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Las Bibliotecas Populares atraviesan una dura situación por falta de ayuda del Estado
En el día en que se conmemora la creación de las Bibliotecas Populares, los referentes de dos bibliotecas de la ciudad comentaron la situación actual.
“Esta es la tercera vez que abrimos, estuvimos una semana en julio y tres en agosto”, comentó, en diálogo con EL ARGENTINO, María Andrea Petrocelli, bibliotecaria de la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento.
Sobre la dura situación económica que están transitando, declaró que “la Biblioteca se está manteniendo con cuotas de los socios”, ya que algunas personas continuaron abonando la cuota mensual, a pesar de que el establecimiento permanecía cerrado.
“Ahora estamos trabajando con préstamo y devolución de libros”, comentó Petrocelli, y aseguró que se está siguiendo un protocolo estricto con medidas de protección frente a la circulación de Covid-19 en Gualeguaychú.
“Tenemos una mampara en la recepción y alcohol en gel. La gente que devuelve libros los deja en una caja, y ahí pasan a estar en cuarentena una semana”. Además de esto, expresó que las personas pueden ingresar a la institución para elegir el libro que deseen: “La gente entra y elige el libro que desea, como cuando vamos al supermercado a comprar. Los anoto y se los llevan a la casa”.
Además, sumó que la entidad cuenta con material de lectura actualizado: “Este año se hizo la Feria del Libro virtual y nosotros hicimos un pedido, que nos llegó por correo. Necesitamos que la gente sepa que las bibliotecas estamos a su disposición”.
La biblioteca popular Rodolfo García
La situación de la Biblioteca Popular “Rodolfo García”, es similar a la anterior. “Para nosotros este tiempo de pandemia nos complicó porque no pudimos prestar un servicio como queríamos”, comentó Marcos Henchoz, integrante de la Comisión Directiva y referente de la biblioteca.
“Tenemos dos grandes grupos de usuarios: uno de gente mayor de edad, que consume mucho para su entretenimiento, cultura y ejercicio intelectual”, comentó y aseguró: “el grueso del material que se consulta son categoría novelas, principalmente de autores argentinos. Nuestra Biblioteca cuenta con una muy buena cantidad y variedad de ejemplares de ese tipo”.
“Un segundo grupo son los estudiantes, principalmente de nivel secundario”, expresó y aclaró que la biblioteca asiste a las escuelas de nivel primario del barrio. “También se acerca gente de nivel superior buscando libros y autores muy específicos, que a veces los podemos tener en papel físico, o en la pequeña biblioteca digital que contamos”, agregó.
Henchoz lamentó que no pudieron atender a sus lectores de la manera que querrían, ya que por la pandemia las bibliotecas debieron permanecer cerradas. “En algún momento planteamos poder tener un servicio de cadetería o pedidos a través de las redes sociales y buscar la forma de hacerle llegar esos ejemplares, pero no se nos permitió en ese momento”.
Para los trabajadores de la Institución esto generó ciertas incomodidades, “queríamos asistir sobre todo a los estudiantes, teniendo en cuenta las serias dificultades que existen aún hoy con el tema de la conectividad o la educación online”, manifestó y agregó: “Nos dolió porque teníamos los materiales para ayudar a los chicos y sin embargo no se pudo”.
“Ahora que se permitió nuevamente la apertura de bibliotecas, de alguna forma se ha normalizado rápidamente, ya la semana pasada se generaron intercambios de muchos materiales”, aclaró.
Henchoz aclaró que todavía existen dificultades para la atención presencial. “Tenemos una limitante que es la consulta en sala, tenemos el espacio suficiente y ahora con el distanciamiento, aplicaremos todas las medidas de protocolo para poder facilitarle los trámites a aquellos vecinos que no son socios para que puedan hacer las consultas pertinentes de los materiales bibliográficos en la Sala de Biblioteca”.
La problemática de los subsidios
En lo que va del año, las Bibliotecas Populares de la ciudad no han recibido dinero de la provincia.
Todas están reconocidas por el Estado Nacional y forman parte de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), reciben, por medio del Decreto Nacional de Ley N° 23.351 de Bibliotecas Populares, un subsidio de Nación y otro de Provincia.
“En el caso de Entre Ríos, lamentablemente, en lo que va del año no se ha depositado absolutamente nada”, expresó Marcos Henchoz. “Normalmente la Provincia paga en forma muy tardía, pero, en esta situación no ha habido ni siquiera el depósito de un mes en lo que va del año”.
“Para nosotros es una situación muy agobiante porque ninguna Biblioteca Popular vive de la cuota que ingresa por socios, justamente por eso es popular”, expresó. En el caso de la Biblioteca Rodolfo García, se cobra cien pesos por mes a los socios, y Sarmiento 150 pesos.
“La cuota de socios cumple la función de un ingreso solidario, que puede ser utilizado para pagar la luz, el gas de la temporada de invierno o internet”, expresó el referente y agregó que para pensar en sueldos o importes para retribuir el trabajo del personal que cumpla la función de bibliotecario, son sustanciales los aportes de Nación y Provincia.
Por otro lado, Petrocelli, declaró que, si bien no recibieron ayuda de la Provincia, sí se les depositó dinero de CONABIP. “De parte de la Provincia recibimos propuestas de proyectos, por ejemplo, para reacondicionar el espacio”, pero no el dinero de los nueve meses que van de 2020.
“La Nación este año envió un importe menor si tomamos en cuenta el proceso inflacionario, y en los años anteriores ya se venía repitiendo esta situación. Proporcionalmente, cada vez cobramos menos”, advirtió Henchoz.
Además, cada año se realiza un aporte a las Bibliotecas Populares para adquirir nuevos materiales en la Feria del Libro de Buenos Aires.
“Una pequeña partida viene para lo que ellos llaman ‘gastos generales’, donde se puede incluir algún tipo de arreglo o compra de mobiliario si hiciera falta. Este aporte viene una vez por año”.
Por otro lado, Henchoz expresó que la situación económica de los socios también es una problemática. “La situación económica está complicada, eso provocó que muchos socios hayan pedido no pagar este año porque se han quedado sin trabajo”.
“Como institución, cuando estas situaciones de demora de pago se han dado, se organizan eventos, que en este período de pandemia no se pudieron realizar”, lamentó Marcos Henchoz y aclaró que, si bien no era importante la cantidad de dinero que se recaudaba, para el movimiento del día a día de la biblioteca, era más que suficiente para equilibrar los números y seguir invirtiendo.
“En estos últimos años pasamos a tener edificio propio y continuamente estamos en etapa de crecimiento. En este momento estamos terminando un sanitario para personas discapacitadas”, comentó y sumó: “Tenemos una comisión que trabaja mucho y está muy comprometida, por supuesto, que todos ad honorem”.
“Estamos haciendo estanterías nuevas y ampliando gran parte de las estanterías vigentes, ya que la biblioteca recibe donaciones de materiales bibliográficos. Pero, los libros que se repiten los enviamos a otras bibliotecas de barrios, o a distintas instituciones para que otros sectores les puedan dar uso”, aseguró.
“Hemos logrado una inserción social que nos permite tener una vinculación distinta a la que teníamos cuando no contábamos con edificio propio. Hoy tenemos convenios firmados con instituciones educativas, de modo que logramos una funcionalidad más abierta y dinámica”, finalizó.