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COMUNICADO: Solidaridad de UTTA con todos los trabajadores y profesionales del turf y por la apertura de todos los hipódromos del país

COMUNICADO:   Solidaridad de UTTA con todos los trabajadores y profesionales del turf y por la apertura de todos los hipódromos del país

La convocatoria de algunos “profesionales” del Turf a un banderazo para este viernes 12 deja al desnudo varias miserias de nuestra noble actividad  


Nuestra organización siempre apoyará toda manifestación popular tendiente a reclamar la reivindicación de un derecho. Pero en este caso queda en evidencia que

algo ha salido mal, muy mal, en el entramado de figuras personales persistentes en la actividad hípica.

Nuestro sindicato lleva nombre de Unión porque es justamente ese fruto entre  sindicatos de primer grado de varios puntos del país. Como tal, representa los

intereses y derechos colectivos de los mensualizados o jornalizados que en relación de dependencia se desempeñan en todos los hipódromos del país, con el

alcance y limitaciones de nuestra propia personería gremial, las cuales nos dificultan llegar a los trabajadores no registrados, y a quienes –sintiéndose parte de esta

comunidad- están desempleados.

Ahora bien, pese a dichas restricciones, hemos tomado en esta crisis diversas acciones fundamentales como la firma de convenios que permitieron el pago de

salarios en carácter no remunerativo, facilitando la eximición del pago de cargas patronales. Así garantizamos que todos los trabajadores representados por la

UTTA reciban su salario y conserven sus puestos laborales. Para los pocos casos en los que ello no ha ocurrido, estamos trabajando desde distintas ópticas para

solucionarlo, ya sea con ayuda social a nuestros compañeros, o con reclamos legales a los responsables de estos incumplimientos.

Pero quienes “trabajan” en la actividad sin estar en relación de dependencia reflejan sólo dos opciones desde el punto de vista del derecho laboral: o son

trabajadores en negro, a los que alguien no quiere reconocerles tal condición; o bien profesionales  autónomos, con medios propios suficientes para ser

considerados como tales al brindar servicios a terceros.

Tras conocerse la convocatoria de las autodefinidas “fuerzas vivas del Turf” se conversó entre los dirigentes sobre el bienestar de nuestros representados, los

trabajadores turfísticos del país, y por cierto –como ya mencionamos- todos cobran sus salarios normalmente. Entonces, ¿quiénes reclaman la reapertura de la

hípica sin considerar los peligros de contagio, desafiando decisiones de las autoridades nacionales, provinciales y locales? Personas que al no haber carreras,

evidentemente no trabajan y por ende no les pagan. No están registrados en relación de dependencia, ni se perciben “trabajadores en negro”, pués les han

enseñado que no lo son.

Verdaderas víctimas, en lugar de resguardarlos les han hecho creer que por llamarlos “profesionales” no necesitan amparo de las leyes laborales.

Dos sectores se siguen beneficiando con la situación ruinosa en la que se encuentran: aquel que debió emplearlos en relación de dependencia y no lo hizo; y

quienes tras juntarlos en asociaciones “gremiales”, en lugar de intentar sus conquistas de derechos irrenunciables, los sumieron en la situación actual. Pero el

hambre y las penurias de los explotados terminan siendo funcionales a los explotadores... quienes lejos de protegerlos, los usarán para reclamar al Estado la

apertura de los hipódromos en fase de la cuarentena donde el AMBA contiene la peor parte de la enfermedad. Por ende, la protesta dentro de la pandemia incluye

una responsabilidad social notoria, cuando las provincias cuentan con mejor situación sanitaria para expresarse.

Desde la UTTA los convocamos a reconocerse en unión con sus hermanos trabajadores registrados, a fin de reclamar los derechos y beneficios de la seguridad

social. Los apoyaremos en esa lucha en cada rincón del país. Los asalariados de otros gremios que no están cobrando ni tienen respuestas concretas deberían

focalizar sus reclamos en sus representantes, aunque algunos de éstos calificaron de “exitoso” el encuentro del lunes 1º en Lotería Provincial y ahora salen a

cuestionar una gran parte de lo allí acordado.

Respaldamos el sentido genuino del banderazo laburante en reconocimiento a la falta de ingresos de ese colectivo de trabajadores, a las necesidades que

atraviesan y a la enorme envergadura de la Industria Hípica. Empero, no avalamos la consigna adyacente de la convocatoria porque a nuestro juicio son

trabajadores precarizados por quienes dicen representarlos.

Les compartimos las sabias palabras que Juan D. Perón dijo hace casi 75 años, y hoy tan vigentes para el Turf: “Recuerden trabajadores, ¡únanse! Sean hoy más

hermanos que nunca, sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos”.

Nuestra organización siempre apoyará toda manifestación popular tendiente a reclamar la reivindicación de un derecho. Pero en este caso queda en evidencia que

algo ha salido mal, muy mal, en el entramado de figuras personales persistentes en la actividad hípica.

Nuestro sindicato lleva nombre de Unión porque es justamente ese fruto entre sindicatos de primer grado de varios puntos del país. Como tal, representa los

intereses y derechos colectivos de los mensualizados o jornalizados que en relación de dependencia se desempeñan en todos los hipódromos del país, con el

alcance y limitaciones de nuestra propia personería gremial, las cuales nos dificultan llegar a los trabajadores no registrados, y a quienes –sintiéndose parte de esta

comunidad- están desempleados.

Ahora bien, pese a dichas restricciones, hemos tomado en esta crisis diversas acciones fundamentales como la firma de convenios que permitieron el pago de

salarios en carácter no remunerativo, facilitando la eximición del pago de cargas patronales. Así garantizamos que todos los trabajadores representados por la

UTTA reciban su salario y conserven sus puestos laborales. Para los pocos casos en los que ello no ha ocurrido, estamos trabajando desde distintas ópticas para

solucionarlo, ya sea con ayuda social a nuestros compañeros, o con reclamos legales a los responsables de estos incumplimientos.

Pero quienes “trabajan” en la actividad sin estar en relación de dependencia reflejan sólo dos opciones desde el punto de vista del derecho laboral: o son

trabajadores en negro, a los que alguien no quiere reconocerles tal condición; o bien profesionales autónomos, con medios propios suficientes para ser

considerados como tales al brindar servicios a terceros.

Tras conocerse la convocatoria de las autodefinidas “fuerzas vivas del Turf” se conversó entre los dirigentes sobre el bienestar de nuestros representados, los

trabajadores turfísticos del país, y por cierto –como ya mencionamos- todos cobran sus salarios normalmente. Entonces, ¿quiénes reclaman la reapertura de la

hípica sin considerar los peligros de contagio, desafiando decisiones de las autoridades nacionales, provinciales y locales? Personas que al no haber carreras,

evidentemente no trabajan y por ende no les pagan. No están registrados en relación de dependencia, ni se perciben “trabajadores en negro”, pués les han

enseñado que no lo son.

Verdaderas víctimas, en lugar de resguardarlos les han hecho creer que por llamarlos “profesionales” no necesitan amparo de las leyes laborales.

Dos sectores se siguen beneficiando con la situación ruinosa en la que se encuentran: aquel que debió emplearlos en relación de dependencia y no lo hizo; y

quienes tras juntarlos en asociaciones “gremiales”, en lugar de intentar sus conquistas de derechos irrenunciables, los sumieron en la situación actual. Pero el

hambre y las penurias de los explotados terminan siendo funcionales a los explotadores... quienes lejos de protegerlos, los usarán para reclamar al Estado la

apertura de los hipódromos en fase de la cuarentena donde el AMBA contiene la peor parte de la enfermedad. Por ende, la protesta dentro de la pandemia incluye

una responsabilidad social notoria, cuando las provincias cuentan con mejor situación sanitaria para expresarse.

Desde la UTTA los convocamos a reconocerse en unión con sus hermanos trabajadores registrados, a fin de reclamar los derechos y beneficios de la seguridad

social. Los apoyaremos en esa lucha en cada rincón del país. Los asalariados de otros gremios que no están cobrando ni tienen respuestas concretas deberían

focalizar sus reclamos en sus representantes, aunque algunos de éstos calificaron de “exitoso” el encuentro del lunes 1º en Lotería Provincial y ahora salen a

cuestionar una gran parte de lo allí acordado.

Respaldamos el sentido genuino del banderazo laburante en reconocimiento a la falta de ingresos de ese colectivo de trabajadores, a las necesidades que

atraviesan y a la enorme envergadura de la Industria Hípica. Empero, no avalamos la consigna adyacente de la convocatoria porque a nuestro juicio son

trabajadores precarizados por quienes dicen representarlos.

Les compartimos las sabias palabras que Juan D. Perón dijo hace casi 75 años, y hoy tan vigentes para el Turf: “Recuerden trabajadores, ¡únanse! Sean hoy más

hermanos que nunca, sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos”.

Nuestra organización siempre apoyará toda manifestación popular tendiente a reclamar la reivindicación de un derecho. Pero en este caso queda en evidencia que

algo ha salido mal, muy mal, en el entramado de figuras personales persistentes en la actividad hípica.

Nuestro sindicato lleva nombre de Unión porque es justamente ese fruto entre sindicatos de primer grado de varios puntos del país. Como tal, representa los

intereses y derechos colectivos de los mensualizados o jornalizados que en relación de dependencia se desempeñan en todos los hipódromos del país, con el

alcance y limitaciones de nuestra propia personería gremial, las cuales nos dificultan llegar a los trabajadores no registrados, y a quienes –sintiéndose parte de esta

comunidad- están desempleados.

Ahora bien, pese a dichas restricciones, hemos tomado en esta crisis diversas acciones fundamentales como la firma de convenios que permitieron el pago de

salarios en carácter no remunerativo, facilitando la eximición del pago de cargas patronales. Así garantizamos que todos los trabajadores representados por la

UTTA reciban su salario y conserven sus puestos laborales. Para los pocos casos en los que ello no ha ocurrido, estamos trabajando desde distintas ópticas para

solucionarlo, ya sea con ayuda social a nuestros compañeros, o con reclamos legales a los responsables de estos incumplimientos.

Pero quienes “trabajan” en la actividad sin estar en relación de dependencia reflejan sólo dos opciones desde el punto de vista del derecho laboral: o son

trabajadores en negro, a los que alguien no quiere reconocerles tal condición; o bien profesionales autónomos, con medios propios suficientes para ser

considerados como tales al brindar servicios a terceros.

Tras conocerse la convocatoria de las autodefinidas “fuerzas vivas del Turf” se conversó entre los dirigentes sobre el bienestar de nuestros representados,

lostrabajadores turfísticos del país, y por cierto –como ya mencionamos- todos cobran sus salarios normalmente. Entonces, ¿quiénes reclaman la reapertura de la

hípica sin considerar los peligros de contagio, desafiando decisiones de las autoridades nacionales, provinciales y locales? Personas que al no haber carreras,

evidentemente no trabajan y por ende no les pagan. No están registrados en relación de dependencia, ni se perciben “trabajadores en negro”, pués les han

enseñado que no lo son.

Verdaderas víctimas, en lugar de resguardarlos les han hecho creer que por llamarlos “profesionales” no necesitan amparo de las leyes laborales.

Dos sectores se siguen beneficiando con la situación ruinosa en la que se encuentran: aquel que debió emplearlos en relación de dependencia y no lo hizo; y

quienes tras juntarlos en asociaciones “gremiales”, en lugar de intentar sus conquistas de derechos irrenunciables, los sumieron en la situación actual. Pero el

hambre y las penurias de los explotados terminan siendo funcionales a los explotadores... quienes lejos de protegerlos, los usarán para reclamar al Estado la

apertura de los hipódromos en fase de la cuarentena donde el AMBA contiene la peor parte de la enfermedad. Por ende, la protesta dentro de la pandemia incluye

una responsabilidad social notoria, cuando las provincias cuentan con mejor situación sanitaria para expresarse.

Desde la UTTA los convocamos a reconocerse en unión con sus hermanos trabajadores registrados, a fin de reclamar los derechos y beneficios de la seguridad

social. Los apoyaremos en esa lucha en cada rincón del país. Los asalariados de otros gremios que no están cobrando ni tienen respuestas concretas deberían

focalizar sus reclamos en sus representantes, aunque algunos de éstos calificaron de “exitoso” el encuentro del lunes 1º en Lotería Provincial y ahora salen a

cuestionar una gran parte de lo allí acordado.

Respaldamos el sentido genuino del banderazo laburante en reconocimiento a la falta de ingresos de ese colectivo de trabajadores, a las necesidades que

atraviesan y a la enorme envergadura de la Industria Hípica. Empero, no avalamos la consigna adyacente de la convocatoria porque a nuestro juicio son

trabajadores precarizados por quienes dicen representarlos.

Les compartimos las sabias palabras que Juan D. Perón dijo hace casi 75 años, y hoy tan vigentes para el Turf: “Recuerden trabajadores, ¡únanse! Sean hoy más

hermanos que nunca, sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos”.

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