que le pasa a los alumnos y a sus familias. La medida de aislamiento implicó una reorganización que se tuvo que hacer en muy poco tiempo para todos, docentes y alumnos. Esto generó y genera para algunos muchas incertidumbre por una situación nueva y angustiante cuyo devenir desconocemos, esto es una encrucijada, un desafío para la sociedad y específicamente para la escuela y la educación pública, la que debe ser capaz de seguir manteniendo un vínculo educativo sustituyendo la proximidad física sin menoscabar vínculos interpersonales.
Este año escolar será muy atípico, para nada “normal”, niños y adolescentes ingresando a primer año, un nuevo nivel al que apenas alcanzaron a conocer y transitar, nuevas rutinas, docentes y desafíos… grupos de adolescentes conformados de segundo a sexto año con más experiencia en el nivel y la tarea escolar del secundario y los alumnos de la promoción 2020 quienes con alegría comenzaban a transitar su último año de secundaria, su presentación de camperas, sus festejos, su paseo del estudiante, su viaje de egresados y muchas actividades más. Fueron ellos los primeros en entender que “no estábamos de vacaciones” y que las clases continuaban, pero como ya sabemos, no continúan con normalidad. Lo que vive cada uno de ellos nos es normal, las circunstancias de cada uno son muy diferentes: el acceso a la tecnología, sus situaciones familiares, sus hogares, el encierro, el estar adentro, etcétera. Ojalá logren rescatar de esta situación lo que sea mejor para cada uno como han hecho en otras ocasiones donde se los ha visto salir adelante y luchar por sus proyectos.
Sin dudas, este será un año en el que la comunicación, la solidaridad, la empatía y la paciencia serán requisitos indispensables para poder salir adelante, para volver a salir a la vida más fortalecidos, más humanos, más respetuosos y admirados de la importancia de las pequeñas grandes cosas de la vida.
Hoy permanece detrás de cada muro de ENOVA una historia distinta cargada de alegrías, llantos y fantasías. El destino se ha encargado de darle una pausa en el tiempo, pero no por esto no deja de esperar a sus estudiantes.
Estamos cerca, pero distanciados y seguros de que entre todos podemos ganar esta batalla y saldremos mucho más fortalecidos… ENOVA nos estará esperando hasta que nos volvamos a encontrar.
“La esperanza no es lo mismo que el optimismo, no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”. Vaclav Havel.