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Gualeguaychú solidario: el trabajo de Rubén Mendoza en un barrio donde las necesidades crecen

Gualeguaychú solidario: el trabajo  de Rubén Mendoza en un barrio  donde las necesidades crecen

Rubén Darío Mendoza instaló un merendero en su casa luego de ver la necesidad por la que transitaba la gente del barrio Zabalet.


Mendoza se dedica cada martes a brindarles una merienda a las familias más necesitadas, y, en diálogo con EL ARGENTINO, recordó sus inicios: “Abrimos en octubre del 2019, primero empecé a darles la leche a 20 chicos que jugaban al fútbol”, comentó refiriéndose a la cancha que está ubicada justo frente a su vivienda. “Ellos venían a jugar en una canchita que hice y algunos amigos empezaron a donar leche”.

Al tanto de las necesidades que vive el barrio, Mendoza comenzó a ofrecer la merienda  a los chicos. “Hay muchas familias con necesidades, a unas cuadras de acá está el asentamiento y viene gente de ahí también”, precisó.

“Al principio fui a hablar con los padres y no los dejaban venir, pero con una pelota de por medio los uní a todos", comentó con orgullo.

Por su parte, Mendoza conoce en carne propia la necesidad: "Yo nunca tuve nada y tampoco lo quiero, si alguien me pide algo y yo lo tengo se lo doy sin problemas". Él mismo, desde los 12 años tuvo que comenzar a trabajar y transitó por numerosos empleos y rubros a lo largo de su vida hasta llegar al actual: “Ahora tengo una pequeña empresa de construcción y me encargo de instalaciones de gas, agua y cloaca”.

 

 

El merendero

 

A pesar de que en un principio se encargaron de las meriendas, durante todo el año pasado realizaron comidas para 235 personas del barrio. “Hoy tenemos 80 chicos más o menos”, detalló. “Las comidas las dejamos de hacer porque en diciembre pararon las donaciones de carne y pollo, que eran lo más necesario”, se lamentó.

Por este motivo, en diciembre de 2020 debieron cerrar su cocina y continuar sólo con las meriendas. “Se agravó todo y decidimos no darla más”.

Incluso, sumó: “Las chicas que vienen a cocinar salían a vender tortas fritas para poder costear todo y cuando repartíamos la comida había gente que se las daba a los perros”.

A pesar de todo, Mendoza continúa cocinando la merienda para todas las familias del barrio que lo necesiten: “Antes le dabamos con un vaso pero ahora se traen su botella, nosotros tenemos anotado cuántos son en la familia y se llevan leche y pan para todos”.

En tanto, reconoció que una vez que el verano pase, volverán a cocinar como antes: “Cuando afloje el calor vamos a tener que arrancar de nuevo con las comidas porque hay una necesidad muy grande en el barrio. Acá muchas veces no se ve pero se enteran que hay comida y aparece gente del asentamiento, yo hace 45 años que vivo en este barrio y viene gente que nunca vi”.

 

 

El sostén del lugar

 

Con respecto a las donaciones, Mendoza aseguró que el municipio no está involucrado en el funcionamiento del merendero: “De ellos jamás recibimos apoyo ni se acercaron a preguntar nada”.

De todas maneras, el espacio funciona como un lugar donde algunas familias retiran los bolsones alimentarios que otorga el municipio: “Todos los martes nos traen una planilla y la mercadería que algunas familias retiran acá”. Pero sin embargo, Mendoza expresó con enojo: “A los bolsones los hace una nutricionista, no pueden mandar por semana un paquete de fideos a una familia de 7 personas,¿qué hacen con eso?”, cuestionó. “No hay carne, pollo, verduras ni verduras y hasta hace dos semanas mandaban dos paquetes de polenta, con el calor que hace”, postuló indignado.

Por su parte, el merendero se sostiene puramente con donaciones de personas de toda la ciudad: “Un tambo nos da 15 litros de leche cruda todos los martes y nosotras la hervimos y rebajamos con agua, y además tenemos una panadería que nos da pan todos los martes”, especificó. “El Arte de Vivir es un grupo que nos ayuda continuamente, un grupo de fútbol de veteranos, Juventud Social también, la Peña Carnaval Xeneize y gente que trabaja en el Parque Industrial y en Toyota”, ahondó.

Para finalizar, el vecino mencionó que invita a toda persona que quiera brindar ayuda, a acercarse al lugar y formar parte del equipo de cocina: “Una cosa es contarlo y otra es vivirlo, yo invito a participar a toda la gente que ayuda y siempre se van sorprendidos, no pueden creer que tanta gente venga”.

“Cualquiera puede venir, ver lo que hacemos y conocer la necesidad que tiene la gente acá”, concluyó.

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