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Diario El Argentinomiércoles 24 de abril de 2024
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Alemanes del Volga en El Alto

Alemanes del Volga en El Alto

Familia de Peter Bohl y Ana Margarita Michel en El Alto.


Por Leandro Hildt (*)

 

En las últimas décadas del siglo XIX, muchos inmigrantes alemanes del Volga llegaron al Departamento Gualeguaychú y se hicieron de un lugar propio para vivir y trabajar. Al inicio del siglo XX, la situación cambió y provocó que la mayoría de los inmigrantes no lograran acceder a la propiedad de la tierra. Algunos no tuvieron otra opción que arrendar alguna parcela o trabajar de peones en las grandes estancias. Allí se formaron grandes colonias de arrendatarios. Algunos lo hicieron en una Estancia llamada “Santa Ana” a unos 7 km hacia el norte de la Estación Palavecino, en el distrito Pehuajó Norte.

Como era común en aquellos inmigrantes provenientes de Rusia, étnicamente alemanes, su fe en Dios era grande y siempre era prioridad en sus lugares de residencia tener un lugar para celebrar cultos y bautizar a sus hijos. Esto era un problema para quienes practicaban la fe evangélica, porque debían viajar hasta el lugar más cercano donde había un Pastor o esperar que alguno llegara hasta donde estaban ellos. Los que fundaron las aldeas San Antonio, Santa Celia y San Juan eran todos evangélicos, igual que los arrendatarios en varias estancias de la zona.

La estancia Santa Ana era visitada por el pastor Johannes Vöhringer de Aldea San Antonio. Vöhringer pertenecía al Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata (SEARP), que en 1965 cambió su nombre y es hoy la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). Los pastores llevaban un minucioso registro de sus visitas a las innumerables colonias. El primer registro que pude ver de una visita del pastor a Santa Ana tiene fecha del 8 de agosto de 1920. Ese día el pastor celebró un culto y bautizó a Jorge Felipe Sack, un niño que había nacido en Rincón del Gato el 10 de julio y era hijo de Georg Philipp Sack y Katharina Michel, ambos inmigrantes alemanes del Volga. La celebración probablemente se realizó en la casa de Johannes Zitterkopf, un arrendatario de la zona.

Los libros con los registros de Bautismos, Confirmaciones, Casamientos y Sepelios del SEARP son una fuente de información muy importante. Allí se pueden ver los movimientos de las familias por distintas zonas de la Provincia y el crecimiento o disminución de integrantes en cada grupo. El 31 de octubre del mismo año, Vöhringer nuevamente visitó Santa Ana y celebró tres bautismos, eran los hijos de Jakob Völker y Katharina Wilhelm; Johannes Eckerdt y Elisabeth Bohl y Georg Michel y Anna Margaretha Huck, todos alemanes del Volga. El 2 de enero del año 1921 se produjo el primer casamiento en Santa Ana entre Juan Sack y Elisabeth Wacker. La primera Confirmación fue el 9 de octubre del mismo año. Los confirmados fueron: Juan Jorge Chiwiski, Felipe Michel, Jacobo Schultheis, Juan Sack, Katharina Lissmann, Peter Lenneschmidt, Jorge Zitterkopf, Eva Elisabeth Eckerdt, Johannes Likai, Katharina Lissmann, Juan Eckerdt, Felipe Brotzmann y Elisabeth Sack. Algunas de las familias alemanas del Volga que vivían en la zona eran: Johannes Sack y Anna María Heidenreich; J. Georg Brotzmann y Elisabeth Michel; Georg Ziterkopf y Margarita Weigandt; Jakob Alt y Margaretha Schultheis; Konrad Alt y Margaretha Brotzmann; Philipp Zitterkopf y Sofía Fink; Georg Bohl y Eva Katharina Alt; Philipp Bohl y Katharina Ross; Peter Bohl y Margaretha Michel; Jakob Michel y Pauline Hornus; Peter Metzler y Bárbara Zitterkopf; Jakob Brotzmann y Elisabeth Eckerdt,  entre otros.

No todas las familias mencionadas arrendaban en Santa Ana. Algunas estaban en otras estancias y en campos cercanos. En los registros, cuando se indica el lugar de nacimiento, suele aparecer Palavecino, Rincón del Gato, Almada o Pehuajó Norte, lugares que en su conjunto abarcan bastante territorio. Las celebraciones a partir de 1922 se realizaban en una Casa de Oración (Bethaus). En Santa Ana terminaron las actividades de la Iglesia el 18 de noviembre de 1926 con el casamiento entre Philipp Bohl y Katharina Ross.  El 20 de octubre de 1927 se registró por primera vez un lugar denominado “El Alto”, fue para anotar el casamiento de Juan Sack y Eva Elisabeth Sittner. A partir de ese momento, todos los bautismos, casamientos y confirmaciones de las familias mencionadas antes suceden allí. El nombre refiere a otra estancia, llamada “El Alto”, ubicada a 5 km de Santa Ana, hacia el lado de la Ruta Provincial Nº 20. Los dos primeros bautismos fueron celebrados por el pastor Ernst Lang, también perteneciente al SEARP.  El 5 de febrero de 1928 fueron bautizados Alfredo Kreick, hijo de los inmigrantes Johannes Kreick y Katharina Huck; y Emilio Bohl, hijo de J. Georg Bohl y Elisabeth Alt, también alemanes del Volga.

En el Libro de Entre Ríos, Historia del trabajo, Gualeguaychú Tomo III (Editorial Agraria Argentina, 1945), hay informes respecto de algunas familias de El Alto. Los hermanos Georg, Philipp y Peter Bohl, llegados a la Argentina en 1912, son propietarios, al igual que la señora Elisabeth Michel, viuda de Georg Brotzmann, que compraron su campo en el año 1925. Las tierras compradas por los Bohl no pertenecían a la estancia; sin embargo, ellos dicen vivir en la “Colonia El Alto”. Esto es un indicio de que la zona estaba identificada con el nombre de la estancia, traspasando los límites propios de la misma. Las otras dos familias más numerosas que se hicieron de su tierra en la Colonia fueron Michel y Sack. Estas cuatro familias decidieron construir una Iglesia y oficializar una filial del SEARP. Antes las visitas del pastor para celebrar cultos y actos en El Alto se realizaban en la casa de alguna de las familias. En 1942 se inauguró un templo construido en el campo de Georg Michel y Anna Margaretha Huck. Al año siguiente se le agregó una torre. El costo total de obra fue de 7.000 pesos que aportaron los miembros de la Colonia. En el año 1962 se le agregó una sacristía que costó 40 mil pesos también pagados por los miembros. Este importante aumento del costo es indicio claro de la inflación de aquellos años. En 1963 la comunidad de Colonia El Alto estaba integrada por 40 familias que sumaban aproximadamente unas 200 personas.

En el año 1977 se celebró el último culto en ese templo, que luego fue desarmado por decisión de la comunidad ya que los jóvenes empezaron a dejar el campo y hubo una merma considerable en la cantidad de miembros. Los que quedaron se sumaron a las celebraciones en Gualeguaychú. Actualmente se recuerda a El Alto como una colonia muy activa y pujante. Varios descendientes de las familias mencionadas en este artículo aún viven en la zona.

 

(*) Leandro Hildt es miembro de la Asociación de Descendientes de Alemanes del Volga de Gualeguaychú y de la Federación Argentina de Asociaciones de Descendientes de Alemanes del Volga.

 

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