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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
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La bufona del rey o el bufón de la reina

La bufona del rey o el bufón de la reina

Mientras Cristina gritaba a la justicia, Alberto inauguraba un estadio de fútbol en la  “Qatar” argentina.


Jorge Pedro Jurado (*)

Colaboración

 

Me hizo recordar el nombre de una vieja película con Danny Kaye, “El bufón del rey” de mediados de los ‘50. Mientras la reina desde su despacho y ropaje prístinamente blanco casi envuelta en el pabellón patrio descargaba su ira ante la justicia por la causa del dólar futuro, en la ciudad de Santiago del Estero, no en Qatar, sino en la ciudad más pobre de la provincia más pobre del país se hacía esa inauguración.

Según índices oficiales de este gobierno Santiago tiene una pobreza que asciende al 43%, cifra que avergüenza, que asusta, que ofende y que se incrementa a medida que uno se adentra al interior profundo de esta provincia.

Con una tasa de desocupados del 11%, con casi 85% de empleados públicos, con más de la mitad trabajando en negro. Con el 90% de sus pobladores sin cloacas, ese mismo día el bufón tomado de la mano del señor feudal que la gobierna hereditariamente junto con su esposa como si Santiago del Estero fuera un bien ganancial transmisible entre quienes comparten el lecho y la mesa, ese mismo día que la reina retaba a los jueces y lloraba por los jubilados, ambos inauguraban en la llamada Madre de Ciudades, un estadio de fútbol que luce como uno de Europa o mejor uno de Qatar.

Con los índices deplorables de la situación que viene atravesando esa provincia, se gastaron según informaron $1.500 millones de pesos. Claro, es un año electoral para su gobernador y a pesar que esa inversión jamás tendrá un retorno apreciable pues a lo sumo se jugarán tres o cuatro encuentros en el año, nada más cierto que aquella famosa frase de “pan y circo” para juntar votos. Recordemos que en las últimas elecciones el partido gobernante sacó el 72% de los sufragios.

No les importó la vergüenza pasada con la pandemia ni el escándalo de la pobrecita Abigail y su desesperado papá.

 “Para que Santiago siga creciendo, Zamora 2021”, rezaban la mayoría de los carteles que rodeaba el estadio y se pudo ver por televisión el palco del gobernador y autoridades rodeado de lujos, mullidos sillones, bar y otras comodidades, cuando a metros de allí la zona está rodeada de caseríos de chapa, maderas, letrinas y gente que nada hace y ruega por un mendrugo de pan.

Según se pudo saber el presupuesto original de la construcción tuvo una ampliación presupuestaria del 50%, según las autoridades, “para cumplir con requisitos de FIFA y CONMEBOL en cuanto tecnología, conectividad y luces”. Si ustedes lo creen allá ustedes, yo no lo creo.

Ante las críticas Zamora dijo que “no me gusta andar contestando a nadie, no es mi estilo” como si no conociera que su obligación como funcionario público es hacerlo y aprovechó a echar culpas como lo hacen siempre argumentando que se subestima a las provincias y se protege y apoya el centralismo porteño. Más de lo mismo queridos lectores.

(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, conductor de radio y director del diario El Censor que se publica en la red social de Facebook.

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