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Será Ley…. La legalización de la desigualdad
Ser legislador…que gran tarea. Escuchar al pueblo, sus necesidades, sus intereses y sin embargo estudiar y pensar leyes que no respondan sólo a intereses o a miradas parciales para que la sociedad funcione mejor. Fueron pensados como un equilibrio en el poder: para que el rey no decidiera lo bueno de lo incorrecto imponiendo leyes antojadizas y para posibilitar la justicia, impartiendo leyes.
A veces me pregunto cómo escuchan al pueblo, y más aún, a quién consideran pueblo. ¿cómo escuchan a todos, cuando sólo mantienen diálogo con grupos o colectivos “representativos” del todo.. o cuando ellos mismos surgen como representantes de esa parcialidad?¿En qué momento escuchan a sus representados? Cuánta crítica a la justicia, sin embargo ¿quién dicta las leyes que luego deben cumplirse?
En una sociedad laica, la ley es un mandamiento a cumplir, dice no sólo lo que se debe hacer y las consecuencias de no cumplir, sino además lo que moralmente es correcto, lo que se debe enseñar y también indica lo que se debe callar. A partir de una ley todo lo que la contradiga habrá que condenarlo y al que lo dice o piensa excluirlo. El problema no es lo que dice una ley sino su fundamento. ¿Cuál es el fundamento para justificar la negación del derecho a existir?
Nuestro país hace alarde de progresismo. Muchas leyes han representado avances en tanto manifiestan conciencia de cambios necesarios para ser una sociedad más inclusiva: leyes educativas como la integración de personas con discapacidad; de salud como el cuidado del bebé prematuro; de familia como la del matrimonio igualitario, todas según dicen amplían derechos. Detrás de cada una existe una idea que la fundamenta.
Primero la ley, después los medios para ponerlos en marcha cuando se pueda, porque los tiempos políticos urgen. Los que defienden aparecen como visionarios incomprendidos y los que la cuestionan como conservadores, doctrinarios, dinosaurios. ¿En qué representa el aborto, una ley progresista? ¿Al decir que amplía derechos se dice también que más personas gozan del derecho que defiende, es decir el derecho a la vida? Porque uno de los fundamentos es el de las muertes por causa de abortos clandestinos, luego entiendo que lo que se prioriza es cuidar la vida. ¿Una se salva porque es la más importante?
Cuando hablamos de aborto nos referimos a la Interrupción voluntaria o involuntaria del embarazo antes de que el embrión o el feto estén en condiciones de vivir fuera del vientre materno.
Vivir fuera o dentro de la madre es vivir. La vida no es un momento, es un proceso. El sentido de esa vida explica el sentido de esperar a que llegue a ser. Porque entiendo el valor de aquello que va ser, cuido el tiempo que necesita para ser. Huevo, cigoto, feto, embrión es al final, para algunos o desde el principio para la Constitución, una persona. Cuando interrumpo el proceso por el cual una persona llega a desarrollarse como persona niego el derecho a existir.
Que una persona recurra a practicar una aborto puede entenderse, pero que el estado avale como legal, como correcto, como justificado cambia el sentido del valor de la vida. Legaliza la desigualdad para nacer. Muchas leyes, que no se cumplen, hacen responsable al estado al no aplicarse correctamente, pero al leerlas se puede reconocer el esfuerzo hecho por mejorar la realidad. Pero la ley del aborto convierte al estado en la causa de la desigualdad en el país: es el estado el que decide que unos valen más que otros, que no todos tienen el derecho a existir. El estado me dice cuánto valgo como persona, haya nacido o no ¿Me protege siempre? Y los legisladores, que deben escuchar para representar, protegen a todos o sólo a algunos?
Fundamentar una ley desde una ideología genera desigualdad porque no interpreta toda la realidad: explica el todo desde una parte, deja de lado a unos priorizando a otros. En este caso en particular el que pierde es el más indefenso, el más débil, el menos responsable, el que no puede defenderse, el que fuimos todos en algún momento: un niño por nacer, el principio de lo que hoy somos cada uno. Cuando el estado te mira como un problema, como una amenaza, más que seres agradecidos por la vida debemos comenzar a considerarnos sobrevivientes de la vida. Eso somos todos los que nacimos en un momento del país en que el Estado consideraba que valíamos mucho y nos protegía y aunque no aplicaba la ley, decía en ella que abortar no estaba bien. A partir de la ley aprobada por los representantes del pueblo, para el Estado, todos los niños por nacer serán potenciales abortos y él estará velando para que esto se cumpla.
Guillermo Régoli