La justicia es una joda

(*) Jorge Pedro Jurado

 

 

Es así como leen. Boudou fue condenado a prisión por el período de cinco años y diez meses por quedarse con la empresa de fabricar pesos, pero sumado al tiempo transcurrido en prisión o en su casa, para mayo estará libre. Por eso afirmamos en el título del editorial que la justicia es una joda.

 

Este sujeto que debía volver a prisión efectiva después de haber gozado de la detención domiciliaria agarró los libros y le dio una lectura a temas de electricidad, otros de organización de eventos (quizá más fáciles de aprender) y algo de filosofía. Esos llamados cursos de capacitación que habría hecho Amado Boudou en prisión -primero en la cárcel y después en su domicilio-, fueron además de carácter variopinto, un vehículo que le permitió al exvicepresidente una reducción de diez meses en la pena que debe cumplir por el caso Ciccone. Una insólita decisión judicial máxime tratándose de la violación del artículo 36 de nuestra Constitución Nacional que tipifica con la pena de traidores a la Patria a quienes incurrieren en graves delitos dolosos contra el Estado que conlleve enriquecimiento..

De acuerdo con el fallo del juez subrogante Daniel Obligado en su último día, sentenció la reducción de la pena en 10 meses por los cursos realizados por Boudou que fueron de programador, electricista, organizador de eventos y finalmente algo de Filosofía. En este último Boudou fue solo a tres charlas presenciales y después parece que se conectó virtualmente a otras cinco.

 

Ahora queridos lectores viene lo más gracioso y burlón de una sátira cambalachesca de ofensa para quien fehacientemente estudió o estudia esos oficios para encontrar una salida laboral y otra cosa diferente es aprovechar un resquicio legal para liberarse o reducir una pena a la cual fue condenado por quedarse ilegalmente con la empresa que fabricaba los billetes para el Banco Central.

 

Para la fiscalía "los estudios relacionados con el oficio de electricista" fueron "parte de un mismo trayecto de capacitación laboral" y debían ser considerados como un único curso, pero el juez no estuvo de acuerdo y decidió bajarle la pena dos meses por cada uno de ellos. ¡Bien Sr. Juez, incluso pudo restarle 4 meses, total “se igual” diría Minguito.

 

Amado Boudou alternó el estudio de esos oficios con una diplomatura en Desigualdades y Políticas Públicas Distributivas. Puro verso si los hay.

 

La fiscalía entendió además que el taller de Filosofía no fue más que una "actividad extracurricular, que no integraba el programa de estudios en ninguno de los niveles o modalidades de la Ley Nacional de Educación y sus complementarias" ni "se trata de un curso de formación profesional.

El juez en cambio computó este taller para la reducción de pena y apuntó descaradamente que: “Corresponde remarcar la importancia de la educación en el sistema carcelario, y es por ello que consideró oportuno asimilar el referido Taller de Filosofía a un curso de formación profesional, ponderando la importancia para el desarrollo personal del recluso". Sin embargo, por su duración, a este curso no le reconoció la capacidad de reducir la pena en dos meses sino en uno. Menos mal Su Señoría, aunque si le daba más beneficios daba lo mismo.

El personaje en cuestión, además, en su detención domiciliaria mientras tomaba sol en la pileta cursó estudios universitarios dijo el juez, aunque no todos fueron considerados para reducirle la condena. Pero el descarado lo pidió igual: dió cuatro materias en una Licenciatura en Historia y pobre no se la aceptaron. Dice que se halla cursando una Diplomatura en Desigualdades y Políticas Públicas Distributivas en la cual solo aprobó un trabajo práctico y este personaje nefasto manifestó que está estudiando un Doctorado en Ciencias Sociales que tampoco fue considerado válido para la reducción de pena. Pobrecito.

Esto me recuerda, haciendo las diferencias del caso con el fallido Procurador Reposo que dijo haber sido disertante ante las Naciones Unidas y solo había asistido como oyente.

Así con esta justicia, no vamos para adelante sino retrocedemos. La justicia no ve lo que pasa en Formosa, detiene a un médico que critica lo que allí pasa y lo acusan de robar una toalla y un control remoto de un centro médico. La justicia federal cajonea expedientes de poderosos y nada pasa y ahora se reducen penas a corruptos con el argumento de haber hecho unos cursitos de morondanga. Sr Juez: Una cosa es la pena por el delito cometido y otra cosa es si el reo quiere instruirse o solo aprovecharse de la ley.

Vuelvo a encender el tocadisco Winco y recordar “Cambalache”. ¡Qué actualidad que tiene!

(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, conductor de radio, director del periódico digital El Censor que se publica en la red social de Facebook.