Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinomartes 16 de abril de 2024
Opinión

.

La liberación del río y sus lecciones

La liberación del río y sus lecciones

Son lecciones en aprendizaje las que nuestros pueblos van tejiendo, con derrotas, aciertos, alegrías, emociones y algunos pequeños o grandes logros.


Por Jorge Daneri (*)

 

La Ley de Libertad de los Ríos, como el artículo 85º de la Constitución provincial de Entre Ríos, así lo son. Ya conforman los fundamentos de fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que cuidan a los ríos de sus libertades frente a los negociados, el negacionismo y esa maldita corrupción, abuso del poder sin escrúpulos, sin futuros. Son pequeñas grandes batallas ganadas por los pueblos, que se siguen enredando en bailes de esperanzas.

La construcción social y política de la Ley de Libertad de los Ríos es también un paso radical para las otras libertades aún violadas. La libertad frente a la contaminación agrotóxica de aguas, tierras y la salud toda de los seres de la naturaleza y los humanos, contaminada por este modelo saqueador de suelos, bosques y sueños, desarticuladora del ciclo del agua, de la vida.

Parece existir un diálogo entre la soberanía del río y su libertad, aquí en la cuenca media e inferior, la Argentina, no se sabe bien si en proceso de recuperación o de entrega definitiva, pero con un debate abierto gigante que nos debe liberar de la visión parcial de «hidrovía» como lo único relevante, mirada sectaria y concentradora de poder, para transitar caminos sociales e institucionales hacia una gestión de la democracia ambiental de cuenca, amigable con el conjunto de los reinos de vida que conforman, no solo en sus valles de inundación, sino el conjunto de los ecosistemas asociados, como maravillosamente enseña la constitución entrerriana.

Las recientes sentencias de la Corte de Justicia mayor de la República lo exponen con claridad meridiana. Con sabiduría de futuros, con principios inolvidables para la historia aún no transcurrida. In dubio pro Natura, in dubio pro Agua, son ahora más esperanza para las juventudes, las mujeres, los pueblos originarios, los afrodescendientes, nosotros los de todo un poco y que no sabemos mucho sobre esta diversidad de etnias y culturas que aún no pueden conformar un ser nacional, menos aún popular, pero que intenta poder mirar un poco más allá para poder ser o volver a ser identidad de nación, pero también de cuencas sin fronteras, de conversación política igualitaria, de ser como aquellos seres que la fueron esculpiendo, modelando y que en algún momento de traiciones, fue rendida a intereses corporativos y mega financieros dolorosamente demoledores de pueblos, comunidades, territorios y ecosistemas.

Frenar el proceso político que nos profundiza en una región de sacrificio, pasa a ser una resistencia creativa y militante central.  El río manifiesta dolorosamente esa vena abierta desgarradora de otros tiempos más diversos biológica como culturalmente en el Cono Sur.

La república de la soja frente al pasado reciente como al futuro vital cargado de estos otros mundos posibles, es un grito aún sordo, pero también negado que el río viene trasmitiendo, enojado.

Recuperar la escala humana social y política, reconformando desde los municipios y las pequeñas comunidades, siempre pensando globalmente y actuando localmente, pero también globalmente para reencontrarnos en lo territorial más fuertes y colectivamente en el diálogo de saberes, es vital para sostener las esperanzas de una transición democrática y en paz hacia sociedades convivenciales, solidarias, con la construcción de sus propias líneas de dignidad, con una economía local saludable, autosuficiente y una cultura diversa y amorosa en plenitud.

De zona de sacrificio a territorios de dignidad y soberanías. De libertad de los ríos a las libertades de la tierra y la soberanía alimentaria, cultural, de las aguas todas, ellas y las del alma.

En semejante escenario de degradación de las políticas de Estado, las lecciones de la libertad del río, nos esculpen caminos: todos juntos los colectivos ecologistas, feministas, cooperativistas, trabajadores de la tierra, organizaciones socio-ecologistas, agroecología en los territorios, médicos por la salud ambiental integral, profesionales todos comprometidos con los reinos de vida. No tenemos otra chance que concretar lo que la política no conforma en la institucionalidad democrática, esa unidad social en la diversidad de nuestros pequeños mundos. Debemos poder hacerlo, debemos subirnos a los botes para todas las esclavitudes por liberar, mientras el poder corporativo y el negacionismo sigue bailando arriba del piano del Titanic de la corrupción y mucho más de lo mismo.

 

(*) Jorge Daneri es abogado ambientalista, integrante de la Unidad de Vinculación Ecologista (UVE) Fundación La Hendija Paraná.

    ComentariosDebés iniciar sesión para poder comentar