Salud psicológica en tiempos de pandemia: las pesadillas

Durante la pandemia, la rutina, los tiempos y la manera de comunicarnos cambiaron rotundamente. El trabajo y la escuela en casa demandan más tiempo del que las personas están acostumbradas. Los artefactos tecnológicos pasaron a ocupar un lugar central e indispensable para la mayoría de las actividades diarias. Muchas personas se volvieron sedentarias y se alimentan mal -poco saludable, fuera de horario, etc.-.  

Además de todos los cambios en los hábitos, se le sumó la preocupación y la incertidumbre sobre la Situación Sanitaria y económica.

Muchos de estos cambios impactaron negativamente, en algunas personas, ocasionando diferentes síntomas psicológicos, como: alteraciones en el patrón de sueño y pesadillas. Algunos estudios realizados en contexto de pandemia afirman que una tercera parte de las personas que vivenciaron el aislamiento social presentaron insomnio y alteraciones del sueño, lo que desencadena en perturbaciones mentales como trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático.

“Los sueños pueden dar una medida de cuanta angustia provoca el coronavirus y de lo bien o de lo mal que cada persona está sobrellevando la situación”, indica Robert Stickgold, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard.

En este contexto, EL ARGENTINO dialogó con el Licenciado Jorge Horacio Falcone, que cuenta con más de treinta años de experiencia profesional. En Gualeguaychú, desde el año 2006 trabaja en el área de educación en el equipo de orientación educativa. Este es un equipo interdisciplinario de psicólogos, psicopedagogos  y asistente social que trabaja con chicos con discapacidad. Aparte, es especialista en terapia de parejas, niños y adolescentes.

 “Las pesadillas en general son productos de conflictos de las personas que no pueden resolver, es una forma de expresión en el psiquismo que tiene su propio lenguaje. Todos tenemos sueños, y los sueños en el fondo tienen un lenguaje que es producto de la vida despierta, de aquellos deseos que tuvimos que reprimir de alguna manera, es decir, deseo que no pudimos cumplir por las convenciones de la vida despierta” explicó el Licenciado.

“Con respecto al contexto de pandemia, es muy posible que las alteraciones del sueño y sobre todo las pesadillas tengan que ver con los cambios de horario. En algunas personas está relacionado con los propios miedos, sobre todo con lo relacionado con la muerte, al contagio y al sufrimiento. Por general, en la vida despierta realizamos cosas que nos hacen bien y nos conectan con la vida. En contexto de pandemia todo se vio alterado, algunas personas pasaban mucho tiempo conectados y comunicándose a través de los dispositivos que tenemos en la actualidad, lo que ocasionó que la rutina y las horas de sueño se vean alteradas” agregó.

Ante la pregunta de qué hábitos se debe tomar para un buen descanso, expresó: “Se recomienda que se eviten los dispositivos, los celulares, la televisión, las tablets. Además, ir cediendo toda actividad tecnológica cuanto más cerca de la hora de sueño se encuentre la persona. Es importante, mantener determinado horario diario para el descanso, por ejemplo a las 22 horas. Por otra parte, es importante intentar luego de ese horario, mantener el celular apagado o no responder mensajes. Tratar de tener apagada la televisión a partir del horario estipulado, para poder lograr descansar.  La función del dormir es una especie de recarga biológica y psíquica, aunque también tiene la función de ir eliminando la información que recibimos durante la vida despierta que ya no nos sirve”.