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Nos engañaron, nos encerraron y nos mintieron
Ellos son los que viven del Estado, los que confunden Patria con Estado y Estado con Gobierno.
Hace un año que estamos encerrados, también hace un año cuidándonos. Muchos enfermos, más de 50.000 muertos. Sin clases presenciales, muchos se fundieron y cerraron sus negocios o perdieron sus trabajos.
Jorge Pedro Jurado
Colaboración (*)
El gobierno haciendo nada por su ineptitud. Se murió Abigail, el padre de Solange desconsolado, los formoseños encarcelados, no pudimos despedir a nuestros muertos, estamos deprimidos, alejados de hijos y nietos, sin cumpleaños, sin fiestas, sin Navidades, más envejecidos, con millones de niños sin sociabilizar, nos mintieron y lo siguen haciendo, tienen privilegios, se burlan de la gente y de las normas, somos el hazmereir de todos.
Dicen que Perú es peor. Pero no que Israel ya vacunó al 70% de su gente. No basta la renuncia de un ministro, deben ser cientos. Debe haber condenas sociales y judiciales, el tráfico de influencias es delito, el incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos es un delito, el abuso de autoridad es un delito, la malversación de caudales públicos es un delito, si todos lo sabían es una asociación ilícita.
Presidedente Alberto Fernández, colarse sin turno no es un delito. No nos tome el pelo, pero es una ofensa. Acaso ignora que nuestros viejos están en la desesperada espera. Ustedes ni siquiera piden disculpas, le echan la culpa a la prensa. Un procurador diciendo que es personal médico o inventan la calificación de estratégico, o sea que los hijos son estratégicos, los choferes son estratégicos, los amigos son estratégicos.
Faltan vacunas y nadie explica el porqué. Hay hambre de comida y sed de justicia. No hay justicia, hay denuncias pero nada pasará como siempre. Como en Río Tercero, en la embajada de Israel, en la AMIA, por la muerte de Nisman, los bolsos de López, los Sueños Compartidos, los sobreprecios, las licitaciones públicas arregladas, la masacre de Once. Ellos son los que viven del Estado, los que confunden Patria con Estado y Estado con Gobierno. Usan nuestra plata, la de nuestros impuestos para mandar vacunas a domicilio a quienes no les corresponde mientras hay gente que se muere, no es una payasada Fernández, usted es un payaso.
No somos los periodistas ustedes son los delincuentes, los corruptos, los ineptos. Son aprendices, ladrones, chorros, secuaces, defienden a los violadores, a los usurpadores, a los estafadores, viven de arriba, nos atosigan con 170 impuestos, viven como señores feudales, dicen ser un estado presente y está más ausente que nunca, se ríen de la gente, de la oposición y de los ignorantes e incrédulos que aún piensan que los votarán.
Al que invierte lo penalizan, al que no paga impuestos le dan una moratoria, al que delinque lo indultan, al que no trabaja le dan planes para canjearlos por votos. Al que nunca aportó le dan una jubilación miserable y al que aportó 30 años le dan lo mismo, no protegen a los ciudadanos sino a los delincuentes, se robaron varios PBI y siguen sueltos. Dicen que son presos políticos y no políticos presos, critican y culpan a otros y nunca reconocen que se equivocaron, hacen negocios en conflicto con el Estado, dicen que pondrían a la Argentina de pie y la arrastran por el fango.
Cuando en 1810 hubo una epidemia de viruela, lo primero que ordenó el general Manuel Belgrano antes de iniciar su campaña al norte fue que se vacunaran los niños, los esclavos y la gente pobre. El no se vacunó. Fernández aprendé de este ejemplo.
Y a propósito, si bien se duda que don Miguel de Cervantes haya hecho decir al Hidalgo Caballero don Quijote de la Mancha estas palabras, vienen pues de perillas a lo que nos está sucediendo con los viles que administran tan ineficientemente las valiosas vacunas y lo más importante que es la vida de todos nosotros:
“Querido Sancho: Compruebo con gran pesar como los palacios son ocupados por los gañanes y las chozas por los sabios. Nunca fui defensor de los reyes, pero peores son los que engañan al pueblo con trucos y arañas, prometiendo lo que saben que nunca les darán. País éste, amado Sancho, que destrona reyes y corona piratas, pensando que el oro del rey será repartido entre el pueblo llano, sin saber que los piratas solo lo reparten entre piratas...
- “Mi señor Don Quijote: Yo no entiendo de tales cosas, pero sí sé quién me roba y quién me engaña. Este pueblo, señor, es de venganzas cuando el hambre aprieta, y según cuentan en los mesones, la gente viajada, esto va para largo y no hay tonto que lo sea tanto tiempo…
- ¡Dios no lo quiera Sancho!: que este pueblo cuando se ensangrienta no mira caras ni banderas, y de ello la historia es ejemplo…
- ¿Entonces mi señor, por qué pelear tanto? Para dejar constancia que los años y la edad, son más fuertes y poderosos que los molinos. ¿No eran gigantes, mi señor Don Quijote…?
- Mi buen amigo y noble Sancho, solo en la mente de un anciano ilusionada existen los gigantes…”
(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, conductor de radio y director del diario El Censor que se edita en el grupo del mismo nombre en la red de Facebook.