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El Establo no puede comenzar a trabajar, pero mantiene su reclamo por la Ley de Equinoterapia

El Establo no puede comenzar a trabajar, pero  mantiene su reclamo por la Ley de Equinoterapia

La Asociación Civil de Equinoterapia El Establo es una ONG independiente que trabaja junto a Sociedad Rural Gualeguaychú, que cede sus instalaciones en comodato.  Allí El Establo desarrolla actividades terapéuticas con un grupo de unas cincuenta personas que son atendidas por maestras especiales, psicólogas sociales, profesores de equitación y voluntarios.


Pero en lo que va de este año, no pudo comenzar a trabajar porque como explicó su coordinadora, Micaela Rodríguez, estas actividades suelen comenzar dos semanas después del inicio del ciclo lectivo, que este año ha sido atípico porque apenas comenzadas las clases, la pandemia por coronavirus hizo que desde el 16 de marzo las aulas estén vacías.  Y sin que sepamos hasta cuándo.

“Siempre esperamos dos semanas del inicio de clases para que los padres se organicen con los horarios escolares y entonces comenzamos. Pero cuando íbamos a iniciar las actividades el Gobierno decretó la suspensión del dictado de clases presenciales a causa de la presencia de coronavirus en Argentina”.

“Sí estamos comunicándonos mediante video llamadas o mensajes. Mantenemos mucho contacto con familias y chicos, pero sin ir al predio. Ahora, estamos viendo de comenzar con algún tipo de ejercicios, no con caballos todavía, pero llevamos casi setenta días sin actividad y los padres nos están solicitando”.

“A partir de junio -adelantó-  vamos a comenzar a brindar algún tipo de servicio a los jinetes. Ya que están autorizados a sus salidas de esparcimiento y hay muchos padres que son personas de riesgo, nos ofrecemos para salir con los chicos, por supuesto que con todos los permisos y recaudos correspondientes. También estamos empezando a trabajar con el especialista en psicomotricidad José Parada en algunos hogares donde la familia solicita este servicio.  José quedó en Gualeguaychú a causa de la cuarentena, así que lo estamos aprovechando”.

“Empezamos así, como para mantenernos cerca de nuestros jinetes”, agregó.

Respecto del mantenimiento de los caballos, seres elementales para esta terapia, Micaela dijo

“En esta cuarentena formamos varios grupos virtuales de trabajo con Centros de  Latinoamérica, Argentina y a nivel provincial, y dentro de nuestra provincia, y lo digo muy orgullosa, con el Centro de Equinoterapia de Gualeguay, que también funciona allí,  somos unos privilegiados porque al estar dentro del predio de la Sociedad  rural  tenemos espacio, los caballos pueden comer,  no pagamos ningún servicio, algo que el 99 por ciento de los Centros de Equinoterapia de la provincia está sufriendo muchísimo”.

“No tenemos deudas y esto nos da cierta tranquilidad en el sentido de que si bien no tenemos ingresos, tampoco tenemos compromisos a pagar”, destacó.

“Y con este grupo provincial virtual que conformamos, seguimos luchando por la Ley de equinoterapia, que sigue en algún cajón”, lamentó.

Dicho esto, Micaela informó “Hace un mes enviamos una nota al Gobernador solicitándole la autorización para comenzar a trabajar. Hasta ahora no hemos tenido respuesta, pero muchos Centros han comenzado a presentar una nota acompañada del protocolo que se estableció para Latinoamérica para comenzar las actividades. Así que de apoco, esto se va reactivando”.

“Ya veremos cuándo volveremos a las actividades al aire libre y con los caballos. No tenemos fecha, pero la idea es volver”, dijo al finalizar, con optimismo y ganas de trabajar.

 

# Por qué es importante la Equinoterapia

 La equinoterapia es una terapia física y mental complementaria, cuyo elemento central es el caballo. Este animal es usado para ayudar a personas discapacitadas a mejorar su calidad de vida. La equinoterapia como actividad abraca cuatro áreas disciplinarias diferentes: medicina, psicología, pedagogía y deporte.

En personas con dificultades motrices, el movimiento del equino es fundamental, pues produce sensaciones muy parecidas a las que sentimos los humanos al caminar, por lo que el paciente vuelve a familiarizarse con este movimiento. El andar del caballo produce vibraciones que se transmiten a la médula, por lo que el cerebro recibe los mismos estímulos que si estuviera caminando. Otra aplicación de la equinoterapia se da en aquellos jóvenes y niños que sufren de problemas de relacionamiento y comportamiento, como el autismo, pues esta terapia fomenta la autoestima, corrige problemas de conducta, disminuye la ansiedad y estimula la concentración y la memoria.

Las personas que pueden verse beneficiadas por la equinoterapia son aquellas que sufren de espina bífida, esclerosis múltiple, distrofia muscular, ceguera, sordera, amputación de miembros, lesiones medulares, retraso mental, parálisis cerebral, Síndrome de Down, adicciones, anorexia/bulimia y diversos problemas de adaptación social, entre otros.

 

 

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