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Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Opinión

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¿Por qué es tan perjudicial para los niños el humo de tercera mano?

¿Por qué es tan perjudicial para los niños el humo de tercera mano?

Por Ana María Balanzat (*)


Es claro que nadie dejaría que un niño se acerque a un enchufe o juegue con algo peligroso. Ahora, cuando un familiar fumador, especialmente en estas épocas de cuarentena, sale a fumar un cigarrillo ¿se toma luego una ducha y lava toda su ropa? Es bastante improbable, y lo que seguramente no sabe es que está ingresando humo de tercera mano a su hogar y poniendo en riesgo la salud de los más pequeños de la casa.

El humo de primera mano es aquel inhalado por el fumador, que genera un daño local, en las vías áreas, y también general, en función de su absorción por forma sistémica.

El humo de segunda mano, por su parte, es la suma del humo exhalado por el fumador más el producto de combustión de la colilla de cigarrillo. Éste contiene más de 69 partículas tóxicas cancerígenas, metales pesados y otras sustancias.

Entonces ¿qué es el humo de tercera mano? Corresponde a todas las partículas provenientes del humo de segunda mano a las cuales se le suman otras generadas mediante reacciones químicas entre la nicotina exhalada y productos del aire ambiental que se depositan en todas las superficies de los ambientes donde hubo tabaquistas.

(…) El tema es complejo, porque el humo de tercera mano persiste más de 19 meses en la ropa, las telas y las distintas superficies cercanas donde una persona ha fumado.

Se ha demostrado que la cantidad de cotinina -una sustancia derivada de la nicotina que se utiliza para medir la exposición al humo activo y, sobre todo, al pasivo- en orina de niños cuyos padres no son fumadores es muchísimo menor que en el caso de padres fumadores. A su vez, la diferencia en casos de niños con padres que aseguraban fumar exclusivamente afuera versus aquellos que confesaban fumar dentro de casa fue escasamente menor.

(…) En esta cuarentena modificamos los hábitos de limpieza y hacemos nuestro mayor esfuerzo para evitar el ingreso del virus a nuestros hogares. Pero existe otro enemigo que podemos estar ingresando nosotros mismos, y una campera colgada en el perchero que pertenezca a un fumador, está dejando en ese ambiente humo de tercera mano que puede afectar al resto del núcleo familiar, especialmente a los más pequeños.

 

(*) Esta columna de Opinión de Ana María Balanzat se publicó originalmente en Télam. La autora es miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), médica pediatra neumonóloga, directora de la carrera médica especialista en pediatría del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas “José de San Martín”.

 

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