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Opinión

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La grieta de la grieta

La grieta de la grieta

Terminaron las primarias y el oficialismo comenzó a ahondar su propia grieta que ignoramos hasta donde llegará. El resultado es que hubo un solo ganador y el mismo fue el pueblo que expresó su voluntad y hubo un solo perdedor que fue el peronismo supuestamente unido, de quien alguien alguna vez dijo que jamás sería vencido. Hoy ellos son sus propios Nerón.


Jorge Pedro Jurado (*)

(Colaboración)

 

La democracia es una forma de gobierno imperfecta porque nosotros somos seres humanos imperfectos. Pero no hay duda es la mejor forma de gobernarnos.

En las primarias ganó el pueblo. El ciudadano dijo basta de engaños, basta de mentiras. No queremos esta Argentina. Queremos un país en serio.

Y no decimos que ganó la oposición, sino que perdió el oficialismo. La diferencia es que aún faltan las elecciones de noviembre y dos años más para las presidenciales. Mucho tiempo, una eternidad. Por lo que, tanto el oficialismo y los opositores deberían en serio sentarse ya a solucionar los problemas de la gente. Unos son los responsables de esta situación, pero los otros no deben ser espectadores viendo como arde Roma.

Antes que nada sucediera dos cabecillas del Frente de Todos, uno el que fue ungido Presidente de la Nación y la que detenta el poder cargaron sus metralletas y comenzaron entre si una guerra de guerrillas que ignoramos hasta donde llegará. Hasta ahora es un cambio de nombres en el gabinete donde se extrae que ganó CFK y eso bien lo podrían haber comunicado a mitad de la semana pasada y no esperar al día viernes próximo pasado bien tarde para dar cuenta nuevamente la debilidad presidencial. Nombres repetidos, funcionarios polémicos y algunos sin experiencia como el nuevo Canciller.

El oficialismo no se dio cuenta que los votos y por ende la decisión de los ciudadanos fue solo de ellos y a ellos les pertenecen. Es falso decir que un partido o una coalición de gobierno o de la oposición poseen tal o cual masa de votantes y la pueden cambiar así porque sí en apenas dos meses.

Es la gente quien decidió a quien cambiar. A alguien dieron su confianza y por haber sido estafados luego se la retiraron. El pueblo delegó la autoridad del uso del sentido común al oficialismo y fueron engañados. Pusieron en manos del oficialismo la salud y la educación y los traicionaron robándose vacunas y dejando niños sin clases. Les dimos el mandato de emitir moneda y nos arrojaron en la cara cual bofetada unos papeles sin valor alguno. Negaron la existencia del derecho a vivir en paz y con seguridad y nos metieron en una suerte de caos donde los delincuentes están libres y los honestos encerrados en sus hogares. Otro de los poderes que no está sujeto directamente a la voluntad de las urnas no debería ser ajeno a lo que sucedió en las PASO y hablamos de la justicia. Ellos deben seguir actuando conforme al mandato constitucional como si las PASO no hubieran ocurrido, pero lamentablemente no es así. Algunos no saben cómo hacer tiempo y otros estarán esperando la pérdida de fueros para actuar.

No nos engañemos y tampoco se engañen ni se envalentonen los ganadores. El domingo a la noche los ciudadanos opinaron y probablemente la reiterarán en noviembre. Pero no se confíen, no se la crean. Es una papa caliente hoy y en 2023 también. Se necesitarán años duros de coherencia para revertir esta situación.

El Presidente no ignoraba lo que podía suceder y ha quedado solo. Su palabra y su confianza absolutamente devaluada si alguna vez la tuvo. Su núcleo cercano más los gobernadores también perdidosos no saben qué hacer y en cascada igual los intendentes.

Declaraciones sumamente injuriosas contra la investidura del Primer Magistrado de parte de una diputada que ya debería de haber sido citada por sus pares para una cuestión de privilegio, pero nada sucedió aún. CFK escribiendo una larga misiva con afirmaciones contradictorias hasta con sus propios actos. Una situación política y económica gravísima creada por el oficialismo que no supo perder, que no sabe reconocer que el poder lo tienen los ciudadanos, que no dimensionan los verdaderos problemas de la gente. Creemos que esto es peor que el 2001.

¿Quién entonces tomará las medidas de fondo que necesita el país? Hay que hacer un ajuste severo del gasto para poder seguir funcionando y no se arregla cambiando funcionarios. Hay que ir hasta el hueso como dice la jerga. Alberto no creemos que lo pueda hacer sin violentas reacciones a menos que desee cambiar su imagen. CFK podría profundizar la crisis, cubanizándola más aún y ello traería reacciones impensables. Una nueva semana de varios a cargo del gobierno no sería una locura afirmarla. Si tuviéramos un Primer Ministro sería más fácil pero no lo tenemos. Solo tenemos un Presidente y una dirigente de una facción que, como Nerón, están dispuestos a quemar nuestra Roma antes de reconocer la derrota.

Señores políticos basta de jugar al desconfío. Si esto se asemejara a una partida de truco me animaría a afirmar que afortunadamente el pueblo en cada elección tiene al menos un ancho de espada y un siete bravo. Los políticos solo algún ancho falso y el resto solo negras.

Mantengamos la calma y alta la mirada por una Argentina altiva para el mañana.

 

(*) El autor de este artículo es abogado, escritor, periodista, columnista radial y director del periódico digital llamado Grupo de El Censor de Gualeguaychú que se publica en la red social de Facebook.

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