.
La política y don Mercado
Adam Smith sostuvo en 1776: “las naciones se enriquecen porque a la persona lo incentiva su interés”.
Por Luis Alberto Dalcol
Sabido es que don Mercado se vincula más con la economía que con la política; su fuerte es contactar oferta y demanda. Reconoce que: “la ciencia política es la que lidera y que sin ella nada es viable”. Empero, le pone demarcaciones y expresa: “lo que no puede hacer es profanar los principios o las reglas de la economía; pues en regreso la afecta a ella misma, y deviene el barullo. Debe comprender que el objetivo primario de don Estado no es acrecentar riqueza ni asignar recursos”.
En esa onda continúa: “la política - que busca el poder - necesita producir derechos para conseguir votos; y esos derechos cuestan. No son gratuitos y a ella no le gusta ajustar gastos”. Distinguida la primacía política dice: “la superioridad no diluye la interdependencia entre ambas, pues el sustento es económico”. Prosigue, “cuantas veces escuchamos después de las elecciones las expresiones: perdimos (o ganamos) por la economía”, o que: “votaron con el bolsillo”. Para reafirmarlo recuerda al Presidente Clinton y la réplica ya perpetuada de: “¡Es la economía, estúpido!”. Don Mercado remata con una pregunta: “¿No se vocea que el poder es la caja?”.
Política y economía
Ambos términos se combinan: economía política y política económica. Don Mercado, más calmado y en simpleza dice: “es teoría y práctica, respectivamente; mi pasión es la segunda visión, porque trata de la calle, del sudor, de la realidad”. Sigue: “luego hay que optar entre dos bifurcaciones, totalitaria o autónoma; amante de la libertad elijo la segunda”. De regreso, remarca con énfasis: “disfruto enormemente de la libertad; las decisiones que la afectan me conmueven mal”.
La libertad
“Te he reiterado que demócrata en política y liberal en economía se unen en mayorías y libertades”. La frase esconde su percepción de incoherencia a otras mezcolanzas que no consolidan un principio común, como pudiera ser democracia y socialismo o misturas parecidas. Compone: “¿Quién, buen político, desdeña la libertad?”. Compungido deriva: “la ilusión debe desprenderse del pobrismo que llega a subsidiar al usurpador; pues no lo libera, sino que lo encierra y no lo deja avanzar por el orden y el esfuerzo, que junto a la educación no lo limitan”.
Más adelante recuerda: “el poeta, López y Planes, compuso tu himno con magníficos versos iniciales: Oid Mortales, el Grito Sagrado: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”.
Naciones ricas
Don Mercado parafrasea lo que Adam Smith sostuvo en 1776: “las naciones se enriquecen porque a la persona lo incentiva su interés; y en su provecho crea o produce más bienes, y esto hace que se beneficie el conjunto”. Practicón como es, agrega: “maximizar beneficios implica - al menos - no malgastar”; y reitera, “eso le cuesta a la política”. Se despacha con otro desborde: “el problema es cuando el político usa la economía pública para hacer sus negocios”. Acota: “el de la impresión de las boletas (por listas y no por agrupaciones) - aunque menor -, fue un ejemplo claro; y que además legalizó la Corte”.
Alzó sus pocas alforjas y apuntó decidido hacia un local de comidas rápidas para aplacar su apetito que el horario ya le sugería. Antes reflexionó: “el tema es intenso y extenso; el tiempo, es finito e imparable; imposible abordarlo en pocas líneas”. Dijo: “nos vemos”, y se marchó.