Pobre mi Argentina

Los argentinos estamos viviendo momento de incertidumbre y angustia. Por un lado está la pandemia tan peligrosa, y por el otro lado un gobierno inestable, ambiguo, poco confiable, lleno de mentiras y constantes contradicciones.

Además tenemos una vicepresidenta llena de odio y resentimiento. Con ansias de vengarse y quedar libre de las causas judiciales por enriquecimiento ilícito.

Hay una absoluta falta de respeto  por la Constitución Nacional, la libertad de expresión y la propiedad privada, pilares fundamentales de una democracia. A esto le sumamos una puja de poder por el quién gobierna. Esto deja en evidencia que no existe la división de poderes anulando el sistema republicano y manipulando la justicia para poder manipular la justicia liberando procesos acusados por enriquecimiento ilícito, consecuencia de un robo obsceno a las arcas del Estado.  

Es sumamente injusto e indignante ver como se reparten dinero a artistas obsecuentes y a aplaudidores, mientras que al personal de salud, de seguridad y jubilados se los conforma con migajas.

También es indignante que no la clase política no haya tenido el gesto de bajarse sus sueldos, asfixiando al campo, la industria y las PyMes que son los que sostienen al gobierno con sus exagerados impuestos para que puedan hacer asistencialismo descuidado.

Sin ninguna falla de pudor han usado la pandemia para tenernos encerrados, mientras el Presidente, hacía campaña política abrazándose con gobernadores inaugurando obra del gobierno anterior, sacándose selfis sin tapa bocas, mientras bares, restaurantes, hoteles, negocios y empresas van cerrando sus puertas y dejando a gente sin trabajo.

En la provincia de Entre Ríos vimos como los diputados provinciales sin pudor levantaron la mano para ajustarle a los empleados provinciales y jubilados y no tuvieron la delicadeza de hacerlos ellos.

En nuestra ciudad, el oficialismo está preocupado por el Carnaval y la Fiesta del Pescado y el Vino, pero no se preocupó en hacer gestiones para terminar la obra del Hospital Bicentenario, cinco veces inaugurado que hoy con tristeza vemos que no está suficientemente preparado para hacer frente a la pandemia.

Como ciudadana y jubilada me duele profundamente oír que el Presidente dice que los viejos son una carga para el Estado, fundamentalmente ellos que trabajaron toda la vida aportando al país. Pero no son una carga los mantenidos que no trabajan ni estudian, ni quieren hacerlo, total los ayuda el Estado y es así como los políticos los terminan utilizando para llegar al poder.

Un país sin educación y sin cultura del trabajo no tenemos otro destino que la ruina.  

Es hora que se hagan cargo, el kirchnerimos está en el poder desde el 2003. Solamente cuatro años de Macri al que no dejaron gobernar pese a sus errores y aciertos, pero nadie puede dudar que fue un Presidente republicano, federal y respetuoso de la libertad de prensa.

 

Cristina Masares

DNI 11.550.420