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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
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Los servicios de catering intentan sobrevivir con ingenio y reconversión

Los servicios de catering intentan  sobrevivir con ingenio y reconversión

En medio del aislamiento por los crecientes contagios de Covid-19 los servicios de catering, junto con los salones de fiestas, pasaron un 2020 sin poder trabajar y ahora con las nuevas restricciones los obliga a la reconversión de sus actividades para no desaparecer.


Los salones de fiestas y el servicio de catering, era una actividad de servicios que generaba cientos de trabajo para poder atender a las distintas celebraciones que se daban a lo largo del año.

Mozos, ayudantes de cocina, alquileres de vajillas, mantelería, disc-jockey, fotógrafos, iluminación, estilistas, vestuaristas, cantantes, todos son parte de una industria de servicio y entretenimiento que genera cientos de puestos de trabajo en la ciudad y que nuevamente se le cierran varios espacios para poder trabajar durante este año.

Sus vidas laborales no fueron las mismas desde que el 14 de marzo del 2020 por decreto presidencial se suspendieron las fiestas y reuniones por la pandemia.

Desde entonces, los servicios de catering solo pudieron trabajar durante las fiestas de Fin de Año y en algunos encuentros reducidos a lo largo del verano.

Ahora deberán sobrevivir a estas nuevas normativas que el Gobierno nacional, provincial y local tuvieron que implementar para reducir la circulación viral y evitar así el colapso del sistema de salud.  

Diego Mateve, puso su pequeña empresa de catering Pimienta Verde en 2008. Diego contó que durante el año pasado tuvo que desprenderse de algunas de sus herramientas de trabajo para poder solventarse.  

“Tenía una Trafic y la tuve que vender, tuve que vender las freidoras y me despojé de cosas que no necesitaba. Haber vendido la Trafic fue lo que más lamente, me costó mucho poder comprarla, era un utilitario que se empleaba como ambulancia en un servicio de emergencia de salud y cuando la compre le invertí mucho dinero para dejarla lista y emplearla en la realización de eventos, pero la tuve que vender”, expresó Mateve a EL ARGENTINO.

“Cuando atendíamos las fiesta tenía a cinco personas que trabajaban conmigo, ahora se las rebuscan como pueden. El año pasado para poder sobrevivir hice salame y embutidos, milanesas y con eso la pude sobrellavar. También di clases de cocina para chicos con capacidades diferentes. Ahora sigo dando clases, y a su vez agarré un gerenciamiento en una rotisería muy grande que va abrir y la tengo que poner en marcha”, sostuvo.

Al consultarle cómo se imagina cuando se logre volver a una relativa normalidad, Diego dijo que: “Cuando pase la pandemia seguiré con lo mío. Durante el varano logré volver a la actividad al atender el servicio de catering a fiestas de 15 años con grupos reducidos”.

 

Mostto: “La pandemia me

cambió la vida”

  

Fabio Sergio Mostto (52) creó la empresa unipersonal “Menta & Ciboulette”  y se dedica en prestar el servicio de cheff en casa, para cenas familiares o de grupos reducidos.

Se define como cocinero y pastelero, una actividad que la dedica con pasión y asegura con orgullo que en junio “cumpliré 25 años en la actividad”

Este verano pudimos trabajar pero nada que ver a cómo  lo venía haciendo antes de la pandemia. Tuve que buscar un plan B que no tiene nada que ver con lo mío. En este momento estoy haciendo trabajo de oficina de 8 a 12 como para poder tener ingresos estables y tratar de seguir con la cocina, pero muy espaciadamente”.

Durante el verano el trabajo comenzó a reactivarse un poco, “tuve una racha de cuatro a cinco fines de semana seguidos, para atender reuniones reducidas de diez a veinte personas en casas de familias o al aire libre. Atendía cumpleaños de 15 desdoblados, es decir un fin de semana lo festajaba la quinceañera con sus amigas y al siguiente con su familiares, siempre tratando de respetar los protocolos de bioseguridad.  Pero todo ya era diferente porque los grupos reducidos me permitían  trabajar solo sin necesidad de contratar mozos y ayudantes”.

Fabio, contrajo Covid el 15 de diciembre, justo en una época del año que es temporada alta para el servicio de catering, por las fiestas de Fin de Año.

“En la pandemia la pasé pésimo, tuve coronavirus en diciembre del año pasado y estuve 14 días encerrado en mi casa y sobreviví de casualidad, tuve que estar seis días internado con asistencia respiratoria y llegué a tener hasta 25 de presión.

Eso fue un antes y un después, desde entonces comencé a replantearme un montón de cosas, me enfermé porque me agarró un pico de estrés, como hacía nueve meses que no trabajaba, me comenzó a salir un montón de trabajo para las fiestas, trabajaba tanto que no me alimentaba bien, no dormía bien, se me bajaron las defensas y fue cuando contraje el coronavirus.           

Desde entonces comencé a replantearme la gastronomía lo que estaba haciendo, ahora hago cosas más simples que sean ricas y me cambió la mirada sobre la alimentación. Descubrí cosas que las miraba de costado, mi vida cambió me alimento mejor y comencé a valorar las cosas simples de la vida”, remarcó Mostto.

 “En el futuro me veo dando clases y seminarios, ya no me veo corriendo de aquí para allá, si bien atender lo masivo es bueno, pero soy más meticuloso con los platos, me gusta que primero el plato entre por la vista y luego el sabor. Es a eso que quiero dedicarme, a pequeños servicios y transmitir el conocimiento que aprendí durante todos estos años”, concretó.  

 

 

 

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