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Los políticos de nuestra ciudad deberían donar parte de su dieta para crear un fondo Covid
Predicar con el ejemplo, los ciudadanos esperan que su dirigencia política esté a la altura para enfrentar la crisis económica y sanitaria.
POR DIEGO ELGART
EL ARGENTINO
La circulación viral pasó a ser comunitaria en la ciudad y esto significa más cautela tanto para los comerciantes, funcionarios municipales que están en primera línea, como también los efectivos de las fuerzas de seguridad que a diario deben desempeñar su tarea de prevención de seguridad en la calles.
En la última semana tuvimos personal de salud contagiado y todo esto genera una mayor precaución a medida que el número de contagios sigue en aumento.
Es en este contexto de incertidumbre donde la clase política local, ya sea los 13 concejales, el intendente, la viceintendenta, los 82 cargos políticos que hoy tiene la Municipalidad y los legisladores departamentales como nacionales domiciliados en nuestra ciudad, deberían hacer su aporte de su propia dieta para aliviar las finanzas y los gastos extras que hoy debe enfrentar la Municipalidad, con el fin de dotar de elementos de bioseguridad a su personal.
Sería muy gratificante para una población que está siendo duramente castigada por la cuarentena y su poder adquisitivo se ve fuertemente afectado por la caída en la actividad económica y la inflación, que el sector político también mostrara su esfuerzo y diera parte de su dieta para crear un fondo Covid Municipal, con el fin de hacer donaciones de tapabocas, guantes, máscaras, alcohol en gel a las comisarías, al personal de Tránsito Municipal, al personal de salud que trabaja en los Centros Municipales y provinciales, recolectores de residuos, remiseros, cadetes y choferes de colectivos urbanos entre otros.
Sin este personal esencial arriesgando su vida a diario, la ciudad directamente, dejaría de funcionar.
Si bien el Gobierno Municipal ya intentó dar muestra de austeridad en diciembre del año pasado cuando se votó una ordenanza de reducción de la dieta de los concejales. Hoy el contexto cambió para todos y debemos dar muestra de solidaridad para enfrentar la peor crisis económica y sanitaria que está enfrentando nuestro país.
La austeridad que no fue tal
El viernes 20 de diciembre del año pasado, en extraordinarias, los concejales votaron por unanimidad la reducción en la dieta de los concejales que ahorrará más de 10 millones al Municipio hasta el 2023. La dirigencia política local decidió ajustarse para sumarse al esfuerzo que realiza el sector privado ante un complicado panorama económico y social.
La normativa dejó sin efecto la Ordenanza N° 11537, que determinaba la escala de remuneraciones del Presidente municipal así como de los concejales y la Ordenanza N° 11655/11 que fijaba el concepto de gasto de representación para el Presidente municipal, que estaba atado a la movilidad de un sueldo de un juez de Cámara de la Justicia ordinaria. Ahora desde enero se tomará como base el sueldo de un subdirector de escalafón profesional de 22.500 pesos.
A partir de la nueva ordenanza el intendente recibe siete veces ese sueldo y en base a ese valor tope, se irá aplicando distintos porcentajes para concejales, presidente y secretarios de bloque.
Sin embargo este ahorro no significó nada en cuanto a una baja de tasas para el contribuyente, al contrario, para el mes de febrero del 2020 el incremento de la TGI fue del 40 por ciento. En su segundo mandato Piaggio creó la séptima secretaría, la Secretaría de Producción y Desarrollo Económico, que tiene a su cargo el Buró Productivo y el nuevo Parque Industrial Municipal entre otros. A su vez se incrementó la planta de empleados y los cargos políticos.
Hoy las PyMES de nuestra ciudad no pueden pagar el aguinaldo a sus empleados y tampoco pueden hacer frente las tasas municipales e impuestos provinciales. Los prestadores turísticos marcharon el miércoles por una Ley de Emergencia para evitar la quiebra de 250 establecimientos que trabajan en el sector en nuestra ciudad.
Muchos comerciantes cerraron sus persianas, y hoy caminar por la semipeatonal, da muestra de la cantidad de negocios que tuvieron que dejar la actividad, al no poder hacer frente a los costos de los servicios y el alquiler.
Lo mismo sucede con los gimnasios, las canchas de fútbol cinco, las academias de danza y la actividad cultural.
Las empresas de transportes locales de corta y larga distancia no pueden hacer frente a la nómina salarial de sus empleados y decenas de puestos de trabajo pueden perderse en el sector. Los cuentapropistas, cada día ven como sus ganancias se diluyen y deben enfrentar un costo fijo cada vez más elevado para poder llevar el pan a la mesa. Cientos de trabajadores de la construcción, están sin empleo y la changa es cada vez más difícil de conseguir.
El sector público recibirá el aguinaldo en dos cuotas y los empleados municipales no lograron aún cerrar la primera etapa de la paritaria 2020.
En el sector industrial, algunas empresas tuvieron que acogerse al procedimiento de suspensión de parte de su dotación laboral bajo el Art. 223 BIS de la Ley de Contrato de Trabajo, cuya norma prevé que las firmas ante una causa de fuerza mayor no imputable al empleador, puedan suspender a sus empleados abonando hasta el 75 % de la remuneración normal y habitual, con el acuerdo del Sindicato que los representa y la autoridad administrativa estatal.
Todos los sectores de cada rincón de la ciudad están realizando un gran esfuerzo, y lo que nos toca enfrentar hacia el futuro será más pobreza, desocupación y destrucción del aparato productivo.
Hoy más que nunca la ciudadanía les pide a nuestros legisladores provinciales, locales y los cargos electivos que se pongan en nuestro lugar, para poder entender nuestra realidad. Se necesitan gestos de austeridad y de empatía con el dolor de los demás, solo así un pueblo podrá enfrentar la calamidad unido junto a sus dirigencia política, a la espera de un nuevo y esperanzador comienzo.