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Clases virtuales: más voces
“Nunca el sistema educativo argentino tuvo en su estructura, un sistema eficiente e históricamente desarrollado de educación virtual, ya que siempre fue sólo una opción”, afirmó Laureano Piccini.
Con la suspensión de la presencialidad surgieron múltiples voces y apreciaciones. Los padres y vecinos se organizaron e hicieron oír su voz de disgusto. Otros, en cambio, piensan que la virtualidad va a permitir que el sistema sanitario se descomprima, permitiendo así el descenso en la curva de casos y reducir la ocupación de camas en UTI.
El titular del Consejo General de Educación (CGE), Martín Müller, esta semana analizó con el ministro de Educación, Nicolás Trotta, las medidas temporales implementadas en algunas ciudades de Entre Ríos para sostener en estos cinco días la virtualidad y el contacto permanente entre alumnos y docentes.
Martín Müller afirmó que: "Sabemos de la importancia de la presencialidad para garantizar el derecho a la educación. Por eso desde el gobierno provincial, junto a todo el sistema educativo de Entre Ríos, trabajamos arduamente en sostener este ámbito seguro y cuidado, donde los protocolos dan buenos resultados".
"Sin embargo, ante el avance del Covid 19 y la complejidad de la situación actual, todos los sectores debemos aportar a la reducción de la circulación de personas, y eso incluye también el movimiento que se genera en el ingreso y egreso de las escuelas".
EL ARGENTINO dialogó con docentes de diferentes niveles para conocer sus apreciaciones sobre la adhesión al decreto nacional sobre la suspensión de clases presenciales.
Diferentes miradas sobre la misma situación:
Verónica Silvano es integrante del cuerpo técnico del Taller Emanuel expresó: “Yo pienso que con una semana, no se va a cambiar nada. Considero y estoy totalmente de acuerdo con la presencialidad más para nuestros alumnos que es sumamente necesaria. Creo que se debería tomar restricciones en otras actividades, la escuela tiene un protocolo aprobado donde para mí es el lugar en donde menos se van a contagiar los chicos.
Tanto en nuestra institución como en otras escuelas es donde más cuidados se tiene, los chicos no se pueden sacar los barbijos, al ingreso y al egreso se les toma la temperatura, se mantiene la higiene y la desinfección en toda la institución, los docentes están con barbijos y máscaras, entonces me parece que se debería tener más recaudos con los rejuntes multitudinarios de los chicos en el parque o la costanera, pero no en la escuela. De ser necesario está bien que se tomen medidas para disminuir la cantidad de casos, pero la escuela no es lo que deben cerrar”
Siguiendo con el hilo de las diferentes miradas Laureano Piccini, docente de nivel primario relató: “A mi modo de ver, esta semana sin presencialidad tiene amplias repercusiones en distintos ámbitos, pero quiero centrar mi opinión en la dimensión educativa, que para mí sufre un mayor problema. De todas maneras, antes quiero ser claro con una distinción: tenemos la costumbre maniquea y fuertemente argentina de pensar todo en términos binarios. Muchas veces, el concepto de "brecha" se aborda desde ese dualismo que tanto nos caracteriza. Pero hay que reconocer que hoy en día, este concepto adquirió inocencia, o ingenuidad. Después retomaré esta idea para vincularla a mi postura.
La discusión hoy parece estar centrada en si hay que sostener la virtualidad, o recuperar la total presencialidad. En el marco de la problemática sanitaria, tiene sentido preocuparse por garantizar el derecho a la educación, pero hay un problema con el sistema educativo: el Título VIII de la Ley 26.206 establece las características y alcances de la denominada Educación a distancia. Sin embargo, en la estructura de dicha "opción pedagógica y didáctica" no se mencionan ni el nivel inicial, ni el nivel primario, ni el ciclo básico del nivel secundario. Se puede leer que la Educación a Distancia estuvo siempre pensada para "distintos niveles y modalidades", pero no a "todos". Esto quiero decir que para que la Educación a Distancia sea considerada una "opción", deben darse las condiciones para su optatividad. Por ende, el hecho de que la Educación a Distancia sea, desde sus orígenes normativos, optativa, le quita universalidad y obligatoriedad. Con esto quiero decir: nunca el sistema educativo argentino tuvo en su estructura, un sistema eficiente e históricamente desarrollado de educación virtual (o a distancia), ya que siempre fue sólo una opción (y ahora sí nos acercamos más al concepto de brecha).
Nuestro enemigo invisible, más temerario que cualquier otra injusticia perceptible, nos está matando. No hay tiempo para discutir, y por eso, es lógico que estemos supeditados a decretos. Nuestra educación mediada por la virtualidad fue resultado de una medida emergente, y como tal, también pronunció la brecha que mencioné al principio. Los docentes estamos haciendo lo posible por garantizar la continuidad pedagógica, aunque en un sistema cuya estructura carece de estrategias estatales para una verdadera garantía que no termine en mera propaganda. En pleno 2021, el acceso al internet de manera inalámbrica debe ser universal, gratuito y debe garantizarse en todo el territorio nacional. Somos una sociedad globalizada, que necesita salir al mundo para conocerlo. La brecha de alfabetización (en inglés, "literacy divide") es tan profunda como la brecha digital, pero en este contexto, se seguirán hundiendo juntas, si no somos capaces de garantizar conectividad, recursos y programas universales, en vez de sólo "opciones pedagógicas y didácticas", como reza desde siempre en nuestra LNE”.